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La firma que pagó en Suiza dice que lo hizo por el trabajo de Urdangarin

El duque aseguró al juez que el dinero era para abonar el servicio de un jordano

María Fabra
Iñaki Urdangarin llega a los juzgados de Palma para prestar declaración el pasado domingo.
Iñaki Urdangarin llega a los juzgados de Palma para prestar declaración el pasado domingo.ULY MARTÍN

El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, señaló, al menos en una ocasión, una empresa dublinesa, con cuenta en Suiza, como la sociedad en la que debían pagarle las gestiones que había realizado como mediador. Fue en 2008, tras mantener varias reuniones para plantear propuestas de negocios internacionales para una firma valenciana, Agval. Entonces, el duque ya se había distanciado de su socio Diego Torres y planteó a la firma valenciana facturar los trabajos a la sociedad Alternative General Services que era la que, en el caso de que fraguaran las propuestas, se iba a encargar de desarrollarlas, según planteó. Esa sociedad, con domicilio en Dublín, es la misma a la que hace referencia la asistente personal de Urdangarin, Julita Cuquerella, en una nota intervenida durante el registro de su despacho y mostrada al duque durante su interrogatorio en Palma de Mallorca el domingo pasado.

Nota de la asistente personal de Urdangarin.
Nota de la asistente personal de Urdangarin.

Alternative General Services dio a la firma valenciana un número de cuenta en Suiza, que coincide con el que la asistente del duque apuntó en su nota: “Me dice Iñaki que tú ya sabes para que es”, indicaba el manuscrito. En dicha cuenta, la firma valenciana ingresó un total de 375.000 euros en dos pagos diferentes que, según fuentes de la firma, están “completamente fiscalizados, auditados y declarados”. “Nosotros no sabemos si el señor Urdangarin participa de esa cuenta o si desde la misma le pagaron a él”, aseguran las mismas fuentes. En cualquier caso, fue el único pago que Agval hizo por las gestiones y con él entendieron que también se pagaba al duque de Palma, con el que mantuvieron entre seis y siete reuniones. Una de ellas se celebró en la sede del Banco de Valencia, que es accionista de Agval.

Iñaki Urdangarin se refirió a la nota de su asistente y a este trabajo en su declaración ante el juez José Castro, que investiga el posible desvío de fondos públicos y privados a través del Instituto Nóos. Aseguró ni tener ni estar autorizado en ninguna cuenta bancaria en Suiza. Sobre la nota, dijo que la única gestión que hizo con “Aguas de Valencia fue ponerles en contacto con un tal Manssour Tabaa” y que debió de ser este quien “se puso en contacto con Julita Cuquerella para facilitar los datos de la cuenta corriente a donde tendría que transferirle la firma sus honorarios”. “No conocemos a ningún Manssour Tabaa”, afirman fuentes de la empresa, que precisan que, en realidad, la firma para la que trabajó Urdangarin fue Agval y no Aguas de Valencia, de la que la primera es socia mayoritaria.

El duque insistió en que solo podía mediar en proyectos internacionales

“No nos extrañó que nos señalara una empresa dublinesa y tampoco que fuera una cuenta en Suiza porque se trataba de negocios y proyectos internacionales”, afirman fuentes de la firma valenciana. De hecho, inciden en que el duque de Palma, en sus reuniones previas a la firma del contrato de colaboración, insistió en que solo podía mediar para proyectos internacionales. “Lo repitió en varias ocasiones”, aseguran.

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La empresa abonó 375.000 euros a una sociedad con sede en Dublín

El contrato entre Agval y Alternative General Service, en el que no aparece el nombre de Iñaki Urdangarin, indica que se trata de un acuerdo con la empresa de consultoría de estrategias internacional con el objetivo de “captar oportunidades de negocio”.

La sociedad contactó con el duque a través de otro imputado

M. FABRA

Iñaki Urdangarin llegó a la firma valenciana Agval a través del propietario de Looby Comunicación. Se trata de Miguel Zorío, que también está imputado en la causa y que hizo de mediador entre el duque de Palma y la Generalitat valenciana para la firma de un contrato de tres millones de euros destinados a conseguir la celebración de unos Juegos Europeos en Valencia. Los juegos nunca se convocaron.

La relación comenzó en Aguas de Valencia, una de las sociedades en las que participa Agval. Zorío presentó a Urdangarin y se entabló la negociación porque “era quien era”, según indican fuentes de la empresa. Sin embargo, la única colaboración que hubo con Aguas de Valencia fue para la realización de un estudio de responsabilidad social corporativa que facturó Strategic Innovation por un importe de 100.000 euros.

De hecho, Zorío acudió a varias de las reuniones y, según declaró Iñaki Urdangarin, cobró un tercio de esos 100.000 euros. Lo dijo en respuesta a una pregunta del fiscal, que repreguntó si “esa norma de reparto no es la que imperaba en los Juegos Europeos”, a lo que el duque de Palma dijo haberse “enterado ahora mismo”, en referencia a las posibles comisiones que cobró Zorío por haber introducido al Instituto Nóos entre los dirigentes de la Administración valenciana.

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