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Incentivos económicos por devolver envases usados

La Ley de Residuos abre la puerta al cobro por botellas o latas

Planta de clasificación de envases en Madrid.
Planta de clasificación de envases en Madrid.ULY MARTÍN

El viejo sistema de cobro por devolver los cascos de las botellas puede estar de vuelta. La Ley de Residuos y Suelos Contaminados aprobada ayer en el Congreso de los Diputados admite esa posibilidad, pero se condiciona expresamente a informes sobre su viabilidad técnica y económica que hoy se ven complejos.

La nueva ley obliga a España a llevar a cabo la recogida separada de distintos materiales procedentes de residuos (papel, plástico, vidrio y metales) antes de 2015. También prevé la eliminación de las bolsas de plástico de un solo uso y no biodegradables progresivamente hasta 2018, dentro de un plan que un portavoz de Medio Ambiente define como “el camino hacia la sociedad del reciclado”. Los fabricantes recibieron la ley con irritación y auguraron pérdidas de empleo, ya que España es de los principales productores de bolsas de Europa.

La sociedad del reciclado, cuyo modelo puede ser actualmente Alemania, implica una transformación de hábitos en fabricantes y consumidores. La ley se refiere a algún tipo de incentivo económico —aún no concretado— para la devolución de botellas vacías y también de otros envases como bricks o latas. El reciclaje de estas últimas posee gran interés ya que la recuperación de sus componentes básicos de fabricación —aluminio y acero— resulta muy rentable y de fácil reutilización. En Alemania existen numerosas máquinas trituradoras de este tipo de envases en calles, bares y tiendas. Las latas tienen un recargo de 25 céntimos que se devuelve al depositar en esas máquinas el envase.

Las organizaciones ecologistas Greenpeace, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra han criticado la ley por entender que se queda corta. Comisiones Obreras alaba el texto y destaca que puede generar hasta 14.000 empleos gracias a la profesionalización del sector. Los actuales sistemas de gestión de residuos critican que el sistema alemán de depósito es caro, incómodo y que no mejora las tasas totales de reciclado.

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