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Anticorrupción apela de nuevo la absolución de dos letrados

El juez exonera por segunda vez a Delgado y López Rubal

Dos veces ha levantado el juez del caso Gürtel la imputación a los letrados Manuel Delgado y José Antonio López Rubal, y dos veces ha recurrido contra esa decisión la Fiscalía Anticorrupción, porque entiende que ambos letrados mantenían una estrecha relación con los jefes de la trama corrupta y colaboraron con ellos para ocultar a la justicia, dentro y fuera de España, parte del dinero ilegalmente amasado por la red. Y es que el instructor de Gürtel, Antonio Pedreira, ha considerado, por segunda vez, que tanto Delgado, primer abogado del cabecilla Francisco Correa, como López Rubal (conocido como Pepechu, abogado de Pablo Crespo y parte de cuyas conversaciones figuran en estas páginas) no se apartaron de su labor legal de asesoramiento.

La Fiscalía Anticorrupción no está de acuerdo con eximir a ambos abogados de responsabilidad. Entiende que ayudaron a la red a ocultar dinero y que forman parte de la estrategia y actividades de la trama. Por este motivo ha presentado un recurso de reforma ante el propio juez Pedreira y subsidiario de apelación ante la Sala de lo Penal y Civil del Tribunal Superior de Justicia. Lo normal es que el juez mantenga su criterio exculpatorio y que finalmente sea la Sala (integrada por los magistrados Francisco Vieira, Emilio Fernández Castro y José Manuel Suárez Robledano) la que adopte la última decisión. Fue precisamente la Sala la que revocó la primera decisión de archivo de Pedreira contra ambos abogados, al estimar el primer recurso de Anticorrupción contra el sobreseimiento.

La Sala señaló que ambos letrados debían seguir imputados porque en la causa existen indicios de que pudieron excederse y delinquir en su misión de defensa de Correa y su lugarteniente Crespo. Las conversaciones entre estos abogados y los cabecillas de la red tanto fuera como dentro de la cárcel avalarían esas supuestas connivencias.

Pero Pedreira sigue manteniendo que “los supuestos indicios delictivos” que se ciernen sobre ellos son insuficientes “para enervar” la presunción de inocencia y que no hay pruebas de que hayan “intervenido en una confabulación, ni incurrido en una conducta reprochable”. “Nos estamos refiriendo”, aclara el juez, “a dos profesionales de la abogacía en el ejercicio de la misma, que han realizado correctamente su función”.

Parte de las grabaciones en la cárcel fueron anuladas por el Tribunal Superior, lo que ha obligado a Pedreira a purgarlas una por una y dejar únicamente los pasajes que no afectan al derecho de defensa. Una de esas conversaciones en la cárcel revela, por ejemplo, cómo Crespo, el 24 de febrero de 2009, habla con López Rubal y le da instrucciones para ejecutar fondos ocultos en Suiza.

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