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Zapatero rechaza un adelanto electoral hasta que se supere esta crisis financiera

La evolución de la situación económica será clave en la decisión sobre el adelanto electoral Dirigentes socialistas no están seguros de que se cumpla el objetivo de llegar a marzo Blanco pide a las autonomías especialmente del PP que reafirmen la "solvencia" de España El Gobierno espera solventar las dudas de muchas autonomías en el Consejo Fiscal de julio

Luis R. Aizpeolea
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicepresidenta, Elena Salgado, conversan con el ministro de Fomento, José Blanco, durante el pleno celebrado ayer en el Congreso.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicepresidenta, Elena Salgado, conversan con el ministro de Fomento, José Blanco, durante el pleno celebrado ayer en el Congreso.GUSTAVO CUEVAS (EFE)

El candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, rechazó ayer, en un encuentro informal con los periodistas en La Moncloa, tras el traspaso de poderes a José Blanco como portavoz del Ejecutivo, que el cambio de Gobierno prefigure un adelantamiento electoral a noviembre. No dijo, sin embargo, nada sobre si su salida del Gobierno lo vaticina. El discurso oficial sigue siendo el de agotar la legislatura. Ayer mismo, el nuevo ministro portavoz, en su acto de toma de posesión, quiso dejar claro que “quedan muchos días para las elecciones” y que el Gobierno trabaja con la perspectiva de marzo.

También la víspera, en la misma sala de las ruedas de prensa del Consejo de Ministros, cuando se le preguntó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre el tema, respondió: “Ya saben lo que pienso”. Esto es, lo que viene reiterando, que tratará de agotar la legislatura. En todo caso, la decisión la va a marcar la situación financiera. Zapatero ya ha aclarado que no convocará los comicios mientras no se superen las convulsiones financieras, porque España no puede permitirse paralizar la gestión con unas elecciones.

Sin embargo, numerosos dirigentes socialistas, en privado, no están seguros de que la pretensión de marzo se vaya a cumplir. Y no es porque el Gobierno no vaya a disponer de apoyos parlamentarios para sacar adelante los Presupuestos de 2012. Existe una predisposición favorable del PNV y Coalición Canaria para apoyarlos. La duda existente es el precio que puedan pedir por ese apoyo cuando, para ese momento —finales de septiembre— las principales reformas pendientes estarán a punto de culminar.

Mientras ese panorama se aclara, y en principio esa competencia es exclusiva del aún presidente del Gobierno, los nuevos ministros y los reajustados tomaron ayer posesión de sus cargos, bajo la fórmula de la promesa. Y aprovecharon para lanzar algún aviso. El más evidente fue el lanzado por el nuevo portavoz del Ejecutivo. El también ministro de Fomento, José Blanco, se estrenó ayer en esa función de portavoz con un llamamiento a las Administraciones públicas y a los agentes económicos para que contribuyan a afianzar la solvencia económica y financiera de España.

Lo hizo en un día en el que la inestabilidad de los mercados financieros llevaron a la prima de riesgo española hasta los 380 puntos básicos. A tan solo pocos metros del Ministerio del Portavoz, donde Blanco tomó el relevo de Alfredo Pérez Rubalcaba, en presencia del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se entrevistaba con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para preparar la estrategia de respuesta al nuevo y gravísimo ataque al euro con repercusiones en Italia y España.

Blanco se refirió inevitablemente a la cuestión. Reclamó a los países europeos que sean “inexcusablemente rápidos y eficaces” para devolver la estabilidad a los mercados. Pero sobre todo le dio un sesgo nacional a su intervención.

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La víspera, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, había cuestionado los datos de déficit que había recibido del precedente Gobierno socialista de la comunidad y que podría triplicarse, a fin de año, lo autorizado por Hacienda. Esa sombra de sospecha de Cospedal llevó a que la portada de The Wall Street Journal señalase que las palabras de la secretaría general del PP “aumentan la preocupación sobre el estado real de las cuentas autonómicas”.

En ese contexto, Blanco hizo ayer el llamamiento a las Administraciones ante el temor existente en el Gobierno central de que la denuncia de Cospedal, al ser la secretaría general del PP, se generalice a otras comunidades autónomas donde el PSOE ha dado el paso a Gobiernos del PP, tras ganar este partido las elecciones del 22-M.

El Gobierno central confía en solventar esta cuestión en la reunión que la última semana de julio celebrará el Consejo de Política Fiscal y Financiera y en la que las comunidades autónomas expondrán sus cuentas y adquirirán sus compromisos de cumplimiento del déficit.

Blanco siguió la pauta marcada por su predecesor, Alfredo Pérez Rubalcaba, el sábado en su discurso de proclamación como candidato socialista, y evitó hacer ninguna referencia concreta al PP ni a Cospedal ni a Mariano Rajoy. Y lo argumentó al señalar que en sus intervenciones se va a atener a la “nítida dimensión institucional” porque “la crispación interfiere en el buen funcionamiento de las cosas”.

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