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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Urgencias con retraso

El PP tiene que apoyar la solvencia española en lugar de pedir cuentas por una crisis global

En medio de una caída bursátil que deteriora gravemente el valor de las empresas y después de una cadena de ataques especulativos contra las deudas española e italiana que desestabilizaron el euro durante varios días, el PP se ha decidido a exigir una “comparecencia urgente” del presidente Zapatero en el Congreso para que explique la grave “situación económica y financiera” de España. Las urgencias del PP llegan con cierta demora. El diferencial de deuda se ha estabilizado, debido a la intervención de la autoridad monetaria europea (el Banco Central Europeo) que es la institución que dispone de resortes (compra de deuda en el mercado secundario) para enfriar la prima de riesgo de los países atacados. Lo que podía hacer el Gobierno no era comparable a la poderosa acción del BCE, pero en todo caso ya se ha anunciado un plan adicional para garantizar la corrección del déficit en 2011.

En cuanto a la caída permanente de las bolsas, que ayer volvieron a repetir el esquema de subidas a primeras horas de la mañana y pérdida de fuelle después, el PP sabe o debería saber que responde a los temores de que en los próximos meses, quizá también en 2012, la economía mundial, y en especial la europea, entre en una fase de estancamiento. Salvo que el primer partido de la oposición considere que Moncloa decide con sus errores o aciertos la tendencia de la economía mundial, poco podrá explicar el presidente del Gobierno que no sepa ya Mariano Rajoy. Una solución posible es que las autoridades económicas europeas, que disponen del poder político y legislativo para hacerlo, limiten las ventas a corto; pero, de nuevo, poco puede explicarse desde la óptica de la política interna. Cosa diferente es que Zapatero explique las razones de las medidas económicas que prepara, pero son coherentes con la política económica del Gobierno.

La petición “urgente” sólo es otro ejemplo de la incapacidad del PP para ejercer una oposición efectiva. Pretende transmitir la idea sectaria de que toda la culpa de la crisis es del Gobierno. Precisamente porque esta crisis tiene carácter global es por lo que se reclama al PP que respalde públicamente los ajustes aprobados en el Estado central y en las autonomías. Pero al PP le complace o le conviene la política de tierra quemada. Calcula quizá que cuanto peor sea la situación en 2012 con tanta mayor razón podrá un eventual gobierno suyo culpar a la herencia recibida de las dificultades para recuperar la economía.

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