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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Extremadura: ¿Moción imposible?

Han leído bien, moción, no misión imposible. Sin embargo, es evidente que estamos hablando de la hipotética moción de censura que tumbaría al señor Monago, devolviendo la presidencia y el Gobierno extremeño al señor Fernández Vara.

Esta posibilidad viene siendo sugerida desde los más distintos voceros. El PSOE, por boca de Rubalcaba, lo propuso en su reciente visita a Extremadura con motivo del congreso regional socialista. Desde Madrid también llegan los insistentes consejos de la Dirección Federal de IU. Desde Extremadura lo propone todo el entorno social, sindical y mediático del socialismo extremeño y la parte de IU-Extremadura que desde el principio apoyó la opción de investir a Vara y que lejos de asumir la decisión mayoritaria no han dejado de escenificar y airear todo lo posible sus discrepancias.

Ante tal convergencia de presiones parece inevitable que más pronto que tarde se produzca el vuelco político que supondría la presentación y éxito de la moción de censura.

Sin embargo, tras una breve retrospectiva sobre cómo se tomó la decisión, cuya ejecutoria fue reconocida como ejemplar, y una ojeada sobre la evolución del marco político extremeño, los nuevos datos y actuaciones que hemos ido conociendo (Feval, aeropuerto, Festival de Mérida, déficit…) o la atmósfera creada en el Parlamento extremeño, podemos concluir que la moción es imposible.

La iniciativa solo corresponde al PSOE por el número de diputados necesarios para presentarla pero el éxito depende de IU. Eso es lo que la hace imposible.

¿Qué tendría que ocurrir para que IU le devolviera el poder al PSOE? Tendría que responderse afirmativamente a varias preguntas. La primera, sobre el origen y naturaleza de la crisis. ¿Pensamos que el PSOE no tiene nada que ver en la situación actual de España y de Extremadura? Si creemos que es así, daríamos nuestro apoyo a la moción de censura.

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Pero en IU-Extremadura seguimos pensando que la crisis viene de lejos, que es de larga gestación y que el PSOE ha sido fiel y a veces fanático seguidor de las políticas neoliberales, de las privatizaciones, del adelgazamiento del Estado, del recorte de derechos sociales y laborales… ¿Se puede tomar en serio el nuevo discurso del PSOE cuando solo han pasado unos meses de la reforma constitucional sobre el techo de gasto, que pactó con el PP a espaldas de los demás partidos, y que abre la puerta a la intervención de Ayuntamientos, comunidades autónomas, etcétera?

La segunda pregunta tiene que ver con la credibilidad o confianza que inspira el PSOE. ¿Nos creemos el nuevo lenguaje y el nuevo programa que ya ofreció Rubalcaba en las elecciones generales y que continúan ofreciendo los líderes del PSOE desde que están en la oposición?

Si nos lo creemos, adelante, sería lógico que apoyásemos la moción de censura. Pero la mayoría de IU y millones de ciudadanos que ya lo dijeron el 20 de noviembre están convencidos de que el cambio de lenguaje y de programa se debe únicamente a la circunstancia de estar en la oposición. La lista de ejemplos en que esto ya ocurrió sería larguísima.

La tercera pregunta sería sobre el estado anímico de IU-Extremadura un año después. ¿Nos hemos arrepentido o asustado por las consecuencias de la decisión tomada aquel lejano 20 de junio o por las públicas y repetidas reprimendas de la dirección federal?

Si fuera así, apoyaríamos la moción de censura para librarnos del sentimiento de culpa y recuperar el afecto de la dirección.

Más aún, no sería necesaria la suma de las tres condiciones. Bastaría solo una, el exonerar al PSOE de responsabilidad, creernos su nuevo mensaje o simplemente que estemos arrepentidos. Cualquiera de ellas sería suficiente para devolver el poder al PSOE, pero no se da ni una, las tres preguntas reciben un no rotundo y por tanto la moción es imposible.

¿Quiere esto decir que el señor Monago tiene garantizada la tranquilidad para toda la legislatura? En absoluto. Cometería un grave error, el mismo error de quienes interesadamente se empeñan en identificar la abstención con el apoyo, aunque uno y los otros sepan que IU no tiene más compromiso que sacarle todo el jugo democrático posible a un Parlamento sin mayoría absoluta.

La moción de censura es posible si la provoca el señor Monago, si gobierna mirando y escuchando más a Madrid que a Extremadura o si pretende gobernar como si tuviera mayoría absoluta.

IU-Extremadura, a pesar de las presiones, va a seguir gestionando su decisión, pensando en Extremadura y los extremeños, con responsabilidad, autonomía y sin jugar a la ruleta rusa. Podemos ser interlocutores del PP y del PSOE, pero socios no. De ninguno.

Pedro Escobar Muñoz es coordinador de IU-Extremadura y portavoz del Grupo Parlamentario.

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