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Los incidentes en la frontera de Melilla ponen a prueba la relación con Marruecos

Activistas marroquíes cortan el brazo del conquistador de Melilla en venganza por una detención Nacionalistas marroquíes perpetran un acto vandálico en Melilla

A la estatua de Pedro de Estopiñán, el conquistador de Melilla en 1497, colocada en el casco antiguo de la ciudad, le falta el brazo y la mano derecha en la que esgrimía una espada. Unos activistas marroquíes se lo cortaron en la madrugada del viernes y se lo llevaron, según dijeron, a Marruecos en el maletero de un coche.

Aunque se ha desarrollado a más de tres kilómetros de la frontera internacional de Beni Enzar el acto vandálico es consecuencia de los constantes incidentes que allí se producen desde finales de octubre y que, en más de una ocasión, han obligado a su cierre durante algunos minutos y hasta dos horas.

A lo largo de la verja que rodea Melilla las fuerzas de seguridad marroquíes cargan contra los subsaharianos que intentan entrar en la ciudad autónoma –la última vez lo hicieron el lunes pasado-, pero en la frontera se suelen cruzar de brazos cuando decenas de jóvenes apedrean a sus colegas españoles. “Sus agresiones ponen a prueba la relación con Marruecos”, señala un diplomático español.

El incidente más grave de la última serie de sucesos se produjo el 27 de octubre cuando la policía española denegó la entrada en la ciudad a un grupo de marroquíes que, tras recibir algunos refuerzos, la emprendieron a pedruscos y botellazos contra los agentes bajo la batuta de Said Chramti, vicepresidente del Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla. Desde entonces han continuado los altercados fronterizos, hasta el jueves pasado, aunque de menor gravedad.

Chramti y su medio centenar de secuaces, que actúan a cara descubierta, graban en vídeo los apedreamientos y los cuelgan en Youtube. La hostilidad hacia la policía española no es óbice para que quieran después darse una vuelta por Melilla. Un lanzador de piedras, de 39 años, se presentó el martes en la frontera con la misma ropa que llevaba dos semanas antes cuando agredió a los agentes españoles.

Un policía le reconoció y, tras volver a ver el vídeo de Youtube, confirmó que se trataba de ese mismo hombre “que se dirigía a la carrera (…) portando piedras de gran tamaño”. Fue detenido tras un forcejeo y, el miércoles, la jueza ordenó su ingreso en prisión.

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La venganza de Chramti consistió en organizar un nuevo altercado en la frontera y, sobre todo, en mandar a sus fieles a cortar el brazo de Estopiñán que “mató a tantos defensores de esta tierra”, asegura al teléfono. Solo lo devolverá si se lo ordena el rey Mohamed VI. “Hemos pedido al escultor Mustafa Arruf que nos ayude a evaluar los daños y cómo efectuar la reparación”, explica al teléfono José Vallés, presidente de la Fundación Melilla Monumental.

El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, no tiene dudas. Los vándalos “son los mismos que lanzan piedras en la frontera”, sostiene. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, pidió ayuda a principios de mes en Madrid al jefe del Gobierno, Mariano Rajoy.

A su regreso a Melilla Imbroda aseguró que el Gobierno está trabajando para evitar que se produzcan nuevos incidentes fronterizos. Hasta ahora sin demasiado éxito porque la policía marroquí no ha practicado ni una sola detención.

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