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'IN MEMORIAM'
Columna
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Luis Gómez Llorente, un socialista clásico

No paró un solo instante de estudiar, escribir, pensar, difundir las ideas socialistas

A la vez que nos llegaba la noticia de la muerte de Luis Gómez Llorente el pasado 5 de octubre, recibíamos también el anuncio de una intervención suya prevista para el próximo día 10 en la sede del PSOE para analizar la figura de Pablo Iglesias. La semana pasada le tuvimos que excusar por no poder acudir a unas jornadas sobre laicidad y ciudadanía organizadas por el Partido Socialista de Madrid.

Quizás estas dos últimas convocatorias que no pudo atender reflejan mejor que cualquier otra cosa su esfuerzo, su dedicación, su entrega durante tantos años al estudio de las grandes figuras del socialismo español y a pensar y repensar, una y otra vez, acerca de los problemas de la educación, de la ciudadanía, de la laicidad, de la sociedad española.

Luis Gómez Llorente tiene una larga trayectoria política e intelectual. Comienza muy joven como militante de las Juventudes Socialistas acudiendo a los congresos del PSOE en el exilio y reclamando una política que tuviera en cuenta la necesidad de organizar la lucha antifranquista desde el interior. Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense, discípulo de José Luis Aranguren, es una figura decisiva en el campo de la lucha por una alternativa democrática a la enseñanza, desde el Colegio de Doctores y Licenciados de Madrid, donde fue vicedecano de su junta directiva.

Son años en los que la lucha por la democratización del sistema educativo van unidos al esfuerzo por estudiar la historia del socialismo español y profundizar en las grandes figuras de la socialdemocracia internacional, como Rosa Luxemburgo. Esta labor de lucha en el campo educativo y de profundización en el pensamiento socialista se verá completada con su acceso a la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE de 1976 a mayo de 1979. Forma parte de la Mesa del Congreso de los Diputados como vicepresidente, es portavoz de la oposición socialista en los temas educativos, es de los dirigentes socialistas que tienen que negociar algunos de los aspectos más relevantes de la Constitución de 1978, especialmente todos los vinculados a las cuestiones educativa y religiosa.

En el 28º Congreso del Partido Socialista, en mayo de 1979, se produce la dimisión de Felipe González como secretario general del PSOE. Gómez Llorente lidera a los críticos al secretario general en el congreso de septiembre de 1979. En octubre de 1982 decide no concurrir a las elecciones generales —era diputado por Asturias— y se retira de la política institucional.

Son muy escasas las ocasiones en las que Luis Gómez Llorente ha vuelto sobre aquellos momentos. Por ello quizá tienen más interés las palabras que pronunció al conmemorar los 20 años de la corriente de Izquierda Socialista, que había fundado en aquellos meses del verano de 1979. Decía en aquella ocasión: “Pablo Iglesias creó dos organizaciones con un solo y el mismo fin: la emancipación de la clase trabajadora. Estos son el Partido Socialista Obrero y la Unión General de Trabajadores… Algunos que iniciamos temprano nuestra vida cívica reorganizando las Juventudes Socialistas allá por los últimos años cincuenta, encauzamos luego nuestra militancia preferente en el partido, habiendo desembocado en poner nuestros conocimientos y lo mejor de nuestros afanes al servicio de nuestro sindicato… Hay un motivo por el que los socialistas de viejo cuño nos sentimos muy a gusto con los sindicatos: los partidos pueden evolucionar hacia el interclasismo y hacia una praxis política contemporizadora de los poderes hegemónicos, así como con la estrategia internacional de las potencias hegemónicas… pero los sindicatos son siempre, por definición, organizaciones de la clase trabajadora. Son, inexorablemente y mientras existan, los más legítimos herederos y continuadores de cuanto significa en la historia el Movimiento Obrero”.

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A partir de aquel día en que decidió abandonar la política institucional, Gómez Llorente decidió volcarse en preparar libros y folletos para la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT sobre la LODE, la LOGSE, la educación para la ciudadanía, la laicidad y en preparar jornadas conmemorativas sobre Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero o Rodolfo Llopis.

Lejos de los focos, de la actualidad inmediata, de lo que llamaba el retablo, no paró un solo instante de estudiar, escribir, pensar, difundir las ideas socialistas. Eso sí, como él mismo decía: “Más todavía que escribir artículos o folletos por encargo de Fete, me complace llevar por la calle una bandera de la UGT en la manifestación de cada primero de mayo”.

Antonio García Santesmases y Manuel de la Rocha Rubí, exdiputados del PSOE y miembros de Izquierda Socialista.

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