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Una campaña independentista usa a Franco para reivindicar el referéndum

Los carteles aparecidos en varias ciudades recogen el lema "No votes el 1 de octubre. No a la república"

Àngels Piñol
Cartel en Barcelona.
Cartel en Barcelona.

Varias ciudades catalanas amanecieron ayer llenas de carteles con una imagen del dictador Franco junto al lema: “No votes el 1 de octubre. No a la República”. El grupo independentista República des de Baix (República desde abajo) es el autor de la campaña que firman diez concejales del entorno de la CUP, aunque esta no impulsó la acción.

Los promotores escogieron el 18 de julio para arrancar la campaña y hacerla coincidir con el aniversario —se cumplían ayer 81 años— del golpe de Estado protagonizado por Franco contra la República. El grupo, que reivindicó la acción a través de las redes sociales, aclaró que su objetivo es incentivar el voto explicando “con perspectiva histórica” que el Estado es heredero del franquismo y que no deja que los catalanes se expresen en un referéndum. Antonio Baños, el exdiputado de la CUP y líder de Súmate, colectivo de castellano hablantes partidarios de la secesión, sostuvo que la provocadora campaña pretende “sacudir conciencias”. “Gente como Franco no quería una república. Él dijo no a eso y nos llevó a 40 años de dictadura”, afirmó.

Cientos de carteles aparecieron en contenedores, marquesinas y oficinas —se vieron desde la estación de Sants al centro Cultural El Born—; en ciudades metropolitanas (Hospitalet, Badalona, Santa Coloma de Gramenet); en localidades costeras de Barcelona (Vilassar de Mar y Premià de Mar) o en Girona. Los firmantes de la campaña, que se definieron como “personas de izquierdas y republicanas”, son ediles de Badalona, Sant Adrià, Santa Coloma, Cerdanyola y Ripollet. El más conocido es José Téllez, teniente de alcalde de Badalona, que fue el que rompió el auto judicial que prohibía abrir el Ayuntamiento el 12 de octubre.

El grupo República desde Baix, que etiquetó la campaña con la frase 1-O. ConFrancono pasaba, no tiene ninguna vinculación ni relación orgánica con la CUP. De hecho, la diputada Mireia Boya afirmó que su partido no impulsó la acción aunque matizó que como todas las respetaba. De hecho, muy pocos diputados la retuitearon en las redes. Lluís Corominas, presidente de Junts pel Sí, evitó juzgar el contenido de los carteles al defender la libertad de cada cual de hacer su campaña y apostilló: “No estamos aquí para hacer de censores”. No a todos los diputados secesionistas les agradó, en cualquier caso, ver las calles empapeladas con el rostro de Franco.

Toda la oposición en bloque encajó con indignación la aparición de las fotos del dictador al entender que se vincula con el franquismo a todo aquel que se oponga al referéndum. Joan Coscubiela, portavoz de Catalunya sí que es Pot, calificó la operación de frivolidad y alertó de que en Cataluña “alguna gente tiene una actitud inquisitorial”. “Mucho me temo que no han sufrido el franquismo porque si no, no usarían esa imagen. Solo lo puede hacer quien habla del franquismo de oídas”. El socialista Ferran Pedret dijo que vincular los dos conceptos es “un intento muy torpe de manipular a la gente”. Carlos Carrizosa, de Ciudadanos, zanjó: “Es absolutamente desafortunada”. La Fundación Franco colgó un mensaje con este contenido: "Agradecemos a los separatistas que mantengan el recuerdo del caudillo en la Cataluña que visitó 15 veces".

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