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Un comisario de policía en el Congreso

Federico Cabello de Alba ha protagonizado una carrera política meteórica en el PP de Córdoba

María Fabra
Federico Cabello de Alba, en una imagen oficial.
Federico Cabello de Alba, en una imagen oficial.

Federico Cabello de Alba era comisario de policía, en activo, hasta hace cuatro años. Hoy es comisario en excedencia, alcalde de Montilla (Córdoba), secretario general del PP cordobés y, desde el domingo, diputado. “En la historia reciente, no sé de otro comisario que haya llegado al parlamento”, dice, quien lleva en su expediente tres cruces al mérito policial.

Cabello de Alba decidió meterse en política al darse cuenta de que se había convertido en un “funcionario crítico” y “no me gustaba”, añade. Por ello, sucumbió a la oferta del PP cordobés, liderado por José Antonio Nieto y decidió, en 2007, dar el salto e integrarse en la candidatura popular por Córdoba, como número dos, entonces independiente. Pero a partir de ese momento, todo se aceleró. Se afilió y, en poco tiempo, ha pasado de ser un concejal en la oposición a ser alcalde de un municipio de unos 24.000 habitantes y secretario provincial del PP de Córdoba. Para las elecciones del domingo, figuró como cabeza de lista de la provincia, con la veterana Rosa Aguilar como oponente, a la que logró arrancarle un diputado, hasta lograr el empate 3-3, superando en siete puntos los resultados obtenidos por el PP en 2008. Una carrera meteórica que él, sin embargo, considera un cúmulo de “circunstancias”.

Y no sabe si esas circunstancias lo llevarán a ocupar algún otro cargo. “Conozco muy bien el cuerpo. No solo el de policía, también el de la Guardia Civil”, asegura después de haber pertenecido 35 años a las fuerzas de seguridad . “Si me lo solicitasen, yo encantado”, afirma, aunque añade: “Quiero compatibilizar la alcaldía de Montilla con mi trabajo como diputado, salvo que el partido quiera otra cosa”.

El caso es que Federico Cabello de Alba considera que no hay “grandes diferencias” entre ser policía y dedicarse a cualquier otro servicio público, aunque sí precisa que la jerarquización del Cuerpo es distinta a la de la política.

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