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La recesión se agrava con una caída del 0,4% en el PIB del primer trimestre

El Banco de España confirma la recaída al encadenarse dos trimestres en retroceso El supervisor advierte que los peores efectos del ajuste público están por llegar El PIB acusa el descenso del consumo privado y la ralentización del comercio exterior La tasa de paro alcanzará el 24% a cierre de marzo en términos de la EPA

Alejandro Bolaños
Fuente: Banco de España, Instituto Nacional de Estadística (INE).
Fuente: Banco de España, Instituto Nacional de Estadística (INE).EL PAÍS

La economía española se adentra en territorio inexplorado y hostil. Desde los años que siguieron a la Guerra Civil, nunca había caído por dos veces en recesión en tan poco tiempo. Los expertos del Banco de España certificaron ayer lo que se daba por hecho: en el paso de 2011 a 2012, el PIB encadenó dos trimestres en descenso, el criterio estadístico más extendido para acreditar una etapa de retroceso económico. La nueva contracción se produce apenas tres años después de que España cerrara, a finales de 2009, la recesión más aguda y larga (21 meses) en medio siglo.

“La economía española inicia 2012 en situación de recaída”, señala el boletín de abril del Banco de España, “con una demanda nacional muy débil, cuyo impacto se ve únicamente amortiguado por la mayor fortaleza del sector exterior”. Además, según las cuentas preliminares del supervisor —pendientes aún del sello oficial del Instituto Nacional de Estadística—, la recesión se agrava. En tasa trimestral, el PIB perdió más entre enero y marzo (un 0,4%) que en el trimestre final de 2011 (un 0,3%).

La inversión en bienes de equipo retrocede hasta el 3,5% respecto al trimestre anterior 

El nuevo retroceso del PIB no es tan contundente como lo que había llegado a pronosticar la Comisión Europea (-0,7%), pero está en línea con los vaticinios más recientes de los expertos, que anticipan una recesión más extensa y profunda que lo que vaticinaban hace un par de meses. “Las caídas más intensas no tendrán lugar en el primer trimestre de este año, como se esperaba, sino en los trimestres centrales”, advertía la semana pasada el gabinete de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros.

Las nulas expectativas de crecimiento complican sobremanera el ajuste presupuestario —Bruselas exige al Gobierno que recorte el déficit del 8,5% al 5,3% del PIB este año— y evidencian la sequía de crédito, síntoma de una banca gripada por sus inversiones inmobiliarias. El resultado es una sangría de desconfianza en los mercados, que han llevado a la Bolsa a niveles tan bajos como los que experimentó en lo peor de la Gran Recesión (el primer trimestre de 2009). Y un repunte de la prima de riesgo de la deuda pública española, que se acerca al récord de la época euro (468 puntos básicos en noviembre pasado).

El Banco de España anticipa que la pérdida anual de empleos llegó al 4% entre enero y marzo 

La segunda recesión en tres años —y la quinta de la democracia— deja en nada la mínima recuperación atesorada entre 2010 y el primer semestre de 2011. Además, aleja la posibilidad de recuperar el nivel de producción que la economía española había alcanzado antes de la crisis, un horizonte que el Fondo Monetario Internacional lleva hasta 2017, una década perdida en toda regla.

Según el servicio de estudios del Banco de España, el PIB también habría entrado ya en terreno negativo en tasa interanual (0,5%). La inmensa mayoría de los analistas privados creen que esa comparación anual llegará a superar el -2% a lo largo de 2012.

El boletín económico del Banco de España detalla que el descenso del PIB se debe, de nuevo, al retroceso de la demanda nacional. Pero esta vez, que la caída sea más intensa se debe a que la aportación del sector exterior, aunque positiva, es inferior a la del trimestre anterior.

Entre enero y marzo se dejó notar la ralentización de las economías europeas, clientes preferentes de las exportaciones españolas, que habrían encajado un descenso similar al del último trimestre de 2011 (-1,6%). Las importaciones, espejo de la débil demanda interna, también bajan, pero a menor ritmo que en los meses finales del año pasado (-6,5%).

El consumo privado, que explica más de la mitad de la demanda española, retrocede un 0,4% en términos trimestrales, mientras la inversión en bienes de equipo cae hasta un 3,5%, según las estimaciones del Banco de España. Ambos registros son algo mejores que en el trimestre de cierre de 2011. Eso y la expectativa de una recuperación de las economías centrales del euro (Alemania y Francia) alentarían un futuro próximo algo menos oscuro.

En contra juega la tensión de los mercados financieros —que se traduce en menos crédito—, con cualquier decisión europea congelada hasta que se resuelvan, en mayo, las elecciones francesas. Y sobre todo, el drástico ajuste presupuestario en marcha, que, advierte el supervisor, “se profundizará en los próximos meses”.

Las perspectivas del empleo también se agravan. A la espera de lo que diga la Encuesta de Población Activa este viernes, los expertos del organismo supervisor del sector financiero calculan que la pérdida anual de puestos de trabajo llegará al 4% (frente al 3,3% del cuarto trimestre). El Banco de España cree que la tasa de paro pegará otro estirón, para pasar del 22,8% con que cerró 2011 al “entorno del 24%” en el primer trimestre.

El desvío en las cuentas se debió “en un 90%” a la bajada de ingresos

A. B.

“No hay dinero para atender el pago de los servicios públicos. No hay dinero porque hemos gastado muchísimo en los últimos años”. El presidente Mariano Rajoy justificó así la semana pasada otra ráfaga de medidas de ajuste, como el aumento del copago farmacéutico o la subida de las tasas universitarias. El Gobierno alude una y otra vez al exceso de gasto cuando recuerda el notable desvío del déficit público en 2011, último año de gestión socialista. El déficit cerró en el 8,5% del PIB, cuando debía haberlo hecho en el 6%. Pero, según aclaró ayer el Banco de España, las razones del desfase hay que buscarlas al otro lado de los estados contables.

“En torno al 90% de la desviación presupuestaria observada en 2011 se debió a la extrema debilidad de los ingresos públicos”, explican los expertos del Banco de España en el boletín de abril. “El gasto público se contrajo un 2,3% en 2011, debido a que la infraejecución en los pagos de capital [inversiones] compensó las desviaciones al alza en el pago de intereses”, añade. La merma de ingresos, que tuvo más impacto en las cuentas autonómicas que en las estatales, se produjo en paralelo al inicio de esta nueva recesión. El Banco de España advierte que la recaída amenaza también las previsiones de recaudación recogidas en los Presupuestos de 2012.

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