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La vicepresidencia del Govern enfrenta a ERC y Junts per Catalunya

Esquerra ha querido dejar claro que no podía aceptar que Junts per Catalunya acabara ocupando los tres principales cargos institucionales

El portavoz de ERC, Sergi Sabrià.Foto: atlas | Vídeo: JOAN SÁNCHEZ
Camilo S. Baquero

Nuevo foco de enfrentamiento entre Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya en las negociaciones para sacar adelante el Gobierno de la Generalitat. Tras acordar que habrá una estructura bicéfala, simbólica en Bruselas y efectiva en Barcelona, el desencuentro reside ahora en la vicepresidencia y el papel que tendrá Oriol Junqueras. Ambas formaciones suspendieron ayer las negociaciones después de una jornada de intercambio de reproches.

Junts per Catalunya, la lista que encabezó Carles Puigdemont, criticó ayer lo que considera “renuncias” de ERC en relación a “la aceptación y despliegue del mandato democrático” surgido, en su opinión, del referéndum ilegal de independencia del pasado 1 de octubre. Respondía así a distintas informaciones en medios de comunicación en las que se aireaba la diferencia de criterios entre ambas formaciones sobre qué hacer con la vicepresidencia en el nuevo Govern. Fuentes de Junts per Catalunya no descartaron incluso “ninguna eventualidad”, en referencia a unas nuevas elecciones.

El desacuerdo, el segundo de carácter público en dos semanas, fue tan grande que ambas partes se levantaron de la mesa de negociaciones ayer por la tarde. Sergi Sabrià, portavoz de ERC, compareció posteriormente para enviar un mensaje de tranquilidad, si bien aceptó “tiranteces”. “Queremos hacer un llamamiento a la responsabilidad. Estamos en los últimos momentos de una negociación capital para el futuro del país”, dijo.

La estrategia de la formación de Puigdemont —fugado en Bruselas desde hace casi cuatro meses— pasa por mantener el pulso con el Gobierno de Mariano Rajoy y designar como president a otro de los diputados que esté siendo investigado en la causa que sigue el Tribunal Supremo contra los líderes del proceso independentista. La primera opción sería el expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, que, al igual que Junqueras, se encuentra en prisión preventiva. La otra posibilidad es el exconsejero Jordi Turull. Sànchez quedaría inhabilitado, si continuase encarcelado, una vez el Supremo abra juicio oral.

Pero ese plan topa con la estructura del Govern que fija la Ley de Presidencia. Esta determina que, “en caso de ausencia, enfermedad o impedimento del presidente o presidenta de la Generalidad, ejerce su suplencia el consejero primero o el vicepresidente”. Si no existe ninguna de esas dos figuras, ejerce la suplencia el consejero de Presidencia.

A ERC le corresponde la vicepresidencia, dentro del relato de “restitución” del Gobierno catalán cesado por el artículo 155 de la Constitución que defiende Junts per Catalunya. Fuentes republicanas creen que la lista de Puigdemont quiere acaparar los tres principales cargos institucionales que se prevén dentro de las negociaciones y que incluso baraja, para lograrlo, eliminar la vicepresidencia. Ese es un posible escenario que ayer adelantaba el diario Ara: que Junts per Catalunya sólo aceptaría dar la vicepresidencia a Junqueras y, si esto no era posible, prefería eliminar el cargo. Junts per Catalunya negó a última hora de ayer este extremo y dio carta blanca a ERC para que nombre a la persona que ocuparía la vicepresidencia.

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“La vicepresidencia es para ERC, irrenunciablemente”, sostienen fuentes republicanas, que también lamentan que se quieran condicionar los nombres que plantean para las consejerías. Está en liza igualmente la cartera de Presidencia, con importantes funciones en temas clave como la comunicación del Govern o la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, que controla TV-3 y Catalunya Ràdio.

La presidencia simbólica de Puigdemont también sigue modulándose. Junts per Catalunya insiste en que debe tener algunos poderes ejecutivos, mientras que en ERC la ven con un carácter meramente político. Su legitimidad como president sería reconocida en un acto en Bruselas y se propone que sus actividades sean sufragadas por una fundación, nutrida con fondos privados, para evitar así posibles denuncias de usurpación de funciones o malversación de fondos públicos.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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