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Interior concede la semilibertad al secuestrador etarra con cáncer terminal

Interior impulsa la libertad del preso enfermo si no va a actos proetarras Ahora la Audiencia Nacional debe concluir el expediente de la libertad condicional de Uribetxeberria, para lo cual es necesario el informe de los forenses del tribunal y del fiscal

Vídeo: GARI GARAIALDE/ ARGAZKI PRESS | ATLAS
Mónica Ceberio Belaza

Sucedió lo que se sabía que iba a pasar: que el Ministerio del Interior, a la vista del informe médico del Hospital Donostia calificando como “muy grave” e “irreversible” el cáncer que padece el preso de ETA Iosu Uribetxeberria Bolinaga, y fijando en un 90% su riesgo de muerte antes de un año, decidió este viernes clasificarle en tercer grado penitenciario (semilibertad) e impulsar su libertad condicional. La libertad no la otorga Instituciones Penitenciarias, sino el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, que se pronunciará sobre el asunto la semana próxima. Pero, con el paso de este viernes, el Gobierno ha fijado su postura. Considera que, “por razones humanitarias”, es conveniente excarcelar a Uribetxeberria, en prisión desde 1997. Eso sí, recomendará al juzgado que le imponga algunas condiciones.

La más llamativa de ellas es la petición de que se le prohíba participar “de forma activa o pasiva en manifestaciones públicas de enaltecimiento o legitimación de la violencia, especialmente de la banda terrorista ETA y/o hacer declaraciones de esta naturaleza, así como las que conlleven desprecio o desconsideración de las víctimas del terrorismo”. Además, se recomienda a los jueces que le impidan abandonar el municipio en el que viva sin comunicarlo a Prisiones y que se le impongan órdenes de alejamiento con respecto a sus víctimas o familiares de estas.

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La prohibición de que Uribetxeberria acuda a actos en favor de ETA tiene que ver con la instrumentalización del caso emprendida durante las últimas dos semanas por los reclusos de la banda, las asociaciones de familiares y la izquierda abertzale. Han apoyado y fomentado las protestas y huelgas de hambre de los reclusos —aunque la mayoría, en realidad, han ido rotando en los ayunos y solo mantenían la huelga un día o dos, según Instituciones Penitenciarias— a pesar de que ya sabían que Interior lo excarcelaría si su pronóstico médico era muy grave. El Gobierno vasco, de acuerdo con Interior en su decisión de liberar al recluso, lamentaba ayer que la izquierda abertzale no se hubiera “ahorrado este espectáculo victimista”, según un portavoz del departamento de Patxi López.

La izquierda abertzale ha anunciado que seguirá con su presión sobre la política penitenciaria del Gobierno aunque Uribetxeberria sea excarcelado. De hecho, las movilizaciones por la liberación del preso continúan hoy, a pesar de la concesión del tercer grado, con una concentración convocada al mediodía en Bilbao, informa Pedro Gorospe. Aunque distintos responsables del ministerio llevan días insistiendo en que se limitarían a aplicar la ley y que Uribetxeberria sería excarcelado si su estado era muy grave, con huelgas o sin ellas, la izquierda abertzale venderá como un éxito propio la liberación. Por eso, la propuesta de Interior de que se prohíba a Uribetxeberria acudir a actos reivindicativos pretende evitar, al menos, que este se convierta en un héroe físicamente presente en cualquier concentración o acto.

Proponer la excarcelación de los presos de ETA, teniendo en cuenta la extrema gravedad de los delitos cometidos por la mayoría de ellos, es una decisión difícil para cualquier Gobierno. Uribetxeberria, en concreto, cumple condena por dos terribles secuestros, el del empresario de Julio Iglesias Zamora (116 días en 1993) y el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara (532 días de agónico cautiverio entre 1996 y 1997), y por el asesinato de tres guardias civiles. Además, la liberación es un tema especialmente espinoso para este Ejecutivo, que en la oposición apoyó todas las reivindicaciones de las víctimas y les hizo pensar que nunca adoptaría decisiones que contrariaran sus intereses y peticiones.

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Se prohíbe al terrorista acercarse a sus víctimas o familiares y participar en manifestaciones en favor de ETA

La Asociación de Víctimas del Terrorismo denunció ayer como una “traición” intolerable la decisión del Gobierno. “A muchas víctimas nos están llamando inhumanas por defender que Uribetxeberria debe permanecer en prisión”, escribía Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT. “Ninguna de las víctimas que ETA asesinó a lo largo de su sangrienta historia tuvo la más mínima oportunidad de estar al lado de sus familiares en sus últimos instantes. Nada”.

