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La Generalitat defiende el copago y la participación privada en servicios

El consejero de Economía quiere que los ciudadanos paguen por recibir prestaciones

Lluís Pellicer
Andreu Mas-Colell, consejero de Economía de Cataluña, durante su intervención.
Andreu Mas-Colell, consejero de Economía de Cataluña, durante su intervención.JOAN SÁNCHEZ

Tras una semana de crispación por los recortes sociales que sigue ejecutando el Gobierno catalán, ayer el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, salió a defender las medidas para reducir el déficit y recortar la ingente deuda catalana y expuso el modelo de Estado de bienestar al que se enfrenta Cataluña en los próximos años. Sin nombrar la palabra “copago”, que CiU rechazó en la última campaña electoral, Mas-Colell defendió que los beneficiarios de “muchos” servicios públicos asuman su coste y proclamó el fin del “acceso gratuito universal” a las prestaciones al considerar que para ello se requieren un volumen de recursos que en el futuro no se podrá alcanzar a través de los impuestos. Además, reclamó más participación privada para dispensar estos servicios.

Declarado detractor del “keynesianismo en un solo país”, Mas-Colell hizo ayer una defensa acérrima de la consolidación fiscal en la conferencia inaugural del curso académico del prestigioso foro barcelonés del Círculo de Economía. Ante un auditorio repleto de empresarios, directivos y profesores universitarios, Mas-Colell reiteró que no hay “otra opción que la estabilidad presupuestaria”. Y a pesar de que admitió que la Unión Europea (UE) podría decantarse por adoptar medidas de estímulo para evitar una recesión, advirtió de que ese debate no existe para Cataluña: ni la UE lo permitiría ni es recomendable, dijo, si hay altos niveles de endeudamiento.

Los recortes sociales, no obstante, esta semana han terminado de sublevar a los colectivos de profesionales de la salud, la educación y los servicios sociales. Cientos de trabajadores del sector sanitario paralizaron el tráfico del centro de Barcelona el jueves e incluso irrumpieron en la sede del Instituto Catalán de Salud para boicotear una reunión donde se abordaba su rebaja salarial. Mas-Colell se mostró ayer comprensivo con esas protestas, que consideró “legítimas”. Aun así, advirtió de que la senda hacia la estabilidad presupuestaria supondrá “renuncias dolorosas”. “Se trata de mantener y consolidar todo lo esencial, el núcleo del Estado de bienestar”, zanjó.

Puesto que la estabilización de las finanzas públicas requerirá de un periodo largo, Mas-Colell planteó que el “acceso universal gratuito” a los servicios públicos es una fórmula “imposible de seguir hasta el final” porque requiere de cantidades de recursos que no pueden “canalizarse” por la “vía de los impuestos” y agregó que “muchos servicios” —“no todos”— pueden ser financiados por sus beneficiados. Mas-Colell puso varios ejemplos: se mostró partidario de recuperar la impopular vía de los peajes para construir carreteras, propuso que los estudiantes asuman el coste de su formación universitaria y planteó que las empresas asuman la promoción de un sector si creen que es “importante”. No citó ninguno en concreto, pero en la cabeza de los empresarios estaban las voluminosas ayudas que la Generalitat ha venido dando a los sectores turístico y aéreo.

Mas-Colell, que defendió un impuesto “ejemplarizante” a las grandes fortunas pero declinó hablar de una eventual subida de los impuestos que gravan el capital, también pidió a los empresarios más participación en los servicios privados. “Los poderes públicos, como los gases, ahora tienen dificultades serias para expandirse. Aprovéchenlo”, requirió a su auditorio.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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