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La previsión de una participación récord da aliento a los constitucionalistas

PSC y Ciudadanos se disputan el nuevo aluvión de votantes que se prevé en las elecciones catalanas

Miquel Iceta, en las elecciones de 2015.
Miquel Iceta, en las elecciones de 2015.Massimiliano Minocri
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Ciudadanos recrudece sus ataques al PSC para atraer el voto no independentista
In English: Unionist parties to benefit most from expected record turnout at Catalan elections

Las elecciones catalanas de 2015 registraron un récord de participación del 74,95% que todas las encuestas auguran que se superará el 21 de diciembre y que podría rondar el 80%. Los expertos consideran que los partidos constitucionalistas, principalmente el PSC y Ciudadanos, serán los mayores beneficiarios de esa movilización de un electorado antindependentista que durante décadas ha considerado las autonómicas como unas elecciones que no le afectaban.

El secesionismo está movilizado desde hace años en Cataluña y así se explica la participación de centenares de miles de personas en las distintas manifestaciones que se han convocado desde 2012 y, en paralelo, su presencia en las urnas. Gabriel Colomé, director del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat ente 2005-2011, el CIS catalán, considera que el secesionismo podría haber tocado techo electoral hace dos años y que el previsible aumento de la participación de cuatro o cinco puntos no le beneficia en absoluto. “Ahora no van juntos como pasó con Junts pel Sí, sino que son rivales y una parte de ese electorado les puede castigar o irse a la CUP”, asegura.

En las elecciones de 2015 se produjo un aumento de casi el 7% de participación (del 67,76% al 74,95%) que situó a Ciudadanos como la segunda fuerza política, con un resultado récord de 25 diputados en detrimento del PSC, que tocó suelo con 16. Ahora ese incremento de votantes podría beneficiar también al partido de Inés Arrimadas, dice Colomé, pero mucho más a los socialistas. “El PSC ya no está desnortado y han conseguido transmitir un mensaje claro después de la crisis de hace tres años”, asegura.

A eso, añade que ha de sumarse el hecho de que “el mensaje de Albert Rivera no beneficia a Arrimadas ni a Ciudadanos en Cataluña frente a la moderación del PSC”. Este incremento de escaños de Ciudadanos y el PSC por el aumento de la participación iría en detrimento del PP, al que todas las encuestas auguran un descalabro sin precedentes.

La campaña electoral tendrá más importancia que nunca, dice Colomé, y las elecciones se decidirán en la provincia de Barcelona— que aporta 85 de los 135 diputados del Parlament—, y básicamente en la corona metropolitana, donde se concentra la mayoría de la población y donde el votante ha sido tradicionalmente abstencionista. Ciudadanos logró hace dos años en la demarcación de Barcelona 17 de los 25 diputados y el PSC, 12 de los 16. Eso explica los esfuerzos de los partidos constitucionalistas durante estos días por hacer campaña en estas ciudades que, dependiendo de la contienda electoral que se celebre, votan de una u otra forma. Por ejemplo, en las municipales vuelven la espalda a Ciudadanos.

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Las cuartas elecciones en siete años

La inestabilidad política de Cataluña se inició en 2010, cuando Artur Mas regresó a la Generalitat después de los dos gobiernos tripartitos. Las elecciones del 21 de diciembre serán las cuartas que se celebren en esta comunidad en siete años, en las que no ha parado de aumentar de manera progresiva la participación. En 2010 creció casi tres puntos (58,78%), pero dos años después, en 2012, se registró lo que era récord de votantes hasta entonces (67,76%); éste se volvió a superar en 2015 (74,95%) y todo indica que se rebasará nuevamente el 21-D.

El paradigma del abstencionismo son municipios como Sant Adrìà de Besós, pegado a Barcelona, donde la participación en 2015 fue del 68,95%, seis puntos menos que en el conjunto de Cataluña. O Santa Coloma de Gramenet, donde votó el 73%. Unos meses antes de las autonómicas de 2015 se celebraron las elecciones locales y la abstención en Sant Adrià superó el 50%.

Colomé entiende que el número de indecisos que algunas encuestas sitúan en casi el 30% es en realidad mucho menor. “Es gente que ya tiene decidido el voto en su mayoría, pero que dudan entre dos opciones, sean independentistas o constitucionalistas, y que se acabará decantando en los días de campaña”, asegura el experto. Es lo que se llama el voto útil y ese se lo disputarán Ciudadanos y el PSC. “El PP no tiene nada que hacer”, dice Colomé. En su opinión, si el PSC acaba siendo el voto refugio del nuevo electorado podría haber sorpresa electoral.

Y a todo ello hay que sumar otro factor novedoso en estas elecciones desde 1986: que se celebran en día laborable y que eso podría hacer aumentar aún más la participación, porque las empresas concederán el 21 de diciembre cuatro horas a sus trabajadores para votar.

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