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Llegan a España los cuerpos de los militares muertos en Afganistán

La ministra de Defensa ha viajado a la base de Herat para repatriar los cuerpos. Chacón asegura en Afganistán que la fase final de la misión "es la más dura y de mayor riesgo"

Los restos mortales de los dos militares españoles fallecidos en el atentado de Afganistán han llegado esta tarde a la base aérea de Gando (Gran Canaria), donde han sido recibidos por sus familiares, que han protagonizado escenas de dolor. Los féretros del sargento Manuel Argudin Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín han llegado pasadas las 17.30 hora local (una hora más en la Península) en el avión de la Fuerza Aérea Española en el que viajaba la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general José Julio Rodríguez.

 En la misma pista de aterrizaje se ha celebrado un breve y discreto acto que ha consistido en una recepción con honores militares y un responso religioso.Se han vivido momentos emotivos protagonizados por los familiares de los fallecidos, que han expresado su dolor y desolación ante los ataúdes envueltos con banderas de España.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, había llegado esta madrugada a la base española en suelo afgano de Herat para repatriar los cuerpos de los militares muertos por la explosión de un potente artefacto, de más de 20 kilos. Chacón ha reconocido que esta es la fase "más dura y de mayor riesgo" de la misión. La ofensiva talibán, con cuatro ataques en solo ocho días, ha reabierto el debate del papel del contingente en el país asiático.

Dos militares perdieron ayer la vida y otros tres resultaron heridos al estallar un potente artefacto explosivo improvisado (IED) al paso de un blindado Lince del Ejército español. La bomba, la más potente de las utilizadas hasta la fecha contra las tropas españolas, contenía 20 kilos de explosivo.  El atentado se produjo a las 9.45 (hora española), a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw, capital de la provincia de Badghis, bajo responsabilidad española. La muerte de los soldados, solo ocho días después de que otra bomba hiriese a cuatro militares —dos de ellos quedaron mutilados— y a un intérprete españoles, reabrió ayer el debate sobre el regreso de las tropas del país asiático.

El sargento Manuel Argudín Perrin y la soldado Niyireth Pineda Marín.
El sargento Manuel Argudín Perrin y la soldado Niyireth Pineda Marín.MINISTERIO DE DEFENSA
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La patrulla atacada regresaba a la base Ruy González de Clavijo, en Qala-i-Naw, tras realizar una misión de reconocimiento por la ruta Lithium, que une el norte con el sur de la provincia de Badghis. El convoy —integrado por tres vehículos Lince y cuatro RG-31— se desvió para inspeccionar las aldeas de Aceska y Kalan-Khana, próximas a la ruta.

El Lince alcanzado por la explosión era el que abría la columna y presumiblemente pisó una mina de presión oculta a un lado del camino. Si el artefacto empleado el sábado de la semana pasada contenía “al menos 20 kilos de explosivo” y era “el más potente utilizado contra las tropas españolas hasta la fecha”, en palabras de Chacón, el de ayer podía llevar una carga incluso superior, según la ministra. Las primeras investigaciones, según el cráter provocado y los daños en el vehículo, así lo confirman. Y así se lo han explicado los mandos de la misión española en Afganistán a la ministra de Defensa.

Los fallecidos iban en el lado derecho del vehículo, donde estalló la bomba

La explosión se produjo en el lado derecho del vehículo. Pese a ello, la caja blindada del Lince, diseñada para resistir la onda expansiva de una mina, no fue suficiente para proteger a sus cinco ocupantes. El sargento Manuel Argudín Perrino, de 34 años, y la soldado Niyireth Pineda Marín, de 31, fallecieron en el acto. El sargento viajaba en el asiento del copiloto y la soldado iba justo en el de detrás.

Este es el primer atentado mortal que se produce en un vehículo Lince, blindados diseñados especialmente para mitigar el efecto de estos artefactos explosivos improvisados y que el Ministerio de Defensa envió a Afganistán y Líbano, junto a los RG-31, para sustituir a los viejos BMR. Las tropas han sufrido en estos nuevos vehículos siete ataques y en ninguno hubo que lamentar víctimas mortales hasta ahora.

En el ataque resultaron también heridos los soldados Jhony Aliario Herrera Trejos y Rubén Velázquez Herrera y el cabo Roi Villa Souto. Los militares se recuperan de sus heridas, según ha podido comprobar la ministra, y volverán "pronto" a España.

Chacón ha viajado a Afganistán acompañada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, para interesarse por el estado de los tres heridos, la repatriación de los dos fallecidos y conocer la situación sobre el terreno. Ayer anunció en rueda de prensa su intención de comparecer lo antes posible en el Congreso para informar del ataque. A su llegada a la base española de Herat, ha asegurado que la misión se encuentra "en su etapa final", pero que esto "no la vuelve menos dura ni menos arriesgada" y así lo demuestra, ha añadido, "los atentados y la violencia registrados esta semana [por la semana pasada] en todo Afganistán, entre ellos los dos más recientes sufridos contra las tropas españolas". 

