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HACIA EL FIN DE ETA

Rajoy y Urkullu liman en secreto sus diferencias sobre el fin de ETA

Los líderes del PP y del PNV se han reunido seis veces en un año El acercamiento de presos es la única discrepancia de relieve

Luis R. Aizpeolea
Urkullu y Rajoy, en el Congreso de los Diputados en 2010.
Urkullu y Rajoy, en el Congreso de los Diputados en 2010.ULY MARTÍN

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha sido el principal aliado del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en su segunda legislatura. Pero eso no ha sido incompatible para que haya sostenido una relación estable con el líder del PP, Mariano Rajoy, desde que, hace un año, este se convirtió en alternativa real de Gobierno. Es una relación poco conocida: Rajoy y Urkullu han mantenido seis reuniones secretas en un año, todas en Madrid, la última en julio, centradas en el proceso terminal de ETA. Estos encuentros les han servido para acercar posiciones y crear un cierto clima de complicidad.

Rajoy ha buscado una relación estable con el líder del primer partido vasco en votos, al que considera una pieza clave en el final de ETA, y del que valora su decisión de “rechazar contrapartidas políticas por el final del terrorismo”, según fuentes del PP. A Urkullu, a su vez, le parece necesaria una relación regular con el líder de un partido que puede gobernar España y al que está dispuesto a dar cobertura en Euskadi “siempre que no dé marcha atrás” en el proceso de fin del terrorismo.

La relación entre Rajoy y Urkullu es una consecuencia del desbloqueo de la situación política vasca, tras la salida de Ajuria Enea de Juan José Ibarretxe, hace más de dos años. El líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, aliado del lehendakari, el socialista Patxi López, pronto abrió contactos con Urkullu.

Urkullu, en contraste con Ibarretxe, popularizó el discurso de que “la paz no tendrá precio político”. Ese discurso facilitó el clima para que Basagoiti abordara con él el final del terrorismo de ETA, una cuestión recogida, a su vez, en el acuerdo del Gobierno vasco que firmaron López y Basagoiti en abril de 2009. En las reuniones de Urkullu con Basagoiti, la última esta misma semana, no se ha cuestionado el apoyo del líder del PP vasco al Gobierno de López.

Sobre esa base se iniciaron, a finales de 2010, los contactos regulares entre Rajoy y Urkullu, que ponían punto final a la etapa de confrontación entre el PP y el PNV, sostenida desde la segunda legislatura de José María Aznar y continuada en la primera legislatura de Zapatero.

Basagoiti, desde que ganó la dirección del PP vasco hace tres años, dio un giro a la política de confrontación con el nacionalismo democrático e introdujo matices en la política antiterrorista que le acercaron a los socialistas vascos y al PNV. Cuenta con el apoyo total de Rajoy y es el portavoz del PP en política antiterrorista vasca cuando surgen cuestiones espinosas. Lo acaba de ser, por orden de Rajoy, en asuntos recientes como la declaración de los presos de ETA, la disolución de Ekin y el respaldo de la banda a la verificación internacional del alto el fuego.

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En sus reuniones, Urkullu ha informado regularmente a Rajoy de los pasos dados por la izquierda abertzale desde la aprobación del documento Zutik Euskal Herria —su apuesta por las vías políticas y pacíficas, en febrero de 2010—, la primera tregua de ETA de septiembre de 2010 y la de enero de este año, así como de sus consecuencias políticas.

Urkullu ha defendido ante Rajoy la “unilateralidad” del proceso iniciado por la izquierda abertzale en febrero de 2010, que implica no solo la inexistencia de una negociación con el Gobierno y los partidos, sino que también la no cesión de contrapartidas políticas a cambio del cese definitivo de la violencia por parte de ETA. Esta nueva situación, la unilateralidad, respecto a procesos anteriores en los que ETA ha estado involucrada, ha abierto las expectativas de Rajoy.

Este ha aclarado a Urkullu que, pese a ser una cuestión muy importante, no pretende hacer del terrorismo una cuestión clave en su agenda política, al ser la décima preocupación de los españoles y la quinta para los vascos, según el CIS.

Las conversaciones han puesto de relieve, también, algunas discrepancias, como el tratamiento a los presos de ETA. Mientras Urkullu defiende la aplicación inmediata de beneficios penitenciarios y el acercamiento de los reclusos al País Vasco por razones humanitarias y para desdramatizar el problema de sus familias, Rajoy es partidario de no adoptar ninguna medida hasta que ETA declare el cese definitivo de la violencia.

El líder del PP considera, y en esto coincide el Gobierno de Zapatero, que si se hacen cesiones a ETA en materia de presos antes del cese definitivo de la violencia, la banda terrorista elevará el listón para su final y exigirá contrapartidas políticas, inasumibles para un Gobierno democrático. “En todo caso, Rajoy está abierto a adoptar medidas de reinserción para los presos de ETA si cesa definitivamente la violencia”, dicen en el PNV y confirman fuentes del PP.

Otra discrepancia de Rajoy con Urkullu, vinculada a la anterior, se refiere a su actitud ante Bildu, la coalición recientemente legalizada, en la que participa la izquierda abertzale. Urkullu defiende su presencia política.

Sin embargo, Rajoy, según fuentes del PP, sostiene que mientras ETA exista es conveniente mantener la amenaza de ilegalización de Bildu, con el fin de forzar a la izquierda abertzale a lograr que la banda terrorista cese definitivamente. “Lo que ha hecho evolucionar a la izquierda abertzale ha sido dejarles en ausencia de expectativa”, señalan fuentes del PP.

No obstante, Rajoy admite, según las mismas fuentes, que, en la práctica, no es posible la ilegalización de Bildu. De ahí que, en contraste con José María Aznar, soslaye públicamente esta cuestión, como se ha visto en Málaga, en la convención nacional del PP de este fin de semana.

Pero el PNV no oculta su temor de que el discurso de Aznar, de ilegalizar Bildu y confrontar con el Gobierno socialista y los partidos nacionalistas en política antiterrorista, cuaje en determinadas capas del PP y asociaciones de víctimas, que acaben condicionando la política antiterrorista de Rajoy si gana las elecciones del 20-N. “Espero que Rajoy no cambie la política antiterrorista”, señala Urkullu, tras admitir su preocupación por las declaraciones de Aznar.

Basagoiti considera fundamental un proyecto compartido entre el PP, PSE y PNV para el fin del terrorismo en Euskadi, del que hace partícipe a Rajoy. “No se trata solo de lograr que ETA termine cuanto antes. También se trata de que no vuelva nunca. Para eso es necesario deslegitimar su historia con un relato compartido por los demócratas”, señala el líder del PP vasco, que expresa su coincidencia con esta parte de la propuesta del lehendakari López, recogida en su plan de paz y convivencia, presentado hace una semana.

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