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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Las bases de un relato

Luis R. Aizpeolea

El lehendakari, Patxi López, estableció ayer, en su discurso en el debate de política general en Euskadi, por vez primera, las bases de un consenso social de mínimos para asumir el pasado cuando se está al final del terrorismo. La reacción de los partidos demuestra que es posible que ese consenso de mínimos pueda lograrse en el tiempo y que el lehendakari ya ha empezado a trabarlo en contactos discretos con los líderes de los principales partidos vascos.

Lo más espectacular de su discurso fue la propuesta de flexibilizar la política penitenciaria y adoptar medidas, como el acercamiento de presos, una vez que ETA anuncie el cese definitivo de la violencia. Pero su discurso tuvo otras importantes novedades.

La primera fue su diagnóstico de que el terrorismo ya es historia. “El terrorismo, tal y como lo hemos conocido en Euskadi, ha terminado para siempre”, fue una de las expresiones categóricas con que dio por acabadas décadas de violencia.

La segunda novedad fue el esbozo de un relato compartido sobre las décadas de terrorismo en Euskadi, necesario para construir la futura convivencia entre los vascos, dañada en este largo tiempo por quienes apoyaron la violencia o miraron para otro lado. Para ello introduce como novedad, además del reconocimiento a las víctimas de ETA, a las de los GAL, sin olvidar a las de los abusos policiales.

Pero también precisó cómo el relato sobre el fin de la violencia tiene que tener como protagonistas a los demócratas y no a ETA ni la izquierda abertzale. “No podemos permitir que se intente reescribir la historia, convirtiendo en héroes a quienes fueron verdugos y asesinos”. Entre otras iniciativas avanzó la creación del Instituto de la Memoria y la Tolerancia que mantendrá la memoria de estas décadas de violencia para que no se repitan. El lehendakari evitó hablar de reconciliación —un objetivo aún lejano en Euskadi— y de pacificación —no ha habido una guerra—. El objetivo, tras el fin de ETA, es poder convivir que no es poco.

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