Sobre las ocho de la mañana, los compañeros de los dos militares han celebrado un emotivo acto, tras el cual han introducido los féretros en el Airbus 310 que ha repatriado los cuerpos hasta la base aérea de Gando, en Gran Canaria. 

Las tropas españolas se encontraban en “alerta máxima” desde mayo, coincidiendo con la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de fuerzas especiales de Estados Unidos.

El atentado se produjo al sur del puesto avanzado de Ludina, en un tramo de la ruta Lithium que en teoría ya está libre de la presencia talibán. La insurgencia, sin embargo, no se resigna a que las fuerzas leales al Gobierno de Karzai, con el apoyo del contingente español, vayan extendiendo su autoridad por la provincia y han redoblado su ofensiva.

En algunas zonas, como sucedió ayer y el pasado día 18, los talibanes utilizan explosivos cada vez más potentes para atacar a las tropas de la OTAN sin exponerse. En otras, las hostigan con partidas fuertemente armadas. Así pasó el pasado día 21, cuando se sucedieron dos ataques con armas ligeras contra una patrulla española y el destacamento de Darrah-e-Bum, en la Ring Road (la carretera que circunvala Afganistán), con el resultado de dos insurgentes muertos.

Asegurar la circulación por la Ring Road y la Ruta Lithium —donde están a punto de iniciarse las obras de asfaltado de la carretera— resulta esencial para que puedan cumplirse los planes de retirada anunciados el pasado viernes en Bruselas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En torno al 10% de los 1.550 efectivos del contingente español debería volver a casa en el primer semestre de 2012, hasta el 40% en el primer semestre del año siguiente, y la “retirada completa” debería producirse en 2014. Chacón recordó ayer que todos los aliados están cumpliendo sus planes de retirada y que el anuncio de Zapatero “continúa en vigor”.

El funeral por las víctimas, presidido por el Príncipe, se celebrará mañana en la base militar General Alemán Ramírez, en el barrio de La Isleta de Las Palmas de Gran Canaria. Los restos mortales de los dos militares llegarán esta tarde a la base aérea de Gando, en Gran Canaria, a bordo de un Airbus A-310 de las Fuerzas Aéreas Españolas.

Los heridos se recuperan

Los tres militares que resultaron heridos en el ataque evolucionan favorablemente y viajarán "pronto" a España para terminar de recuperarse de sus heridas. Así lo ha explicado la ministra de Defensa, Carme Chacón, tras visitarlos en el hospital de campaña Role 2 de Herat, en el que se encuentran ingresados. La ministra viajó la pasada madrugada a Afganistán para conocer toda la información sobre el ataque y coordinar la repatriación de los fallecidos.

El cabo Roi Villa Souto tuvo una fractura de tibia y peroné de la pierna derecha; el soldado Jhony Herrera Trejos, fracturas en la tibia y húmero derechos; y el soldado Rubén Velázquez Herrera sufrió contusiones múltiples y heridas leves, como detalló ayer Chacón en una rueda de prensa en el Ministerio.

En su visita al contingente español en Herat, Chacón ha alentado a las tropas para que sigan trabajando con el "mismo valor, honor y nobleza" durante los tres años que quedan de misión, y les ha felicitado por ser los militares "más duros, más valerosos" y los "más profesionales" a la hora de llevar a cabo esta misión, informa Europa Press.

Llamazares: “Que se vuelvan ya las tropas”

Todos los partidos políticos transmitieron ayer el pésame a las familias de los dos soldados fallecidos en Afganistán. Izquierda Unida (IU) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) insistieron, además, en la necesidad del regreso “inmediato” de las tropas desplegadas en el país.

El PSOE tachó de “despreciable” el ataque, que atribuyó a un intento de los talibanes por “minar los avances en libertad logrados por el pueblo afgano”. El portavoz socialista de Defensa en el Congreso, Jesús Cuadrado, aseguró que “el sacrificio es enorme, pero la presencia militar española ha contribuido a lograr avances evidentes en la seguridad de un país que era un Estado fallido. En 2004 había 15.000 policías y militares afganos, y hoy son casi 300.000”.

El líder del PP, Mariano Rajoy, envió su “más sentido pésame” a la ministra de Defensa, Carme Chacón, a través de un telegrama, en el que le pedía el “debido reconocimiento” a los dos fallecidos por “su impagable labor al servicio de España”. El PP emitió también un comunicado en el que recordaba que las tropas españolas están cumpliendo “una misión especialmente importante y peligrosa”, proteger las obras de construcción de la llamada Ring Road, la carretera más importante de Afganistán.

El diputado de IU, Gaspar Llamazares, volvió a pedir la retirada inmediata. “No se sabe cuál es el objetivo. Quedó el tópico de la lucha antiterrorista, pero resulta que EE UU ha capturado a Bin Laden en Pakistán, no en Afganistán. Es un despropósito, una sangría interminable e insoportable. Que se vuelvan ya los soldados. Cuando se haga revisión de lo que hemos sacrificado en esta locura, el análisis no será muy distinto al de Irak. Ambos son ejemplos del imperialismo sucio que solo genera rencor”.

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