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Una sopa de siglas nuevas

Los electores de 1977 pudieron escoger entre 82 marcas políticas; en su mayoría, no han sobrevivido

Las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República trajeron papeletas con logotipos, nombres y caras en general desconocidos por los votantes. El tiempo no ha pasado en balde por ellos. Ninguna ha sobrevivido a estos cuarenta años, salvo las del PSOE y PNV, ninguna sigla de aquellas que concurrieron en 1977 sigue presente con aquella misma formulación en el Congreso. La imagen interactiva de arriba muestra la variación que ha sufrido el panorama de grupos parlamentarios desde aquel año a la actualidad.

Algunas siglas pronto cayeron en el olvido. Fue el caso del Partido Socialista Popular, liderado por Enrique Tierno Galván, que en 1978 se integró en el PSOE. Coaligado con Unidad Socialista, había obtenido seis escaños y más de 800.000 votos, una cifra de sufragios parecidas a la marca catalana de Podemos, En Comú Podem, en las elecciones de 2016. Las siglas del PCE aguantarían hasta 1986 cuando nace Izquierda Unida y poco después su grupo parlamentario, aunque el partido sigue existiendo. La Alianza Popular de Manuel Fraga se coaligó con otras fuerzas para formar Coalición Popular y, ya en 1989, aparece en el congreso bajo su denominación actual: Partido Popular.

Aquella enorme sopa de siglas, con todo, no ha sido la más compleja de la democracia. En el siguiente gráfico se observa cómo concurrieron 82 formaciones (12 llegaron al Parlamento), y aunque el número decreció en las siguientes cuatro elecciones, fue superado en el año 93, con 85 formaciones, y más aún en las primeras décadas del nuevo siglo. En 2008 concurrieron 98 fuerzas políticas. Las elecciones generales de 1986, que revalidaron la mayoría socialista, y las últimas, de 2016, han sido las menos variadas en cuanto a siglas se refiere: se presentaron 51 formaciones y 12 lograron representación.

En la legislatura constituyente nacida de las elecciones generales la presencia de mujeres rea una rareza. En UCD, el grupo más mayoritario, había 150 diputados varones frente a solo 7 diputadas. El grupo de la Minoría Vasca y Catalana no contaba con una sola mujer, tampoco el Grupo Mixto ni el Vasco. Solo tres de cada 50 escaños estaba ocupado por una parlamentaria. 40 años después, y acercándose a la paridad, las mujeres son un 40% en el Congreso y el Senado.

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