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Los activistas de Rumbo a Gaza parten de Barajas para unirse a la Flotilla de la Libertad

El grupo no desvela el lugar en el que se embarcará la delegación El valor de la ayuda humanitaria española asciende a los 600.000 euros

Los miembros de Rumbo a Gaza se despiden en el Aeropuerto de Madrid.
Los miembros de Rumbo a Gaza se despiden en el Aeropuerto de Madrid.

El grupo de unos 15 activistas que participará en la segunda Flotilla de la Libertad ha partido hoy del aeropuerto de Madrid, iniciando el viaje que les llevará hasta la Franja de Gaza para llevar ayuda humanitaria y denunciar el bloqueo a la población palestina por parte de Israel. Manuel Espinar, miembro de Rumbo a Gaza, la organización española que ha preparado la expedición, ha señalado en la despedida del aeropuerto que no podía revelar el lugar en el que se embarcará la delegación española por motivos de seguridad. "Saldremos de un puerto del Mediterráneo hacia Gaza a finales de junio” ha explicado Espinar.

Según la organización, “más de 500 activistas de Europa, Canadá y Estados Unidos saldrán en 12 barcos desde distintos puntos del Mediterráneo", y algunos españoles irán en otros navíos. "Le advertimos al Gobierno español de que íbamos a estar en todos los barcos porque esto es una coalición internacional", señaló Espinar, que ha destacado que a los mayores esta iniciativa les recordaba "a las Brigadas Internacionales".

La delegación española, junto a otros grupos internacionales, intentará romper el bloqueo de la Franja de Gaza que impuso Israel en 2007. El 31 de mayo del año pasado la primera Flotilla de la Libertad, que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, fue atacada en aguas internacionales por el Ejercito Israelí que mató en la operación a nueve activistas turcos. Espinar ha asegurado que, si Israel intenta parar violentamente la flotilla como el año pasado, los activistas han planeado una estrategia de "resistencia pacífica".

La expedición española de este año, entre 40 y 50 personas, es una de las más numerosas a nivel europeo de las que componen la Segunda Flotilla de la Libertad. Embarcará en un puerto del Mediterráneo en el Gernika, el navío que Rumbo a Gaza aporta a la iniciativa junto a una ingente cantidad de ayuda humanitaria, especialmente material sanitario, educativo y de construcción. La plataforma Rumbo a Gaza ha comprado y acondicionado este barco de pasajeros con el dinero que han recaudado de donaciones privadas, que ascienden a unos 350.000 euros.

Los españoles llevarán también a Gaza -aunque no en el Guernica, sino en otro barco carguero, el material que han recibido de donaciones particulares y cemento que comprarán con el dinero recaudado en una de sus campañas. En total, los organizadores estiman que el valor total de la ayuda asciende a unos 600.000 euros.

Laura Arau participa por segunda vez en la expedición a Gaza, ya que estuvo la Flotilla del año pasado, y ha expresado su esperanza de que no se repita el violento ataque del Ejercito Israelí. Ha afirmado que los miembros del grupo viajan confiados, "primero porque hay un apoyo popular muy grande y segundo porque espero que nuestros Gobiernos no hagan lo del año pasado y alcen la voz cuando ataquen a sus ciudadanos".

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Arau ha tachado de "inmoral" la postura del Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, que no apoya la iniciativa y ha aconsejado además a sus ciudadanos que no participen en ella al considerarla peligrosa. Unos 40 activistas han ido saliendo hoy en distintos vuelos, pero una quincena de ellos se ha despedido en el aeropuerto de Madrid. Aunque los organizadores no quieren revelar el puerto de salida, otros activistas internacionales se están reuniendo en Atenas. En Grecia ya espera almacenada la ayuda humanitaria que los españoles aportan a la flotilla.

El Guernica se unirá a otra docena de barcos en los que viajarán ciudadanos de Grecia, Francia, Suiza, Alemania, Suecia, Irlanda, Países Bajos, EEUU y Canadá, según informa Rumbo a Gaza, que ha destacado que hasta la fecha los gobiernos que mejor postura han demostrado ante esta iniciativa son los ejecutivos griego y sueco, el primero por apoyar la iniciativa y el segundo por acceder a inspeccionar la carga que llevará un barco y garantizar la ausencia de armas.

Junto a los activistas españoles, también participan en la expedición el eurodiputado de IU Willy Meyer, el actor Willy Toledo, la diputada autonómica valenciana de IU Marina Albiol, y la directora de teatro y exdiputada socialista en la Asamblea de Madrid, María Ángeles Lezcano, aunque solo Albiol ha salido este mediodía con el grupo y el resto se unirá en el puerto de salida. La diputada valenciana ha subrayado la “impunidad de Israel, que no ha recibido ninguna sanción” por el ataque del año pasado, y ha afirmado que, pese a las amenazas y a las presiones para que anularan su expedición, los activistas no se han amedrentado y siguen con su compromiso humanitario. Ha criticado además la posición del Gobierno español, que “debía haberse dirigido al Ejecutivo israelí para pedirle que cumpla la legislación internacional" en lugar de desaconsejar a los españoles participar en la flotilla.

La expedición española está integrada por personas de diferentes edades y profesión, unidos por la causa común del apoyo al pueblo palestino. En el aeropuerto de Barajas, los nervios, la ilusión y el entusiasmo se mezclaban en víspera de este largo viaje.

En esta segunda Flotilla participa también la ciudadana israelí Zohar Chamberlain, que viaja con la delegación española y espera que Israel "actúe de forma más inteligente" que el año pasado y los deje pasar, ya que “no es admisible que ataquen a ciudadanos no armados". Chamberlain ha explicado que participa en esta Flotilla porque "hace falta la solidaridad de los israelíes con los palestinos, al igual que la solidaridad internacional" y ha reconocido que su participación ha sido recibida con discrepancias en su familia. "Todos los israelíes no estamos de acuerdo con lo que hace el Gobierno israelí, que se supone que actúa en mi nombre y quiero dejar claro que no es así", ha explicado Chamberlain, que lleva siete años viviendo en España. Para la activista, "la mejor forma de parar la rabia, aunque justificada, de los palestinos es resolviendo el conflicto, porque sólo buscan vivir en paz en su tierra, igual que los israelíes". "La mejor solución para todos es dejar de usar la violencia y la ocupación es una violencia continua", ha añadido.

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