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CADA PAÍS, SU CAMPAÑA

Francia, la campaña más vigilada

La presencia de los candidatos en los medios de comunicación está sometida a un estricto control

El candidato a la presidencia del Partido Socialista francés, Francois Hollande, en la conferencia del partido en La Rochelle (Francia), en 2008.
El candidato a la presidencia del Partido Socialista francés, Francois Hollande, en la conferencia del partido en La Rochelle (Francia), en 2008. FRANCE PRESSE

En Francia existen dos tipos de elecciones generales: las presidenciales, en las que los electores votan directamente por el jefe de Estado, y las legislativas, en las que se elige al Parlamento. Ambas se celebran cada cinco años y aunque oficialmente las legislativas son el equivalente a las españolas, el régimen presidencialista francés le da mayor relevancia a las presidenciales. En mayo del año que viene los franceses elegirán al nuevo mandatario y en junio al nuevo parlamento. Los dos tipos de campaña están reguladas y seguidas de cerca por una Comisión de campaña electoral.

La campaña presidencial oficial se inicia dos semanas antes de la primera vuelta y se cierra la víspera de la primera elección. Si ningún candidato obtiene más del 50% de los votos, algo que nunca ha ocurrido, se celebra una segunda vuelta dos semanas más tarde. De nuevo, la campaña se cierra la víspera de la votación. Para poder aspirar a presentarse como candidato a la presidencia, es necesario obtener el aval de al menos 500 cargos electos, sobre un total de unos 47.000, 35.000 de los cuales son alcaldes.

Entre las dos vueltas, es tradición que los dos candidatos que pasaron la primera vuelta celebren un debate televisivo en directo, dirigido por periodistas de varios medios. Habitualmente son los del principal canal privado, considerado un medio más conservador, y del principal canal público, visto como más de izquierdas. Ha habido una sola excepción a esta regla no escrita y fue en 2002: entonces pasaron a la segunda vuelta el candidato conservador y presidente saliente, Jacques Chirac, y, a la sorpresa general, el líder del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen. Chirac se negó a debatir con el líder ultraderechista.

Aunque como en España, las campañas se inician y se cierran con un gran mitin ante los militantes, la forma de llegar al público son los medios de comunicación, que, precisamente por ello, son sometidos a un estricto control. Durante la campaña oficial, el tiempo dedicado en las ondas y las televisiones a cada candidato, tanto en entrevistas directas como en reportajes o informaciones sobre su programa, es controlado por el Consejo Nacional Audiovisual para garantizar la igualdad de todos. Además, hasta el año 2002, los sondeos estaban prohibidos durante la semana anterior a la votación, algo que ahora se ha limitado a la víspera.

Es probable también que, durante la campaña para las próximas elecciones, las redes sociales sean un instrumento clave, a juzgar por la actividad en Twitter registrada en las primarias socialistas de este otoño. Incluso cuando se encontraban en pleno debate, las cuentas de los candidatos François Hollande y Martine Aubry tuiteaban en directo sus propuestas.

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