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España y Marruecos abrirán en mayo dos comisarías conjuntas

Los ministros del Interior de ambos países se reúnen en un clima de "absoluta normalidad" Los centros policiales se ubicarán en Algeciras y Tánger

Jorge Fernández, izquierda, junto a su homólogo marroquí.
Jorge Fernández, izquierda, junto a su homólogo marroquí.EFE

El primer viaje de trabajo del ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, le ha llevado a Marruecos, donde se ha reunido con su homólogo, Mohand Lanser, en un encuentro que se ha desarrollado, según ambas partes, en un clima de "absoluta cordialidad", y que se ha traducido en el anuncio de la apertura de dos comisarías conjuntas hispano-marroquíes en Tánger y Algeciras.

Las comisarías, que se abrirán el próximo mes de mayo, estarán situadas en Tánger y Algeciras, a ambos lados del Estrecho de Gibraltar, y su composición y funcionamiento se desconocen, ya que serán decididas por dos grupos de trabajo.

En rueda de prensa posterior a sus dos reuniones (una a solas con su homólogo, Mohand Lanser, y otra encabezando ambos sus respectivos equipos), los dos ministros pusieron de relieve "el clima de absoluta cordialidad" y de "confianza" entre los dos países en el ámbito policial.

Las comisarías comunes, oficialmente llamadas "centros de cooperación policial conjunta", solo existen en el caso español con Francia y Portugal

Las comisarías comunes, oficialmente llamadas "centros de cooperación policial conjunta", solo existen en el caso español con Francia y Portugal, lo que fue destacado por Fernández Díaz como un ejemplo de la "extraordinaria colaboración" entre sus departamentos.

Más allá de este anuncio, la reunión sirvió principalmente para que los equipos de ambos ministros mostraran su voluntad de profundizar en los cuatro grandes ámbitos de interés común: emigración irregular, narcotráfico, terrorismo y crimen organizado.

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Con respecto a la emigración clandestina llegada desde Marruecos a España, y que suele ser motivo de polémica recurrente por la supuesta pasividad de Marruecos en el control de los flujos migratorios, Fernández Díaz rompió una lanza en favor del vecino.

"Somos conscientes del esfuerzo que despliega Marruecos para prevenir la emigración irregular, y lo agradecemos: España no podría por sí sola hacer frente a un problema de estas características, por ello la cooperación de Marruecos es para nosotros indispensable, se está produciendo y la reconocemos", dijo.

Según el último recuento de la lucha contra la inmigración ilegal, la llegada de inmigrantes ilegales a las costas españolas en 2011 aumentó casi un 50 por ciento respecto a 2010, cuando se contabilizaron 3.562, frente a 5.443 personas del año pasado, lo que rompe la tendencia descendente desde hacía cuatro años.

Además, llegaron otros 3.345 inmigrantes a Ceuta y Melilla, duplicando el número de personas que habían accedido a estas ciudades el año anterior -1.567-.

El ministro marroquí, por su parte, recordó que "Marruecos no puede convertirse en un centro de acogida" (de emigrantes irregulares), y negó que en la lucha contra este fenómeno su país esté violando sus derechos elementales: "Marruecos está totalmente comprometido con los derechos humanos", dijo.

Sobre la cooperación en materia antiterrorista, los dos ministros evitaron en entrar en detalles por razones de eficacia y seguridad, y no explicaron cómo se está concretando esa colaboración para dar con los cooperantes españoles Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón y la italiana Rosella Urru, secuestrados el 23 de octubre en Tinduf (sur de Argelia).

Pero más allá del intercambio de información técnica, Fernández Díaz aprovechó la rueda de prensa posterior para alabar repetidamente "el proceso de reformas políticas y democráticas impulsado por el rey Mohamed VI" de Marruecos, que según él se ha convertido "en un ejemplo para el mundo árabe y para otros países".

"Dadas las circunstancias, las reformas son un modelo, y esta es la posición oficial del Gobierno de España", subrayó el ministro.

Fernández Díaz es el tercer miembro del gobierno español que viaja a Rabat en los dos últimos meses: primero lo hizo el pasado 18 de enero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien siguió, la pasada semana, el ministro de Agricultura y Alimentación, Miguel Arias Cañete. Todos ellos han elegido el vecino del sur como primer destino no europeo de sus viajes, y todos ellos han alabado el proceso de reformas que vive el país, que cuenta con numerosos críticos internos.

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