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El independentismo radical culpa a Torra de romper con el 1 de octubre

Tras la reunión con Sánchez, la CUP acusa al 'president' de doble lenguaje al defender la república con retórica y resignarse al autonomismo

FOTO: Manifestación de la Diada en 2015. / VÍDEO: Declaraciones de la diputada de la CUP, María Sirvent.Foto: atlas | Vídeo: GERARD JULIEN (afp) / atlas
Àngels Piñol

El independentismo radical, integrado por la CUP, la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y los Comités de Defensa de la República (CDR), ha salido en tromba en contra de Quim Torra tras la reunión que mantuvo este lunes en La Moncloa con Pedro Sánchez. Los anticapitalistas temen que el presidente de la Generalitat esté intentando pactar "por arriba y en los despachos" acabar con lo que "construyeron los ciudadanos" en el referéndum del 1 de octubre. La CUP ha asumido que será un vigía y que su misión será frenar cualquier acuerdo que frene un derecho, que consideran ya ejercido a través de la desobediencia civil, activa y no violenta.

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En un tono contundente, María Sirvent, diputada de la CUP, envió este martes un "mensaje muy claro" al Govern.  "No se puede ir en dos direcciones a la vez. No se pueden coger dos caminos opuestos. No se puede defender desde la retórica la república catalana, y a la vez, seguir aplicando políticas neoliberales por consejeros que están gestionando la normalización del autonomismo y acatar sus limitaciones", explicó en un análisis en el Parlament. "No se puede dialogar con quien nos quiere sometidos, humillados, nos quitan la república y aplica la represión".

Pero esta visión no es exclusiva de la CUP. La cuenta oficial de los CDR avisó el mismo martes de que no aceptaban ahora "ni pactos o cambios de rumbo" ni de qué han llegado hasta aquí para hablar del Estatut.  "Tire adelante lo que prometió o dimita", espetaron a Torra. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) parte de la premisa que, en la línea de la CUP, los catalanes ya han ejercido el derecho a la autodeterminación: "Implementemos el 1 de octubre", afirman.

"No se puede dialogar con quien nos quiere sometidos", dice Maria Sirvent, de la CUP
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Con su posición, los anticapitalistas han ahondado una vez más su divorcio con las dos fuerzas mayoritarias del independentismo, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, ahora en el Gobierno. Los tres votaron la semana pasada en el Parlament una moción que refrendaba la que en 2015 desencadenó el inicio del proceso de independencia. ERC, que no quiere bajo ningún concepto aumentar su nómina de encausados, no ocultó en el debate que apoyó el texto a regañadientes por considerarlo algo propio del pasado. "Es que querían enmendarlo y dijimos que no", recuerda el diputado Vidal Aragonés de la CUP. La fractura ya viene de lejos: se consumó en marzo cuando la CUP anunció que pasaba formalmente a ejercer la oposición activa. Fue el día en que se abstuvieron en la primera sesión de la investidura fallida de Jordi Turull, especialmente lúgubre porque fue la víspera de su vuelta a prisión.

La CUP ya avisó entonces de que solo votarían a favor de Carles Puigdemont al que consideran el presidente legítimo. Pero en un mensaje en las redes sociales, el expresident se desmarcó y dio un rapapolvo a sus antiguos socios.  En defensa de Torra, afirmó: "Llevamos años diciendo que la solución solo puede ser política y ahora ya lo dicen en La Moncloa. Siempre hemos dicho que dialogaríamos con todo el mundo, sin condiciones. Y hemos reiterado que nuestro objetivo es vivir en la república catalana. Todo eso es lo que ha dicho Torra".

A su vuelta de La Moncloa, Torra no ocultó su tristeza por la posición de la CUP al sostener que no ha renunciado a nada y que defendió el derecho a la autodeterminación ante Pedro Sánchez. Pero eso no ha convencido a los anticapitalistas que lamentan que defienda la "república" solo de forma discursiva y garantizan que intentarán desde las calles y las instituciones evitar cualquier pacto. De hecho, la CUP se considera, como admite Aragonés, la única fuerza del Parlament fiel al espíritu del 1 de octubre. Este jueves, la asociación de afectados por las cargas policiales 1-O, que se creó para exigir responsabilidades civiles y penales, presentará la campaña Ara parla tu, de la International Commission of European Citizens (ICEC), para dar voz a los heridos.

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