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Él cambió el nombre a la plaza

La plaza del Ayuntamiento de Alicante se llama ahora Quinze de Maig. Lo hizo Alejandro

Alejandro cambia el cartel de la plaza del ayuntamiento valenciano
Alejandro cambia el cartel de la plaza del ayuntamiento valencianoJACOBO MÉNDEZ DÍEZ

El chaval del chaleco y el pelo largo no puede votar el domingo. No es que no quiera, es que le han robado el DNI. “Si no, votaría”, asegura. Alejandro, que vive en Alcoi (Alicante) y cuenta 19 años, ha colgado esta mañana varios carteles en la plaza del Ayuntamiento de Valencia que indican su cambio de nombre. Ahora, el Movimiento 15-M la conoce como plaça del 15 de maig, plaza del 15 de mayo. “Si tuviera el DNI votaría”, explica, “el voto en blanco beneficia a los de siempre”.

Rafael, un comercial de 63 años que le ha escuchado, prueba su inteligencia: “Pero, ¿no es contradictorio que digáis que el voto en blanco les beneficia  y luego votéis así?”. Se ha hecho un lío. Alejandro le saca del error y le explica que en Información le pueden informar, que lo harán mejor que él. Es uno de los veteranos de la plaza; organiza, discute, la gente le busca y él busca a los demás. “Me esperaba la prohibición de la Junta Electoral”, comenta, “no les interesa que estemos aquí porque luchamos contra el bipartidismo”... “Bueno”, corrige raudo, “yo personalmente lucho contra eso, no puedo hablar por todos”. Sobre qué ocurrirá después de las elecciones, él opina que “sería una tontería que la gente se fuera”. De todas formas, si así fuese, espera que “la gente continúe, que siga moviéndose”. Cuando se dé el caso, Alejandro volverá a su Mancomunidad de Alcoi, a la montaña, donde hace pan, pasea al ganado y vive en paz.

Su foto tiene papeletas para convertirse en la imagen icónica de esta revolución, pero a las 11 de la mañana de hoy, cuando volvía a la plaza que él rebautizó como del Quinze de Maig aún no sabía que era portada en EL PAíS. También él está indignado y tiene motivos personales para estarlo. Alejandro no ha podido estudiar este año 2º de Bachillerato, como quería, por falta de dinero. Y por eso se marchó a la mancomunidad a las montañas de Alcoy. Se enteró del movimiento hace unos días a través de su hermano, que vive en Alzira y no se lo pensó: cogió los bártulos y se fue a Valencia.

 ¿Qué va a hacer Alejandro en los próximos días? Seguirá allí y espera que llegue mucha más gente. Cree que eso puede generar conflictos pero él ve la policía como una protección, no como un enemigo. “Todos los sectores de la sociedad están más o menos representados, aquí no hay solo artistas”, bromea mientras en la plaza se organiza una cadena humana.

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