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Los exconsejeros de ERC rechazan formar parte del Govern de Torra

El nuevo presidente quiere restituir a todos los cargos destituidos por el 155

Quim Torra saliendo del Parlament ayer después de ser investido. En vídeo, las declaracionesde Torra en Catalunya Ràdio.Vídeo: ALBERT GARCIA

Los exconsejeros de ERC han rechazado ya formar parte del Govern que propone el nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra. Oriol Junqueras, Raül Romeva, Carles Mundó, Meritxell Serret y Dolors Bassa han sido consultados por su partido (ERC) y prefieren "ayudar al nuevo consejero desde fuera" y aseguran que quieren que sus continuadores "tengan manos libres en la nueva etapa". El exconsejero Toni Comín no ha tomado aún una decisión.

Uno de los objetivos más repetidos por los partidos independentistas sobre la urgencia de constituir un Govern es pasar página al artículo 155 de la Constitución que hace siete meses acabó interviniendo el autogobierno catalán. Uno de los símbolos más visibles del fin de esta intervención es, según el recién investido president Quim Torra, restituir todos los cargos cesados por el 155. Torra también quiere que sus primeros pasos estén cargados de simbolismo y por esto, después de su reunión este martes con Carles Puigdemont en Berlín, en los próximos días ha anunciado que visitará a los líderes independentistas que se encuentran en prisión preventiva, así como los consejeros que se encuentran en Bruselas y Escocia.

Torra ha confirmado este martes que ofrecerá a todos los cargos cesados por el artículo 155 la posibilidad de ser restituidos. Entre estos, ha detallado, están desde los consejeros que se encuentran en prisión o en el extranjero, hasta el destituido mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero. “Si aceptan sería un honor”, ha añadido en una entrevista en Catalunya Ràdio. Torra no ha concretado cuántos de ellos han aceptado la oferta. También se ha comprometido a restituir las delegaciones en el exterior –"y las queremos ampliar", ha añadido– y el Diplocat.

El president rechaza que el Gobierno organice la toma de posesión

À. PIÑOL

Quim Torra ha expresado en la entrevista su malestar por el hecho de que sea el Gobierno central el que esté organizando la ceremonia de la toma de posesión. El acto, tradicionalmente, lo asume Presidencia de la Generalitat, que ahora carece de consejero desde la destitución de Jordi Turull. La ceremonia incluye que el presidente saliente imponga la medalla de la institución a su sucesor. "Me enteré que lo estaba organizando el Gobierno leyendo un diario", ha afirmado Torra. "Nosotros queremos un tipo de acto de diferente, íntimo, discreto que marque la pauta de los gestos simbólicos".

Entre los nombres que podrían recuperar su cargo suenan los exconsejeros Toni Comín (en Bruselas) o Josep Rull y Jordi Turull (en prisión). Con ellos y con el resto de políticos encarcelados o huidos de la justicia española –a los que ha denominado como "rehenes"– Torra se reunirá en los próximos días. De hecho, el president, que es licenciado en Derecho, ha explicado que se ha dado de alta en el Colegio de Abogados para poder acceder con más facilidad a las cárceles.

Torra pretende continuar con el proceso independentista pero intentando que los actos de dudosa legalidad constitucional no los haga el gobierno propiamente dicho sino estructuras paralelas que creará fuera de España. La más importante de estas estructuras es el denominado Consejo de la República, que liderará el expresidente Carles Puigdemont desde Berlín. También prevé instaurar una asamblea de cargos electos con alcaldes y otros cargos que quieran asesorar al Consejo de la República. Otra estructura anunciada por Torra es la Oficina del Proceso Constituyente, una suerte de organismo que organizaría los trabajos de redacción de una eventual constitución catalana. El objetivo es que todos estos organismos trabajen al margen de la Generalitat pero el Gobierno ya ha advertido que no tolerará la creación de estructuras paralelas que busquen vulnerar la legalidad constitucional.

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Igualmente, el nuevo presidente asegura que también quiere visitar otros "represaliados", en referencia a los detenidos o imputados en la causa del procés, como los profesores investigados por supuesto adoctrinamiento en las aulas o los miembros de los Comité de Defensa de la República (CDR), con los que ha expresado su solidaridad. "Yo tengo toda mi familia apuntada a los CDR", ha confesado.

Pero antes de esta ruta, Torra viaja a Berlín para reunirse con el expresidente Carles Puigdemont y "decidir la estrategia a seguir". Torra ha querido reivindicarse como president, pero no ha escondido su dependencia de Puigdemont. "Las decisiones las tomaré yo, pero las consultaré con Puigdemont", al que ha llamado "presidente legítimo".

De hecho, pocas cosas ha podido concretar Torra este martes sobre su plan de Gobierno. Ha admitido que muchos detalles todavía no están decididos y que tiene que consultarlos y acordarlos previamente tanto con Puigdemont, como con los socios de ERC. Entre estos flecos pendientes están los nombres de los futuros consellers o decisiones como la asistencia o no al Consejo de Política Fiscal y Financiera, que debe debatir sobre el futuro modelo de financiación de las autonomías. 

Declarar la república

En la misma línea que se ha expresado Carles Puigdemont, Torra ha lamentado que no se ejecutase la declaración de independencia, que el mismo expresidente dejó en suspenso. "Me arrepiento de que no mantuviera la declaración de la república. Nuestra oportunidad fue el 10 de octubre. Teníamos que haber proclamado la República y defenderla. Ahora tenemos que encontrar otra ventana de oportunidad [para volverla a proclamar]", ha subrayado.

En esta línea, Torra ha apuntado la voluntad de crear una Asamblea de Electos, cuya función no ha detallado, pero sí ha avanzado que "el peso de los alcaldes será predominante". También se quiere abrir una Oficina del Procés Constituent. "Pero tenemos que mirar cómo lo hacemos", ha añadido.

Torra también ha explicado que Puigdemont le propuso convertirse en candidato a la presidencia el pasado miércoles, pero ha admitido que, en un primer momento, tuvo sus “reticencias” a la hora de aceptar. “Le dije que había otras salidas y personas más capacitadas”, ha confesado.

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