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El Gobierno se enfrenta a los nacionalistas

Rajoy exhibe su mayoría absoluta tras respaldar solo el PP sus cuentas

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en el Congreso.ULY MARTÍN

Cristóbal Montoro compareció ayer ante los periodistas en el Congreso con un papel en la mano en el que claramente se leía: “Posibles argumentos de cierre: NO ESTAMOS SOLOS. Vamos a cumplir. En positivo”.

Esos argumentos los utilizó en público el ministro de Hacienda para explicar la primera confrontación seria de la legislatura del Gobierno con los grupos nacionalistas, la primera votación de medidas económicas en la que el PP está solo y el primer escollo parlamentario superado por los Presupuestos de 2012 sin apoyo de ningún otro grupo parlamentario.

La tesis del Gobierno es que su mayoría absoluta es suficiente y da estabilidad política a España. “Lo que llaman soledad es mayoría absoluta”, repitió como lema Montoro durante toda la mañana.

El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, desarrolló esta tesis en el pasillo del Congreso al asegurar que “la situación económica es muy difícil y en un momento como el que estamos viviendo necesitamos un Gobierno fuerte para sacar las cuentas adelante”. Según dijo, “en este momento hay que destacar que el Gobierno tiene fortaleza para adoptar una serie de decisiones que son buenas para España. Aunque los efectos no se van a producir a corto plazo, estamos haciendo lo que hay que hacer, y una de las cosas más importantes es tener una amplia mayoría en la Cámara”. En referencia implícita a Holanda, dijo que “hay otros países en la Unión Europea que no pueden hacerlo”.

Sus palabras vinieron precedidas de duros enfrentamientos en el hemiciclo entre Montoro y todos los demás partidos, con la única excepción de los dos diputados de UPN y Foro Asturias, que votaron con el Gobierno en contra de las 10 enmiendas de totalidad a los Presupuestos. Especialmente duro fue el enfrentamiento con todos los partidos nacionalistas, a los que el ministro llegó a decir que “hay que dejar de mirarse el ombligo”. También les acusó de “ir a contracorriente de las ideas políticas del mundo” y tener “una visión aislada y parcelada de la realidad”.

Guindos mantiene un contacto informal con el PSOE por la situación económica
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Además, se produjo ayer el desencuentro del Gobierno con CiU, cuyo portavoz, Josep Antoni Duran Lleida, expresó su malestar por la falta de respuesta del Ejecutivo a sus peticiones para acordar los Presupuestos. Asegura el nacionalista catalán que el Gobierno ni se puso en contacto con él en los últimos días para buscar un acuerdo y ve francamente difícil que en el trámite de enmiendas se alcance. CiU, acuciado por la pésima situación financiera de la Generalitat, pide que se reconozca la deuda de 219 millones de euros que, según dicen, el anterior Gobierno asumió. Pero el actual se niega y explica que no hay dinero, que no se puede incluir ninguna enmienda a los Presupuestos que suponga gasto alguno y que prefieren seguir solos antes que ceder a esta exigencia. “No hay margen para gastar un euro”, dijo Montoro con tono enérgico, dejando claro la enorme dificultad para el acuerdo.

El ministro, además, insistió en sus amenazas a las comunidades autónomas que no cumplan con el objetivo de déficit. “No me temblará el pulso” si hay que intervenir alguna, dijo crecido, una vez que aprobó los Presupuestos. En el primer asalto de las cuentas, el Gobierno se deja las dudas sobre las finanzas de las autonomías y los pocos acuerdos que había tejido en la legislatura con otros grupos. Ni CiU ni el PSOE, que gobiernan comunidades que deben aplicar algunas de esas medidas, están en la mejor de las relaciones con el Ejecutivo de Rajoy, según se vio anteayer en la primera jornada del debate.

Con el PSOE están los puentes del diálogo rotos. La portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez, reprochó al PP que se haya quedado solo “política y socialmente. Ayer, de hecho, solo hubo un mínimo contacto informal y espontáneo entre el ministro de Economía, Luis de Guindos, y los diputados socialistas Inmaculada Rodríguez Piñeiro y Valeriano Gómez.

En plena crisis y acoso a la economía española, el contacto entre el Gobierno y la oposición se redujo a 30 minutos en una cafetería próxima al Congreso. El ministro informó a los diputados socialistas de su reunión en Washington con el FMI y el G-20 y el apoyo de estas instituciones internacionales a las medidas que adopta el Gobierno.

Al parecer, Guindos les informó de que el Gobierno cree que en mayo se aligerará la presión sobre España y bajará la prima de riesgo. Les aseguró que el Banco Central Europeo no prevé comprar deuda española y que el Tesoro no tiene problemas de liquidez en este momento. Los socialistas le pidieron que no pongan el foco sobre las comunidades. Este contacto informal no tendrá continuidad.

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