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La CUP se distancia del pacto de gobierno

El Parlament celebra mañana un pleno para reconocer simbólicamente a Puigdemont

Àngels Piñol
De izquierda derecha, los diputados de la CUP Natàlia Sánchez, Maria Sirvent, Carles Riera y Vidal Aragonés.
De izquierda derecha, los diputados de la CUP Natàlia Sánchez, Maria Sirvent, Carles Riera y Vidal Aragonés.EUROPA PRESS (Europa Press)

Junts per Catalunya y ERC han ultimado un acuerdo para cerrar la composición del Govern y nombrar a un presidente alternativo a Carles Puigdemont -Jordi Sánchez, expresidente de la ANC- pero, de momento, la CUP se ha distanciado de ese pacto. Carles Riera, diputado de los anticapitalistas, avisó ayer de que su formación está “lejos o muy lejos” de adherirse al acuerdo y subrayó que, después de la investidura fallida del 30 de enero, no piensan “correr” para sumarse al mismo. Los anticapitalistas celebrarán el sábado un consejo político en el que podrían definir su posición.

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Arropado por otros tres diputados de la CUP, Riera expresó su temor de que la voluntad de sus dos socios sea la de tomar la senda “autonomista” y trasladó sus dudas de que quieran “materializar la república”. El diputado deslizó que no les convencen las tres patas en que se sustenta el acuerdo que han perfilado Junts per Catalunya y ERC: una acción desde el “exilio” en Bruselas, el Govern y el proceso constituyente como principio general. Riera reveló que Junts per Catalunya quiere que este punto se despliegue desde Bruselas y la CUP quiere que se haga desde Cataluña. Riera aclaró que no se trata de que estén en contra de una eventual candidatura de Jordi Sànchez a la investidura. "Más importantes que los nombres, es el embate contra el estado y el programa de acción de Gobierno. Será asumible si ponen sobre la mesa la soberanía del Parlament y la materialialización de la República. Luego ya miraremos el nombre", dijo.

La CUP activó “todas las alarmas” después de conocer la propuesta de resolución con la que Junts per Catalunya aspira a legitimar de forma simbólica a Puigdemont en el pleno que se celebrará mañana en el Parlament —y que ERC anunció ayer que apoyará—. El texto omite fechas como la del 1 de octubre —el día del referéndum ilegal— o el 27 de octubre —cuando el Parlament aprobó la declaración de independencia—. Los anticapitalistas han presentado una decena de enmiendas al documento y piden, por ejemplo, que se ratifique la declaración de independencia y se reconozca a Puigdemont como “legítimo candidato a la investidura”. Junts per Catalunya y ERC suman 66 votos pero se quedan en 64 al no poder votar Puigdemont ni el exconsejero Toni Comin, ambos fugados en Bélgica. El exvicepresidente Oriol Junqueras y Jordi Sánchez, en prisión preventiva, lo harán por delegación. Los cuatro votos de la CUP son por tanto básicos para que el independentismo logre la mayoría. Los constitucionalistas y los comunes suman 65.

Tenemos dudas de que quieran materializar la república", afirma Carles Riera, diputado de la CUP

La resolución presentada por Junts per Catalunya y apoyada por ERC denuncia la “destitución ilegal e ilegítima” del presidente de la Generalitat y sostiene que Carles Puigdemont tiene suficientes apoyos para poder obtener “la confianza” de la Cámara. Paralelamente, contempla que los resultados del 21 de diciembre avalan a Puigdemont para que la Cámara le reitere su “confianza”. Junts per Catalunya registró el viernes en solitario el documento levantando las suspicacias de ERC, pero ayer el portavoz de esta formación, Sergi Sabrià, avanzó que no presentarán ninguna enmienda y que votarán a favor.

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Con esa votación, los independentistas quieren que se reconozca la figura de Puigdemont para dejar constancia de su rechazo a que no pueda aspirar al cargo. “Es una especie de premio de consolación. Dice que [Puigdemont] tiene los votos para serlo pero no va más allá. Se queda a las puertas de lo que dicen que van a hacer”, interpretó Eva Granados, del PSC, que avanzó que los socialistas votarán en contra del texto, al igual que Ciudadanos y el PP.

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