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El soberanismo se niega a pactar y amenaza con más protestas

Los independentistas rechazan la oferta de los socialistas de Cataluña de un Gobierno de concentración

El portavoz de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià.Foto: atlas | Vídeo: Joan Sánchez / ATLAS

El complejo tablero político catalán sigue sin encontrar la pieza capaz de romper el bloqueo actual, marcado por la delicada situación judicial de los líderes independentistas. Si la propuesta de un Gobierno técnico y transversal de izquierdas, lanzada por el líder de En Comú-Podem, Xavier Domènech, se ha topado con el rechazo de ERC y Junts per Catalunya, tampoco el PSOE está dispuesto a explorar fórmulas que lleven a un independentista a la presidencia. El independentismo insiste en las movilizaciones en la calle para forzar una mediación internacional que obligue al Gobierno central a sentarse en la mesa.

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“No vamos a apoyar a ningún candidato independentista, venga de donde venga”, afirmó este viernes con rotundidad el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ante las propuestas lanzadas en los dos últimos días desde En Comú-Podem y, de forma menos precisa, por los socialistas catalanes.

Aunque en una entrevista concedida a Las Mañanas de Radio Nacional no quiso pronunciarse sobre una posible candidatura del diputado de ERC Ernest Maragall a la presidencia de la Generalitat de Cataluña —el último nombre que ha saltado a la palestra—, Ábalos dejó claro que lo importante es que el candidato sea alguien sin ninguna carga judicial y con claridad en sus planteamientos. Insistió también en que el PSOE no está dispuesto a buscar acuerdos amplios con el independentismo para encontrar un candidato: “No lo apoyaríamos ni hace falta que lo apoyemos, porque los independentistas tienen mayoría”, afirmó.

En relación con la propuesta de Catalunya en Comú de buscar un candidato transversal e independiente, el secretario de Organización del PSOE insistió en que se trata de investir un presidente y para ello hay que contar con el candidato. “Si están pensando en un presidente que digan quién, lo contrario es empezar la casa por el tejado porque si la mayoría independentista desestima la propuesta, no hay nada que hacer”, sentenció.

Aunque tímidas y poco concretas —quienes las proponen son los primeros en admitir la enorme dificultad de que prosperen—, la única fórmula que parece ser capaz de abrir una vía hacia la formación de un gobierno en Cataluña consiste en un acuerdo escorado a la izquierda —mejor con un perfil más técnico que político— que, desde la renuncia a la unilateralidad, trate de sumar los apoyos suficientes para formar una mayoría. Esto requiere algo aparentemente tan difícil como que socialistas y republicanos (también sectores más moderados del PDeCAT) acerquen posiciones hasta encontrar un candidato que satisfaga a todas las partes.

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Xavier Domènech (En Comú-Podem) lanzó esta semana su propuesta de un gobierno técnico y transversal, iniciativa que no suena del todo mal a una parte del independentismo que, pese a no renunciar a él, ven inviable cualquier camino que siga insistiendo en el unilateralismo y el constante enfrentamiento con el Gobierno central. Forman parte de este grupo un sector de ERC e, incluso, algunos cuadros del PDeCAT cada vez más alejados de las radicalizadas posiciones del expresidente catalán Carles Puigdemont. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, no ha ocultado la necesidad de buscar una fórmula que permita llegar a algún tipo de gobierno de concentración.

Tras la investidura

Uno y otro, sin embargo, se han topado con la realidad, con los portavoces independentistas saliendo al paso para cerrar cualquier iniciativa en este sentido. “Ya tenemos un acuerdo [de gobierno] con Junts per Catalunya y los acuerdos se tienen que respetar”, aseguró el jueves Pere Aragonès, la nueva cabeza visible de la dirección de ERC. El también secretario de Economía de la Generalitat dejó claro su rechazo a la propuesta de Domènech, aunque añadió que pretenden contar con los comunes para llegar a acuerdos tras la investidura.

El vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa (Junts per Catalunya) —miembro del sector duro del independentismo— también mostró su oposición a cualquier pacto. En una entrevista concedida a Europa Press reiteró que la intención de su grupo sigue siendo investir como presidente de la Generalitat a Carles Puigdemont y, si finalmente opta por otro candidato, sería un opción “provisional” mientras se busca la manera de situarlo de nuevo al frente del Govern.

Según Aragonès, la iniciativa de Domènech “tiene más viabilidad después [de la investidura], para llegar a acuerdos amplios”, añadió. Para dejar más clara su posición, Aragonès quitó valor a todo gobierno técnico: “Nosotros apostamos por un Gobierno político porque en esta legislatura venimos a hacer política, venimos a hacer realidad el proyecto político que obtuvo mayoría en las elecciones, que es avanzar en la independencia”, afirmó.

Este viernes fue el portavoz de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, quien abogó por abrir una “mesa de negociación” bilateral con el Estado para desbloquear la situación, aunque se mostró muy escéptico con la posibilidad de que este diálogo pueda producirse con Mariano Rajoy en la Moncloa. “Nosotros estamos dispuestos a sentarnos siempre, también con los actuales dirigentes del Estado”, afirmó, antes de recalcar que hay “pocas opciones” de que esto pase a corto plazo. “No confiamos en la voluntad negociadora del Gobierno del PP”, sentenció.

Sabrià mostró su convencimiento de que “tarde o temprano este conflicto político acabará en una mesa de negociación” debido a la fuerza de las movilizaciones en la calle y, en último término, a la intervención de la Unión Europea. En este sentido, reclamó que las movilizaciones sean siempre “pacíficas” para no perjudicar al proceso independentista y mostró su convencimiento de que acabará por “formarse un desbordamiento democrático” que logrará provocar “presiones [al Gobierno central] desde el ámbito internacional”. “No se producen tan deprisa como nos gustaría”, admitió en referencia a la intermediación internacional, pero mostró su convencimiento de que esta llegará. “Cuanto más fuerte” sea el movimiento independentista “más cerca” estará la solución negociada, añadió.

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