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Mas planta a Sáenz de Santamaría y a Fomento por una cuestión de protocolo

El presidente catalán se ha negado a aceptar que la vicepresidenta clausure un acto en Fomento Los dos dirigentes iban a coincidir en una entrega de premios de la patronal catalana

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS | MASSIMILIANO MINOCRI

Un detalle en el protocolo provocó este jueves un nuevo desencuentro entre la Generalitat y el Gobierno. El presidente catalán, Artur Mas, plantó a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en la entrega de premios de la patronal Fomento del Trabajo. Era una foto esperada en una semana de especial tensión entre la Generalitat y la Moncloa y que no se produjo porque Mas no aceptó ser relegado en el protocolo por la vicepresidenta.

La vicepresidenta ejerce hoy de presidenta en funciones al estar Rajoy en Panamá

Una hora antes del inicio del acto, Mas comunicó a Joaquim Gay de Montellà, presidente de Fomento, que no acudiría a los premios de la patronal porque, según el programa, él no presidía el acto, honor que recaía en Sáenz de Santamaría. El cargo de vicepresidenta no le sitúa en un rango superior a un presidente autonómico pero con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, volando hacia Panamá para participar en la Cumbre Iberoamericana, Sáenz de Santamaría acudió a Barcelona en calidad de presidenta del Ejecutivo en funciones.

Los puentes de diálogo se han transitado muy poco", dice Gay de Montellà

La Generalitat se percató el miércoles de esta situación, al recibir el programa de Fomento y comprobar que era Santamaría la encargada de presidir el acto. El Gobierno catalán negoció con la patronal y con La Moncloa para que Mas ostentara la presidencia, algo que incumplía las normas previstas. Finalmente la representación catalana la asumió el consejero de Empresa, Felip Puig. Según un portavoz de la Generalitat, Mas no acude a ningún acto que no presida, salvo las visitas del Rey, el Príncipe o el presidente del Gobierno. “Es un gesto de dignidad institucional”, explicaron sus colaboradores. El ex presidente Jordi Pujol implantó esta práctica los 23 años que estuvo al frente de la Generalitat.

El plante llega en una semana en la que el Ejecutivo de CiU ha enervado a la Moncloa por la publicación de una lista de presuntas deslealtades con Cataluña. Con su ausencia, Mas también marca distancias con la patronal catalana, recelosa del proceso soberanista. Sáenz de Santamaría evitó hablar del desplante pero no perdió la oportunidad de reclamar lealtad a Cataluña. La vicepresidenta subrayó que la economía está mejorando y recetó unidad para afianzar la recuperación. “Debemos compartir la responsabilidad de gobernar. Gobernar es generar confianza en un ámbito permanente de lealtad institucional. Es saber que juntos seremos capaces de superar las metas que no podremos alcanzar por separado”, recalcó. El mensaje no caló en la Generalitat. En su discurso, Puig coincidió en que la economía mejora pero la solución pasa porque Cataluña tenga “estructuras de Estado”.

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Gay de Montellà se encargó de recordar que los empresarios catalanes recelan del proceso soberanista —son partidarios de rescatar la propuesta del pacto fiscal— al sostener que “la inestabilidad” choca con la recuperación económica. Por ello reclamó diálogo a ambos Gobiernos que, dijo, han convertido 2013 “en un año perdido”. “Los puentes del diálogo se han transitado muy poco”, dijo Gay de Montellà. Juan Rosell, presidente de la CEOE, certificó la inquietud de los empresarios y abundó que están a favor de pactar y no de la ruptura.

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