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Montoro ve cerca cumplir el déficit y la oposición le niega credibilidad

El ministro revela que la subida del IVA ha permitido bajar el indicador del 4% Los Presupuestos pasan hoy el primer escollo solo con el voto del PP “Son las cuentas de un país rescatado e intervenido”, según el líder del PSOE

Estaba previsto desde hace días que, de nuevo, el Gobierno estuviera solo en el Congreso en defensa de su proyecto de Presupuestos para 2012. De hecho, como explica el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, el Ejecutivo debe estar tan cómodo con su mayoría absoluta que no hace ni el más mínimo intento de hablar siquiera con algún grupo parlamentario para buscar algo de complicidad o de consenso.

Por eso el Ejecutivo de Mariano Rajoy volvió a encontrarse este martes con 11 enmiendas de totalidad de otros tantos partidos que piden la devolución de las cuentas, fundamentalmente, porque los consideran poco realistas y superadas por los acontecimientos y por las previsiones de todos los analistas y organismos internacionales.

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Estaba previsto y ocurrió que todos esos reproches cayeron sobre el Gobierno como una catarata en el primer trámite del debate de Presupuestos, el de la votación de totalidad, que se inició por la mañana con la intervención del ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. Hoy terminará con la votación del PP contra todos. Luego se iniciará un trámite parlamentario en el que se atisba un funcionamiento implacable de la apisonadora popular, que aplastará miles de enmiendas de todos los demás grupos. En ese guion del debate no estaba hace días que el Gobierno se encontrara con dos capotes que poder agitar en la Cámara para intentar desviar los negros presagios: los resultados electorales del domingo, que han sumido en la postración al PSOE, y las cifras de cumplimiento del déficit.

El primero estaba en el ambiente, en las sonrisas de los diputados del PP, en la expectación en el pasillo en torno a los diputados socialistas y en el tono del líder de la oposición y en los forzados aplausos que recibió sin haber empezado a hablar siquiera. También en la réplica intencionada del ministro al alegato de oposición de Rubalcaba, hurgando en la herida: “Esperaba un discurso político después de los resultados del domingo. Pero ha hecho un discurso económico de cuarta”.

El segundo capote lo usó Montoro desde el primer momento para hacer alarde de credibilidad, desvelando desde la tribuna las cifras de cumplimiento del déficit. Según dijo, el déficit del Estado acumulado de enero a septiembre se situó por debajo del 4%, en el 3,9%. Aunque no concretó los datos de ejecución presupuestaria, que publicará el próximo martes, el descenso desde el 4,7% de agosto se puede explicar por los ingresos de las liquidaciones tributarias del IVA.

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Estos pagos, que las empresas realizan trimestralmente, ya recogen la subida del impuesto, que entró en vigor el 1 de septiembre. Los ingresos del Estado crecieron el 15,7% frente a el mismo mes del año anterior. La recaudación hasta septiembre por el Impuesto de Sociedades mejoró un 4,1%, mientras que por IRPF el incremento fue del 2,9%. Con entusiasmo, el ministro proclamó que “estamos muy cerca de alcanzar el objetivo programado para el conjunto del año”. Explicó que “este año vamos a cumplir el objetivo de ingresos tributarios de 2012”, es decir, “159.000 millones de euros, lo que supondrá que crecerán un 5%”. “Nunca se había hecho el bajar del 7% de déficit estructural a la mitad en un solo ejercicio”, aseguró para argumentar que el Gobierno da confianza a la economía.

Con esos datos, el ministro se aferró a los conceptos de confianza y credibilidad, para que “España sea un país fiable y creíble”, y, crecido y lanzado, proclamó que estos “son los Presupuestos más sociales de la democracia”. Pero, poco después, ese fue precisamente el argumento de los demás portavoces para pedirle al Gobierno que retire las cuentas por irreales. Empezando por Rubalcaba, que, en un duro —aunque deslabazado— discurso y una implacable réplica, le recordó que en marzo presentó unas cuentas para 2012 que cambió al poco con un decreto que recortaba 10.000 millones en sanidad y educación y con medidas como la subida del IVA el pasado mes de septiembre.

“Este Presupuesto no se lo cree nadie”, le dijo el líder socialista al ministro, tras recordar que no hay nadie que sostenga que el decrecimiento de España en 2013 estará por debajo del 1%, como prevén las cuentas.

En esa batalla de la credibilidad, el líder del PSOE sostuvo frente a Montoro que los que ha presentado son “los Presupuestos de un país intervenido y rescatado”, que provocarán “más desempleo, más recesión, desigualdad y sufrimiento”. Y, por más que lo intentó, no logró que en su ácido cara a cara el ministro le respondiera si el Gobierno actualizará las pensiones en función del IPC de noviembre. Ni se molestó Montoro en contestar.

Frente a la satisfacción del ministro, el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran, mantuvo el mismo argumento del PSOE para acusar al Gobierno de “engañar a la ciudadanía” con los Presupuestos. Al igual que Rosa Díez (UPyD), que le acusó de “hipocresía política” y de “ofensa a los ciudadanos”, y Pedro Azpiazu (PNV), que le tachó de “demagogo” y de “utilizar falsedades”.

Cayo Lara, portavoz de IU, recorrió la banda izquierda para llamar a la participación en la huelga general del 14 de noviembre, como enmienda a la totalidad de los Presupuestos.

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