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Rajoy o “la luz al final del túnel”

El líder del PP arranca la campaña presentándose como la única alternativa para la crisis y el paro

Mariano Rajoy en el polideportivo de Can Vinader.
Mariano Rajoy en el polideportivo de Can Vinader.MARCEL·LÍ SÀENZ

O yo o el caos. O yo o más de cinco millones de parados. En el arranque de campaña electoral, Mariano Rajoy se presentó como la alternativa a los efectos devastadores de la crisis económica en España, especialmente de los datos del paro. Con un tono en el que evita cualquier chascarrillo o frase arriesgada y apuesta por un tono más próximo al de hombre de Estado que se perciba como capaz de hacer frente a lo que define como un momento histórico. Para ello, según explica, necesita cuantos más votos mejor.

El candidato del PP demostró desde el primer acto de campaña electoral, en doble jornada en Córdoba y en Barcelona, que su principal argumento para el 20-N será el de los casi cinco millones de parados, como cifra que resume el evidente malestar social contra el Gobierno del PSOE. Su equipo de campaña es consciente de que Rajoy no es un candidato que ilusione, pero los datos son tan elocuentes que por sí solos empujan al PP a una expectativa electoral de mayoría absoluta holgada. En el primer día de campaña quedó claro también cuáles son los objetivos territoriales del PP: Andalucía y Cataluña. Son las dos comunidades que numéricamente aportan más escaños en el Congreso y es donde más opciones de crecer tiene el PP; en Andalucía porque es el último feudo socialista y aspira a lograrlo en unos meses y en Cataluña porque su política en la anterior legislatura le llevó a un distanciamiento notable de los ciudadanos. Por eso serán las dos comunidades que más veces visitará en campaña y en las que más se volcó en los meses previos.

“Con esta gente es imposible la recuperación” y “al frente de los Gobiernos ha habido gente que no ha sabido gestionar la economía española”, aseguró Rajoy para resumir lo que para él es el caos en este momento, es decir, la situación de crisis económica. Y frente a ellos aseguró que lo que está en juego el 20-N es que sigan “empeorando las cosas cada vez más” o que se vislumbre “una luz al final del túnel”. Esa luz, según explicó, es la de las propuestas del PP, aunque “caigan bien o sean más simpáticos”.

“Los comicios del 20 de noviembre no son unas elecciones entre partidos”, aseguró el cabeza de lista de los populares, para quien se trata de un “momento histórico”, expresión que habitualmente utilizan todos los candidatos en todos los comicios que se celebran para poder incentivar el voto. En este caso, el objetivo con expresiones como esa es incentivar a los suyos a acudir a las urnas, que ninguno de sus posibles votantes se quede en casa ante la seguridad de que el PP ganará las elecciones.

El cabeza de lista pide un “Gobierno fuerte para un momento histórico”

Para conjurar el posible rechazo a un Gobierno con mayoría absoluta, dada la carga peyorativa que esta expresión tiene habitualmente, el equipo de campaña puso en juego desde el primer minuto la expresión “Gobierno fuerte”, para presentar como un valor positivo sus holgadas expectativas.

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La tesis apuntada por Rajoy es que en esta situación casi de emergencia es necesario que pueda gobernar en solitario, sin estar ligado a pactos que limiten su capacidad de tomar decisiones frente a la crisis.

“Las cosas no están bien y la tarea que tenemos por delante es ingente, enorme y porque se va a requerir mucha competencia, mucho coraje, mucha valentía, mucha moderación, mucho diálogo y mucho entendimiento”, añadió, no obstante, para presentarse con la imagen de moderación que ha pretendido imprimir en los últimos meses a su actuación como líder de la oposición.

La palabra diálogo, junto con la de “cambio” que figura también en su eslogan electoral, es otro de los mantras habituales de los candidatos, especialmente, de aquellos que están en condiciones de triunfos holgados. La perspectiva de un rodillo parlamentario siempre se intenta conjurar con la repetición de la palabra diálogo, unida a otras como moderación o similares.

Otro de los clásicos de las campañas es ir incluyendo cada día una propuesta en forma de anuncio, relacionada con el auditorio que previamente ha preparado el partido. La elección de los temas tiene que ver con los objetivos que el partido se marca en el arranque de campaña, es decir, sectores como los jóvenes, los parados, los pensionistas o las personas con discapacidad, por ejemplo.

En este caso, era un acto con miembros de Nuevas Generaciones y, por eso, el anuncio estrella era un Plan de Empleo Juvenil que pretende poner en marcha el PP si los españoles le dan su confianza en las próximas elecciones.

El líder del PP anunció la bonificación del cien por cien a las cotizaciones de la Seguridad Social durante el primer año a la contratación de menores de 30 años, aumentar el porcentaje de capitalización de la prestación por desempleo hasta el cien por cien para jóvenes menores de 35, reducir las cuotas de la Seguridad Social un 35% a los autónomos durante los tres primeros años y la implantación de créditos blandos o microcréditos para el desarrollo de actividades empresariales entre los jóvenes, entre otras.

Rajoy solo se apartó de la crisis a instancias de un espontáneo que en Córdoba le preguntó a voces qué hará con los asesinos de ETA. El líder del PP, como respuesta espontánea, dejó claro que sobre este asunto hablará lo justo. “Ley y Estado de derecho”, se limitó a contestar Rajoy.

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