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Los víctimas del accidente de Barajas consideran "sangrante" la investigación

El colegio de pilotos impulsará una revisión "independiente" del informe sobre las causas Los afectados consideran "ofensivo" por "incompleto" el documento de Aviación Civil

Pilar Vera y José Pablo Flores, de la asociación de afectados, comparecen ante los medios.
Pilar Vera y José Pablo Flores, de la asociación de afectados, comparecen ante los medios. SAMUEL SÁNCHEZ

Pilar Vera, presidenta de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022, no se engaña. Sabe que por mucho que se empeñe en escarbar la verdad nunca recuperará a su sobrina. La joven fue una de las 154 víctimas del accidente de Barajas del 20 de agosto de 2008. Lo que desea Vera es que ese siniestro no quede "impune" y en el olvido. Que se tome nota y se implante “una cultura de prevención”. Y en ese camino ha sumado apoyos como el del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (COPAC), que financiará una “revisión independiente” del informe definitivo de los investigadores, que resulta "sangrante", "ofensivo" e "incompleto" para las víctimas. Para mostrar su enfado han enviado una carta al ministro de Fomento, José Blanco.

El colegio y los afectados critican que los investigadores "limiten" la "responsabilidad" del accidente a “los muertos”, es decir, a los pilotos del avión de Spanair. Las conclusiones de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) son "parciales", estiman. "Necesitan 308 folios para ocultar la realidad de la tragedia. Es sangrante", denuncia la presidenta de la asociación de afectados.

Elaborado por un organismo dependiente del Ministerio de Fomento y publicado la semana pasada, el informe sostiene que la causa del accidente fue un olvido de la tripulación, que no desplegó los flaps y los slats, alerones que habrían permitido la sustentación del avión durante la fase de despegue, momento en el que se produjo el accidente. También señala, sin aclarar el motivo, que falló el sistema de alarmas que debía alertar sobre el descuido, el llamado TOWS. Familiares de las víctimas, supervivientes, el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) y el Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial coinciden en criticar el documento. Mientras tanto, la investigación judicial continúa. El juez Javier Pérez ha imputado a tres jefes de área de Spanair y a dos mecánicos de la compañía por su supuesta responsabilidad en el siniestro.

Luis Lacasa, decano del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial, cree que las conclusiones de la comisión tendrían que ir mucho más lejos y no conformarse con señalar "un error humano”. Este piloto de un Airbus 340 de Iberia asegura que está en juego la “cultura de la seguridad” de una industria que ha sufrido “precarización en los últimos años”. La revisión del informe “servirá para hacer unas recomendaciones eficientes” que se puedan presentar luego a la Comisión de Fomento en el Congreso, que tendría potestad, explica el decano, para reabrir la investigación y pedir la "modificación" del informe original.

Ese es el objetivo. Mientras tanto, en una rueda de prensa celebrada esta mañana, Lacasa ha expuesto que un accidente aéreo suele llegar tras “una cadena de errores” y no un único traspié. Por muy alta que sea la formación, el fallo humano nunca debe descartarse, ha matizado este experto. De ahí la importancia de que el resto de la “cadena” no falle. En el caso del avión Spanair, a su juicio, se sucedieron varios errores, entre ellos el del sistema de alarmas del avión.

Rafael Vidal, ingeniero de Telecomunicaciones, no sabe bien si lo que le salvó fue sentarse en una de las filas delanteras del avión. Es uno de los 18 supervivientes. Lleva casi tres años de operaciones, 11 en total, 10 de ellas en la pierna y una en la espalda. Tras un periplo demasiado largo por los quirófanos, ha depositado sus esperanzas en la última intervención, que se llevó a cabo en abril a manos del doctor Alexander Lovic. “Apunta su nombre, que aparezca en el texto”, pide.

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Como ingeniero y vocal de la asociación de afectados, Vidal ha analizado esta mañana el informe ante la prensa. Le sigue sorprendiendo que los investigadores no aclaren el porqué del fallo del sistema de alarmas. “Hubo una mal praxis por parte de la compañía”, ha denunciado. “Falló la seguridad aérea. Fallaron los mecánicos. Fallaron los pilotos. Yo estoy seguro de que el sector aéreo está putrefacto. Sigo volando, sí, pero me pienso muy bien en qué compañía vuelo. No tengo miedo, pero me acuerdo de lo que me pasó”.

José Pablo Flores, vocal de la asociación de afectados, también iba en ese avión. Casi tres años después no comprende cómo pudo estar esperando durante “40 minutos” la asistencia sanitaria. Se trata del testimonio de un superviviente que trabajó antes del accidente para el Samur. “Hay un hecho cierto: yo estuve ahí", ha dicho. "Y lo que refleja el informe no es verdad. Resulta ofensivo leer que la actividad de los servicios de emergencia fue buena cuando pasamos 40 minutos desangrándonos allí”.

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