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La crisis PP-CiU por los Presupuestos amenaza la gobernabilidad catalana

Mas amaga con elecciones anticipadas pero el Ejecutivo cree que no las habrá El Gobierno trabaja contrarreloj para que CiU retire su enmienda Cospedal: “Hemos ayudado a CiU a aprobar las cuentas de la Generalitat”

La relación entre el PP y CiU es una de las claves políticas de la legislatura. Mariano Rajoy cuenta con una cómoda mayoría absoluta que le permite aprobar todas las leyes que quiera, pero políticamente eso no es suficiente. Sobre todo para dar una imagen de fortaleza hacia la UE y los mercados, el presidente ha buscado desde el primer día el apoyo de CiU, que gobierna en Cataluña, una comunidad clave desde el punto de vista económico y ahora con muchos problemas financieros, y representa además de alguna manera al empresariado catalán, uno de los más potentes del país.

CiU ha apoyado hasta ahora las medidas más polémicas de Rajoy: la subida de impuestos, la reforma laboral y hasta la amnistía fiscal. A cambio, el PP catalán ha respaldado los Presupuestos de CiU en Cataluña y toda una serie de medidas impopulares. Pero el idilio parece llegado a su fin. CiU ha presentado una enmienda a la totalidad contra los Presupuestos de Rajoy que se debate hoy y se vota mañana, y las negociaciones no parecen avanzar.

Este enfrentamiento, que hoy se intentará corregir con negociaciones de última hora entre el PP y CiU, amenaza la estabilidad del Gobierno catalán. La dirección de CiU admite que los Presupuestos se han llevado por delante la estrategia que tenía Artur Mas y que consistía en colaborar con el PP en el Congreso y buscar su apoyo en el Parlamento catalán hasta finales de este año.

El plan era mantener esa colaboración mutua hasta que se viera claramente que era imposible acordar un nuevo sistema de financiación de la Generalitat, en la línea del concierto económico vasco. “Ahora todo se ha precipitado”, admiten fuentes de la dirección nacionalista.

No solo no se divisa ninguna posibilidad de mejorar la financiación de Cataluña, sino que los Presupuestos incumplen flagrantemente lo dispuesto en el Estatuto catalán en materia de inversiones. Artur Mas y Josep Antoni Duran i Lleida ratificaron ayer el “no” de CiU a estos Presupuestos, pese a ser conscientes de que ello complica que el PP siga apoyando a los nacionalistas en Cataluña, donde gobiernan en minoría.

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No lo citó directamente, pero en la Generalitat también se es consciente del riesgo de que el Gobierno niegue el apoyo que ha venido dando para paliar las tensiones de tesorería, que son muchas y que en algunos momentos han complicado incluso el pago de las nóminas.

El Ejecutivo, en público, no quiere aún trasladar esa amenaza y trabaja contrarreloj para buscar al menos que CiU retire su enmienda a la totalidad y se pueda negociar así una posible abstención a los Presupuestos. Si no lo logra, el PP verá cómo las primeras y durísimas cuentas de Rajoy se aprueban con el único respaldo de su partido y su socio de UPN, algo que no supone un problema numérico, pero sí político, ya que dará sensación de soledad y alas a la oposición.

Sin embargo, los mensajes son muy claros y el PP está molesto. Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, recordó a los nacionalistas catalanes que los populares “han actuado con gran responsabilidad en Cataluña y han ayudado a CiU a mantener la gobernabilidad y aprobar los Presupuestos” de la Generalitat, que incluían medidas duras, como el euro por receta, informa Francesco Manetto.

En medio de esta enorme tensión, se ha colado la idea de que Cataluña podría ser intervenida por el Ejecutivo si no arregla sus cuentas. Tanto Cristóbal Montoro como Antonio Beteta, su número dos, están lanzando estos días las amenazas de intervención sin decir a quién, pero en Cataluña se han dado por aludidos.

En ese contexto, Mas hizo de la necesidad virtud y alertó de que no le temblará el pulso si la situación se vuelve ingobernable. En plena Diada de Sant Jordi, de alto valor simbólico para los nacionalistas, admitió la posibilidad de que la Generalitat sea intervenida, pero dijo que antes de que esto ocurra convocará a los catalanes a las urnas. “Puede pasar que haya una intervención, no lo niego; la situación es francamente delicada”. De producirse, dijo que convocaría elecciones anticipadas “sin lugar a dudas”.

El Gobierno de Rajoy está convencido de que Mas no llegará a tanto. Creen que al final se encontrará una vía intermedia, incluso aunque CiU rechace los Presupuestos. A nadie le conviene llegar a la ruptura total, señalan fuentes del Ejecutivo.

La otra opción que tiene Mas es apoyarse en Esquerra Republicana. El último pleno del parlamento autonómico ya visualizó un frente CiU-ERC que sustituyó el de CiU-PP, al que los catalanes se habían acostumbrado los últimos 15 meses. CiU y ERC acordaron acelerar la negociación para lanzar una propuesta de pacto fiscal e incluso acordaron la posibilidad de consultar a los ciudadanos.

El PP hizo perder una votación importante a los nacionalistas y les obligó a negociar en el parlamento autonómico los recortes que tendrán que hacer para adaptar los Presupuestos catalanes a la nueva situación: el PP calcula que el recorte adicional podría alcanzar los 3.000 millones. Si se confirmara la ruptura con el PP, Mas tendría que buscar un socio que le ayudara a pasarlos por el Parlamento. Ni ERC ni los socialistas catalanes están por la labor.

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