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CADA PAÍS, SU CAMPAÑA

Alemania, un duelo descafeinado

Tras cuatro años de Gran Coalición, la última campaña electoral de 2009 fue particularmente floja

Ángela Merkel, en el mitin de cierre de campaña en Berlín, dirigiéndose a sus seguidores.
Ángela Merkel, en el mitin de cierre de campaña en Berlín, dirigiéndose a sus seguidores. ASSOCIATED PRESS

La última campaña legislativa en Alemania, en 2009, fue particularmente floja, porque el resultado estaba claro desde mucho antes del 27 de septiembre. La CDU contaba con una victoria de la canciller Angela Merkel, que hace dos años alcanzaba sus máximas cotas de popularidad. Tras cuatro años de Gran Coalición con los socialdemócratas del SPD, los democristianos aspiraban a formar un Gobierno de centro-derecha con los liberales (FDP). Merkel encabezó una campaña de estilo presidencial, alejada de polémicas. Ya un año antes de los comicios, la CDU anunció una blitzkampagne, una campaña relámpago.

La cita cumbre de la campaña fue, como lo ha sido desde 2002, el duelo televisado del 13 de septiembre. Enfrentaba a la canciller federal y líder democristiana Angela Merkel (CDU) con el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier (SPD), a la sazón vicecanciller de Alemania y ministro de Exteriores. Formato: cuatro periodistas (dos de las públicas, dos de las privadas), 90 minutos. La audiencia de 14 millones (42%) quedó muy lejos de los 21 millones que vieron el duelo de 2005. Demasiados periodistas, pocas ganas de pelea.

Uno moderador describió la aburrida batalla dialéctica: “Parecen ustedes un viejo matrimonio”. La frase se convirtió en la muletilla de la campaña. Merkel y Steinmeier parecían una de esas parejas en trance de separación que, en el fondo, se plantean por qué no seguir juntos. Merkel, como cabeza visible del Gobierno, capitalizó la calma chicha.

Los alemanes demostraron que habían cambiado de preocupaciones y que daban por superada la crisis económica. Así que decidieron dejar en el Gobierno a la canciller, cuyo mensaje principal era ella misma. El FDP obtuvo un excelente 14,6%. Su campaña se centró en una sola promesa: bajar los impuestos. Cuando Merkel y su entonces vicecanciller Guido Westerwelle (FDP) anunciaron “el mayor paquete de austeridad de la historia alemana” meses después de ganar las elecciones, los liberales ya se resentían por el incumplimiento de su promesa electoral. Hoy, los sondeos les dan un raquítico 4% de intención de voto.

La campaña de 2009 se saldó con una debacle del socialdemócrata SPD, que cayó al 23%. Les pasó factura el desgaste de 11 años de Gobierno, cuatro de ellos como socios minoritarios de una Merkel en su mejor hora. La CDU y su partido hermano bávaro CSU obtuvieron resultados muy mediocres, pero suficientes para formar el actual gobierno con el potente FDP.

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