El PP se enroca en la defensa del presidente como su mejor candidato
Los sondeos internos refuerzan a Rajoy frente a cualquier otro posible candidato
Una duda y dos certezas condicionan la opinión que tienen los dirigentes del PP sobre el futuro de Mariano Rajoy. Por primera vez en quince años, pocos representantes de peso de esta formación se atreven a apostar que Mariano Rajoy será el candidato a la presidencia del Gobierno con total seguridad. Todos coinciden en que nadie discutirá la decisión del líder si finalmente opta por sexta vez a La Moncloa. Y ninguno rebate que Rajoy sea la mejor opción del PP. Frente a la encuesta de Metroscopia —que refleja el poco apoyo que encuentra el presidente entre los votantes—, fuentes de la dirección nacional esgrimen sondeos internos en los que es mejor valorado que sus posibles sustitutos.
Los estudios demoscópicos más recientes que se han encargado en la sede de Génova para conocer la impresión que tienen los españoles de sus líderes reflejan una mejor valoración de Rajoy que de la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, o el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
Así lo aseguran fuentes de la dirección nacional, que también recuerdan que Rajoy es el candidato que mejor puede conectar con la única bolsa de votantes que sigue dominando el PP frente a Ciudadanos: los mayores de 65 años. A punto de cumplir los 63, el presidente se acercaría a los 70 si vuelve a presentarse y revalida su mandato. Esos datos biográficos contrastan con los de Albert Rivera, el primer político que ha conseguido armar un partido capaz de luchar con el PP por seducir al electorado de centro derecha. Él tiene 38 años y opta a llegar a la Moncloa con 40 años, como el socialista Felipe González.
Con todos esos condicionantes, ¿será Rajoy el candidato del PP en las próximas generales, programadas para 2020?
“Creo que sí, pero claro, [eso es] a fecha de hoy”, respondió la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, durante una entrevista en La 1. “No tengo una bola de cristal ni se lo puedo asegurar”, añadió, subrayando la incertidumbre que rodea a la candidatura. “Sí puedo decir que si hubiera una decisión por su parte de ser el candidato tendría a todo el partido con él”, remató la también ministra de defensa.
“Rajoy es el mejor aval del PP”, dicen en la sede de Génova, donde creen que los ciudadanos pondrán en valor la gestión que ha hecho el presidente de la crisis económica o del desafío independentista en Cataluña. Al tiempo, estos interlocutores admiten que afrontar esos problemas implica sufrir el desgaste implícito a las decisiones difíciles que debe adoptar todo gobierno. Y reconocen, también, la erosión que provoca en el partido —y por extensión en su líder— el continuo goteo de casos de corrupción relacionados con antiguos miembros.
Esas dificultades tienen un reflejo estadístico. En el último barómetro del CIS, publicado esta misma semana, Rajoy registró una valoración media de 2,87 sobre 10 —Rivera, un 3,75—. Esa nota queda a una distancia notable del 4,79 que cosechó al acceder al Gobierno por primera vez, en 2011. Y aún más lejos queda el 5,02 que celebró el líder del PP en enero de 2004, cuando logró la mejor nota de la serie sin tener las responsabilidades de ahora.
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