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LA CRÓNICA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El Gobierno evita el cuerpo a cuerpo con los sindicatos

Rajoy, al igual que hizo Zapatero, de la huelga general solo destacan “la plena normalidad” de la jornada

ANABEL DÍEZ | CORRESPONSAL POLÍTICA
Fátima Báñez, a su llegada al hemiciclo del Congreso.
Fátima Báñez, a su llegada al hemiciclo del Congreso.PACO CAMPOS (EFE)

“Los sindicatos son actores muy importantes para la solución de los problemas de este país y confío en su responsabilidad para que den lo mejor de sí mismos”. Esta declaración elogiosa hacia las centrales sindicales no es de un político de los grupos de la izquierda que han apoyado la huelga general sino de la ministra de Empleo, Fátima Báñez. El Gobierno ha decidido no calentar la huelga con declaraciones, imprecaciones o advertencias a los sindicatos, según reconocen fuentes gubernamentales. Y, salvo declaraciones imprevistas y fuera de control, así va a ser. Tampoco hay nada que comentar sobre los escasos incidentes de la jornada ya que para el Ejecutivo la huelga se desarrolla “con absoluta normalidad”.

Dos no discuten, al menos públicamente, si uno no quiere; y el Gobierno no tiene la menor intención de enzarzarse con los sindicatos. Ahora bien, la reforma laboral “en su parte troncal” no se toca. El paralelismo entre la actitud y el comportamiento del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en una situación similar hace 18 meses con los de Rajoy son absolutos.

La primera huelga contra Mariano Rajoy, a tres meses de formar su gobierno, será la de una jornada de paro que discurre “con plena normalidad” e incluso con una incidencia “menor que las convocadas anteriormente”. Es decir, la huelga que los sindicatos y los trabajadores le hicieron al gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero el 29 de septiembre de 2010 fue más intensa que la que ha provocado la reforma laboral aprobada por el Gobierno del PP. Zapatero y sus ministros, entonces, y ahora Rajoy y los suyos, coinciden en no declarar enemigo, ni siquiera adversario, al mundo sindical, sino resaltar, de una forma un tanto artificial e impostada, la relevancia de los sindicatos en la sociedad y el legítimo derecho de hacer huelga.

El discurso beatífico que el Gobierno exhibe durante la jornada de huelga corre paralelo al reproche permanente del PSOE por la reforma laboral del PP. Los diputados socialistas aprovecharon su turno de palabra en cada una de las seis iniciativas que se debatieron en el pleno del Congreso para pedir al Ejecutivo que reformara una ley “que no va a crear ni un solo puesto de trabajo”. Se está preparando ya el día después de la jornada de huelga que culminará con la exigencia de los sindicatos a abrir una mesa de negociación sobre esta reforma. Pocas o ninguna esperanza cabe albergar toda vez que junto a la decisión de no atacar a los sindicatos se alza la de seguir adelante con la ley convalidada por el Congreso “con 197 votos”, correspondientes a cuatro partidos políticos: PP, CiU, UPN y Foro Asturias Ciudadano. ¿Y el paso por el trámite parlamentario? Puede servir “para enriquecer” el texto pero no para cambiar “la parte troncal”- Esto es lo que va a pasar, expresado por la ministra de Empleo, con la mejor de sus sonrisas.

No sonó tan duro como cuando el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirmó que la reforma laboral no se va a modificar “ni un ápice”, pero el fondo es idéntico. La nueva legislación laboral está ya vigente en España y nada ni nadie la va a modificar. “Es imposible, no podemos dar marcha atrás aunque quisiéramos”, señalan fuentes del PP, al recordar, que Bruselas vigila a España muy de cerca y los mercados están al acecho con no buenas intenciones.

Cuando termine la jornada de huelga, dentro y fuera del Parlamento, todo el mundo deberá tener claro que en esta ocasión no ocurrirá como en 2002 que la protesta sirvió para que el presidente José María Aznar, retirada la ley; al igual que hizo Felipe González con un plan de empleo juvenil tras una jornada similar. No habrá cambios. Ahora bien, los sindicatos también deben saber que el Gobierno no va a hacer caso en todo a la CEOE. No va a regular la ley de huelga.

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Sobre la firma

ANABEL DÍEZ | CORRESPONSAL POLÍTICA
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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