La crueldad de los delitos de Uribetxeberria es evidente, y quedó grabada en los ojos de toda España cuando un famélico y desorientado Ortega Lara fue liberado. Y no se trata solo de la gravedad de los delitos que han cometido los presos. Muchos de los que ahora se concentran en las calles pidiendo humanidad para Uribetxeberria son los mismos que convocaban contramanifestaciones e insultaban a quienes pedían en la calle que ETA liberara a sus secuestrados. En algunos casos, como durante el cautiverio del empresario vasco José María Aldaya, entre 1995 y 1996, las agresiones eran constantes.

A pesar de todo, la cuestión es si el Estado de derecho debe aplicar las leyes incluso a los que no creen en ellas. Y este Gobierno, y los anteriores, han aplicado criterios humanitarios a los presos. No solo se ha liberado a terroristas. Desde 2007 han sido excarcelados más de 1.600 delincuentes enfermos de las cárceles españolas. Pero pocos casos provocan el debate moral inevitable que se da cuando se trata de los reclusos de ETA.

El informe médico del Hospital Donostia acreditaba el estado terminal del enfermo. “Si nos basamos en la literatura científica, con la máxima probabilidad el proceso es irreversible e incurable”, afirma el centro. “En esta situación clínica, más de la mitad de los pacientes fallecen antes de los nueve meses. Y la probabilidad de supervivencia a los 12 meses estaría en torno al 10%”. Es decir, el riesgo de que el preso muera antes de un año es de un 90%, según los médicos. Padece “metástasis múltiples del carcinoma renal a nivel de sistema nervioso central” y un “nódulo pulmonar” que no se sabe si es otra metástasis del cáncer de riñón que sufrió en 2005 o un tumor “primitivo pulmonar”.

La propuesta de concesión del tercer grado a Uribetxeberria la ha tomado la Junta de Tratamiento de Zaballa por unanimidad. Ahora falta que la Audiencia Nacional concluya el expediente de libertad condicional, para lo cual son necesarios los informes de los forenses y del fiscal, y que el magistrado en funciones de Vigilancia Penitenciaria la semana venidera, Ismael Moreno, la apruebe.

Nota íntegra de Prisiones sobre el tercer grado a Uribetxeberria

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha resuelto conceder el tercer grado a Jesús María Uribechevarria Bolinaga, en el ejercicio de las competencias que le reconoce el Real Decreto 400/2012 de 17 de febrero, a tenor de lo dispuesto en la providencia del 16 de agosto del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria y a la vista de la propuesta por unanimidad que eleva la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Zaballa (Álava), en la que, en base al informe médico que se adjunta, se acredita que el interno Uribechevarria Bolinaga padece una enfermedad muy grave, irreversible e incurable en los términos previstos en el articulo 104.4 del vigente Reglamento Penitenciario.

Esta Secretaría General entiende que, a pesar de la entidad de los delitos cometidos por el penado, resulta indudable que tanto la gravedad de la enfermedad, su previsible evolución, así como las características del tratamiento mitigan extraordinariamente la peligrosidad del recluso y anulan prácticamente el riesgo de reincidencia.

Por las razones humanitarias a las que expresamente se refiere el artículo 104 del Reglamento Penitenciario, en relación con el artículo 92 del Código Penal y en consonancia con las apreciaciones recogidas en la sentencia del Tribunal Constitucional 46/96, de 25 de marzo, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha resuelto aprobar la propuesta del centro penitenciario y clasificar en tercer grado de tratamiento, a los exclusivos efectos de que se confeccione el expediente de libertad condicional por enfermedad, en los términos que recogen los artículos 194 a 196 del vigente Reglamento Penitenciario, al penado Uribechevarria Bolinaga. Por tanto, la Secretaría General insta a la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Zaballa a elevar el próximo lunes su expediente sobre la libertad condicional del recluso al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria.

Asimismo, se insta a la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Zaballa a que incorpore a dicho expediente de libertad condicional para ser sometidas al criterio del Juzgado Central de Vigilancia, al margen de cualesquiera otras que considere oportunas, las siguientes reglas de conducta:

1. Alejamiento de las víctimas de sus delitos o de los familiares directos de éstas.

2. Prohibición de participar de forma activa o pasiva en manifestaciones públicas de enaltecimiento o legitimación de la violencia, especialmente de la banda terrorista de ETA y/o hacer declaraciones de esta naturaleza, así como las que conlleven desprecio o desconsideración de las víctimas del terrorismo.

3. Prohibición de ausentarse, sin previa autorización de la Administración Penitenciaria, de la localidad en la que fije su residencia.

La resolución de la Administración Penitenciaria será notificada al Ministerio Fiscal, en los términos y a los efectos previstos en el artículo 107 del Reglamento Penitenciario.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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