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Colau se pone de perfil en campaña

La alcaldesa de Barcelona, fundadora de Catalunya en Comú, prioriza el Ayuntamiento frente al 21-D y ha tenido una presencia muy discreta en los actos electorales

Alejandro García (EFE)

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, está teniendo una presencia sorprendentemente discreta en la campaña electoral de Catalunya en Comú, pese a que es el partido que ella impulsó en 2016 y cuya lista por Barcelona cierra. Fundada el pasado mes de abril, la formación de izquierdas se estrena en unas elecciones que son extremadamente complicadas y polarizadas entre independentistas y constitucionalistas. Miembros del partido alegan que la presencia de Colau no es tan necesaria porque Xavier Domènech, cabeza de lista, ya es conocido, y sostienen que la dedicación al Ayuntamiento y a sus dos hijos copa las energías de la alcaldesa.

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Pese a ser el rostro indiscutible de los comunes, que según los sondeos pueden hacerse con la llave de la gobernabilidad en Cataluña, Colau ha tenido, al menos hasta ahora, un protagonismo tan escaso que hasta ha desconcertado a sus rivales políticos. Responsables de la campaña aseguran, sin embargo, que la alcaldesa está realizando el mismo número de mítines que en las dos últimas elecciones generales, ganadas por la coalición, y que ha optado por actos más íntimos y de pequeño formato, en los barrios, sin presencia de la prensa. No hay esta vez baños de masas, aunque los comunes tampoco los están generando. Domènech rechazó ayer en declaraciones a Efe la tesis de que Colau no se involucra, en la misma línea que en la entrevista concedida el jueves a este diario. “No sé dónde sale eso pero está interviniendo. Ella ha querido hacer ese tipo de actos”, insistió. El candidato negó así que Colau esté intentando proteger al Ayuntamiento de Barcelona de un eventual mal resultado electoral. Varias fuentes del partido insinúan, sin embargo, que quieren preservar la institución y aislarlo de las presiones que recibirá Catalunya en Comú si es clave para la gobernabilidad.

Miembros del partido afirman que Domènech ya es conocido y alegan que el Ayuntamiento y sus dos hijos copan la energía de la alcaldesa

Colau ha participado hasta ahora en actos de pequeño formato —en Barcelona y Sant Boi— similares a los que ofrece quincenalmente bajo el reclamo de encuentros con la alcaldesa. Ante las cámaras, ha intervenido hasta ahora en el arranque de campaña; lo hará hoy con Pablo Iglesias en Nou Barris y participará en el de cierre. Ayer, finalmente, abrió el mitin de Badalona, al que asistieron Owen Jones, activista inglés, y el político francés Jean-Luc Mélenchon. No estaba programada su asistencia pero hubo un súbito cambio de planes. “Os tengo que pedir disculpas”, dijo Colau al público. “Me he colado, [en el acto] no estaba previsto y me he escapado. Me hacía mucha ilusión pero tendré que irme antes de que acabe porque tengo otro acto”. Tras lamentar la “tristeza acumulada” en Cataluña —aludió a la “estafa” de la crisis, la intervención de la Generalitat con el 155 y la prisión de los exconsejeros del Govern y los Jordis—, Colau abominó de quien se siente cómodo en la política de bloques. “Parece que una mitad quiere gane derrotando a la otra. Y no nos resignamos. Hay mayorías que quieren priorizar los servicios sociales. Es la opción que se perfila: un Gobierno de izquierdas es posible”, exclamó pidiendo que “todos y cada uno” se vuelquen en la campaña.

“Parece que una mitad quiere gane derrotando a la otra. Y no nos resignamos.  Un gobierno de izquierdas es posible", dice la alcaldesa
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Su estrategia de perfil bajo sorprende porque se preveía que iba a estar arropando más a Domènech, que no alcanza sus dosis de popularidad. Y especialmente porque se trata de su partido y no de la campaña del 27-S cuando dio la espalda a la de Catalunya sí que es Pot. Su decisión enojó a Podemos e Iniciativa, que había financiado su campaña. Muchos leen su decisión en clave municipal: ha roto el pacto con el PSC y vuelve a gobernar solo con 11 concejales sobre 41. No le conviene enojar a nadie. En precampaña sí que irritó al independentismo cuando dijo que quería que los exconsejeros salieran de la cárcel pero también para pedirles explicaciones. Mucho más cómoda en el eje social que en el estrictamente soberanista, ahora su tono es poco agresivo y se centra en cerrar heridas y defender que la Generalitat podría aplicar las políticas sociales de Barcelona.

Los responsables de campaña aseguran que está participando en el mismo número de actos que en las generales

En el año y medio que resta de mandato, Colau se enfrenta a un escenario de geometría variable y deberá pactar a izquierda y derecha. Necesita ese equilibrio si quiere aprobar proyectos clave que fueron promesas electorales, como el del tranvía. Para sacar adelante el presupuesto de 2018, el equipo de la alcaldesa asume que recurrirá a la cuestión de confianza por segundo año consecutivo. Las normas municipales lo permiten, pero el riesgo de que la oposición presente un alcalde alternativo existe.

Los asesores de Colau celebran el impacto mediático de la entrevista que concedió a Sábado Deluxe

Con todo, Colau ha tenido una inesperada aparición en esta campaña al conceder una entrevista sobre cuestiones personales al programa Sábado Deluxe en la que reveló que tuvo en el pasado una novia. Reventó las audiencias y las redes, pero no logró introducir ningún mensaje político. La mayoría de mensajes fueron favorables. Sus asesores creen que esos minutos valen más que 40 entrevistas en periódicos. Muchos espectadores del programa se cuentan entre sus votantes.

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