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Urkullu atisba una transicion vasca

El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, augura en Madrid un nuevo ciclo sin violencia de ETA y recupera la idea del entendimiento entre Euskadi y España "sin portazos"

En los tiempos que corren, una mínima referencia sobre Bildu es suficiente para eclipsar cualquier otra titular. Ya le ocurrió el miércoles, en Bilbao, al lehendakari, Patxi López, en su repaso optimista sobre la evolución económica del País Vasco, y ayer, en Madrid, Iñigo Urkullu vio cómo se eclipsaba su apuesta por "una nueva transición política para Euskadi", que formuló en otro desayuno informativo del Fórum Europa. Y es que su firme advertencia a Rodríguez Zapatero sobre el riesgo que corre el actual apoyo político al PSOE en el supuesto de que Bildu no sea legalizada vino a coincidir con un discurso de Urkullu en clave de futuro, que trazó en base al criterio básico, dijo, de que "la participación política plena en Euskadi es fundamental".

En su análisis, donde no se olvidó de cómo el PNV fue desplazado del Gobierno vasco a pesar de ganar las elecciones autonómicas de 2009 ni tampoco obvió, claro, su compromiso "como claro ejercicio de responsabilidad" cuando Zapatero les reclamó en aquella noche angustiosa del 12 de mayo el apoyo vital para sacar adelante los Presupuestos de 2011 en plena zozobra financiera de España a los ojos de Europa, y de paso evitar las elecciones anticipadas que en nada favorecían ni al PSOE ni a los nacionalistas. Urkullu recordó ayer que su partido actuó para "garantizar la estabilidad institucional" y también en favor de "los intereses de Euskadi". Por ello dedicó varios minutos de su discurso a repasar la delicada situación financiera y las debilidades del Gobierno español durante los últimos meses, lanzando un dardo intencionado, sin citar, a quienes no se han sumado a la colaboración institucional (PP)

Pero en un foro como el de Madrid, a Urkullu le interesaba proyectar su idea de país a partir de la nueva situación que supone la ausencia de violencia, y que el presidente enmarcó como "un cambio de ciclo". En este contexto, el presidente del EBB recordó el tránsito de ETA hacia su actual declaración de tregua y el de la izquierda abertzale hacia las vías democráticas. Lo hizo en su condición de "primer practicante de la prudencia política ante la realidad del terrorismo", dijo, pero no por ello está dispuesto a "sentarnos y esperar". Y adelantó la fórmula: "Que se actúe con alturas de miras y visión de futuro", recetó.

Sobre esta política de cierta audacia, el conferenciante jeltzale reclamó para Euskadi "decisiones políticas" encaminadas a abrir "un nuevo tiempo". Fue en este momento de su intervención cuando aseveró que el País Vasco "se acerca a una nueva transición". A su juicio, "Euskadi va a tener que afrontar este reto" de la misma forma, recordó, que en España "se abrió una etapa constituyente para dar paso a una nueva realidad institucional y política".

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El PNV sostiene que se atisba un nuevo futuro en paz y libertad para Euskadi y en su análisis de situación cree disponer de las claves políticas de este tiempo inédito. Según Urkullu, pasaría por "la actualización de los derechos históricos y la asunción de la realidad plurinacional del Estado".

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Al desgranar esta hipótesis de futuro, el foro madrileño actualizó una idea que ya había escuchado con agrado cuando Josu Jon Imaz presidía el PNV. Urkullu no llegó a proferir el deseo político de "cautivar a España" como hizo su antecesor, pero si recuperó una idea que había quedado aniquilada hace años por la agresividad en el lenguaje del lehendakari Ibarretxe. El presidente del EBB reivindicó "la necesidad de entendimiento entre Euskadi y España desde la diferencia, pero sin portazos". En un tono de mayor colaboración que el prestado por el anterior Gobierno vasco, aunque manteniendo la esencia de la reivindicación, Urkullu aboga por "un futuro distinto, en el que se puede y se debe reivindicar otra forma de hacer las cosas", indicó.

Para facilitar el entendimiento, el máximo dirigente del PNV recuperó la imagen de propensión al acuerdo que su partido viene exhibiendo en Madrid cuando se tratan cuestiones de Estado como los Presupuestos, principalmente. En este marco es donde situó "nuestro compromiso" para encarar la nueva transición en Euskadi.

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