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Cientos de funcionarios protestan contra el tijeretazo en Madrid de forma pacífica

La convocatoria llamaba a acampar ante el Parlamento, blindado por la policía Los manifestantes han ido del Congreso a Génova, pasando por Sol y de vuelta a la carrera de San Jerónimo

Foto: atlas | Vídeo: ÁLVARO GARCÍA

La protesta contra los recortes liderada la tarde del domingo por el sector más afectado, los funcionarios, no acabó finalmente en acampada, como pedía la convocatoria inicial, aunque las consignas se escucharon en la madrileña Plaza de Neptuno —cercana al Congreso de los Diputados— hasta después de la medianoche, cuando unas 500 personas todavía se concentraban en un ambiente pacífico que distaba de la tensión y las cargas policiales del viernes. Poco antes de las tres de la madrugada, la protesta por la supresión de la paga de Navidad y los días libres se había disuelto por completo sin altercados y dejando una persona detenida por resistencia a las autoridades. Según informó la policía, no era funcionario.

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La cita del domingo fue tranquila y no tuvo nada que ver con los enfrentamientos de los días anteriores. Los manifestantes corearon cánticos como "arriba, arriba, todos a luchar" o "hasta las pelotas de rosas y gaviotas [por los símbolos de PP y PSOE, los dos principales partidos españoles]". Hubo algo muy llamativo: la especie de acercamiento que se vivió entre antidisturbios y ciudadanos tras días de agresividad y cargas. Los agentes, en Neptuno, se quitaron los cascos de seguridad y los cambiaron por viseras de tela, un gesto que los manifestantes interpretaron como un signo de empatía y que agradecieron con un aplauso colectivo entre gritos de "Sí se puede-sí se puede". También hubo gritos contra la diputada Andrea Fabra y contra los políticos en general. "Más bomberos, menos consejeros", era otro de los lemas coreados.

Cuando llegó la hora del desalojo —sobre las dos de la madrugada— un centenar de agentes antidisturbios llegaron a Neptuno con la intención de reabrir el tráfico del Paseo del Prado en dirección a Atocha. De nuevo se puso de manifiesto que el clima de esta protesta era de lo más pacífico y los agentes procedieron a informar a los asistentes de que, si no se retiraban, tendrían que pedirles la documentación y podrían denunciarlos. La concentración se disolvió y solo dejó un detenido en la calle Cervantes, en el Barrio de las Letras.

Una nueva marcha que no llega al Congreso

La manifestación comenzó por la tarde en las inmediaciones del Congreso de los Diputados,—completamente blindado por unas 50 furgonetas policiales— en protesta por el tijeretazo del Gobierno, que incluye la supresión este año de la paga extra de Navidad a todos los empleados públicos y la reducción de los moscosos.

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El Parlamento estaba rodeado de policía y la marcha recorrió las calles del centro de la capital: de la carrera de San Jerónimo, los manifestantes bajaron por Neptuno, paseo del Prado hasta la calle de Génova, donde se encuentra la sede nacional del PP, aunque no pudieron acceder hasta este edificio al estar también protegido por agentes. Entonces, decidieron marcharse a la Puerta del Sol, de allí volver a la carrera de San Jerónimo hacia Neptuno.

Aunque la convocatoria inicial a través de las redes sociales llamaba a acampar frente al Congreso, la policía había vallado la zona y ya desde las nueve y media de la noche impedía el acceso a los manifestantes, reunidos en las cercanías desde hora y media antes.

Policías, bomberos, profesores, sanitarios o trabajadores de la Administración pública se sumaron a esta protesta, en la que se oyeron gritos en contra del Gobierno y pidieron la dimisión del presidente, Mariano Rajoy. A medida que pasaban las horas se sumaron los transeúntes, que han llegado a ser más de 500. Dos motoristas, uno de ellos policía local, se acercaron al lugar de la concentración y aceleraron sus motos para protestar haciendo ruido ante los aplausos de los asistentes. Ambos fueron identificados por la policía, aunque no los multaron.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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