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El PSOE debatirá la revisión de la fiscalidad en la conferencia política

Ministros y dirigentes socialistas reclaman subir impuestos a los banqueros

Luis R. Aizpeolea

Una vez que el sábado Alfredo Pérez Rubalcaba sea proclamado candidato para las próximas elecciones, el PSOE abrirá la primera fase para la elaboración del programa electoral que culminará con la conferencia política de finales de septiembre. Ayer, la responsable del comité electoral del PSOE, Elena Valenciano, precisó que Rubalcaba no se va a limitar a elaborar un programa para las elecciones de 2012, sino un proyecto a largo plazo, al menos para dos legislaturas. En ese proyecto estará la revisión de la fiscalidad. Algunos ministros y dirigentes socialistas apuestan por subir impuestos a los banqueros.

Valenciano considera que el PSOE ya ha cumplido el proyecto político con el que José Luis Rodríguez Zapatero concurrió y ganó las elecciones de 2004 y de 2008, y ahora el nuevo candidato,

Rubalcaba, debe renovarlo y adaptarlo a la nueva situación. Una situación que se caracteriza por el inicio de la recuperación, aún muy lenta, de una profunda recesión económica, y que permite abrir debates que en la etapa anterior no fueron abordados por la agudeza de la crisis, que obligó al Gobierno a tomar medidas de choque.

Gómez pide que se ponga coto al sistema retributivo de los banqueros

En ese contexto, Valenciano precisa que los socialistas deben abrir el debate sobre el futuro de los impuestos, tras aclarar que España tiene una fiscalidad por debajo de la media de la Unión Europea y, al mismo tiempo, unos servicios de calidad muy caros, por lo que tiene “un margen para recorrer”. El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, precisó que el gravamen podía ser sobre los ingresos de los banqueros o el traslado de los beneficios de las entidades bancarias al conjunto de los empleados. El pasado sábado, el propio Rubalcaba inició la discusión al defender, en una reunión con dirigentes del PSOE, que la banca debe compartir el costo de la salida de la crisis.

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La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, rechazó ayer que el Gobierno se plantee ahora una subida de impuestos, ni directos ni indirectos. Con ello aclaraba las declaraciones de la víspera del ministro de Fomento, José Blanco, en las que abría la reflexión de cómo mantener el nivel de infraestructuras de España. De hecho, la previsión de ingresos realizada para el año próximo —una mejora del 20% respecto a 2010— resulta tan aventurada que cuesta entenderla sin apelar a la herramienta fiscal. La clave puede residir en el tipo de impuestos a subir. Salgado ha asegurado que no encarecerán los que pagan todos los ciudadanos. Cabe la posibilidad de tocar los de las empresas, cada vez más menguados pese a que sus beneficios se están recuperando, o los de los directivos.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha profundizado en la idea de que hay que subir los impuestos a los banqueros con altas retribuciones. El lunes lanzó la idea; ayer, en un curso de verano organizado por UGT y la Universidad Complutense, fue más allá. Culpó a los “obscenos” sistemas de retribución de los directivos de la banca de incitar a asumir los riesgos que han provocado la crisis financiera. Y retomó la idea de que hay que buscar la forma de ponerles coto. Gómez se defendió de los ataques del presidente de la CEOE, Juan Rosell, quien calificó estas ideas de “ocurrencias”. El ministro puso sobre la mesa que hay dos directivas de la Unión Europea en las que se promueve el control de las altas remuneraciones de la banca y sus interferencias en la gestión del riesgo financiero que asumen las entidades, que pueden llegar a repartirse más de 10 millones de euros.

Con información de Lucía Abellán y Manuel V. Gómez.

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