Susana Díaz relanza las políticas de sanidad, educación y empleo con el cambio de Gobierno
La presidenta andaluza presenta un nuevo Ejecutivo tras renovar seis consejerías
La presidenta andaluza, Susana Díaz, ha incorporado a seis nuevos consejeros (Salud, Educación, Empleo, Justicia, Agricultura y Cultura) tras la decisión de dar por finalizada la carrera por el liderazgo socialista y retomar el pulso del Gobierno autonómico. Díaz instó a sus nuevos consejeros a centrarse en el diálogo social y en la recuperación de los derechos de los ciudadanos tras la crisis. Las áreas sanitaria, educativa y laboral serán prioritarias en la política de los dos años que quedan de legislatura en Andalucía.
Susana Díaz ha culminado este viernes el proceso abierto tras el fracaso en las primarias por la secretaría general socialista y que pasaba por dos claves: cerrar el debate interno —ya lo hizo ante el máximo órgano entre congresos del partido en Andalucía— y retomar las riendas del Ejecutivo autonómico.
La presidenta andaluza cerró ayer este último trance con la presentación de su nuevo Gobierno, en el que figuran cinco nuevas caras y una conocida, la de Miguel Ángel Vázquez, que pasa de ser portavoz a la Consejería de Cultura. Esta la ha dejado vacante la exministra Rosa Aguilar para dedicarse a Justicia.
También hizo retoques relevantes en cuanto a competencias. Presidencia, en manos de su persona de máxima confianza en el Ejecutivo, Manuel Jiménez Barrios, se hará cargo de las políticas relacionadas con la memoria histórica, que hasta ahora gestionaba Cultura. Mientras, Aguilar asumirá la dirección de las políticas contra la violencia machista. La consejera avanzó ayer que impulsará el pacto nacional que reclama Andalucía ante esta lacra.
Susana Díaz defendió los cambios como la mejor forma de afrontar la devolución de derechos tras la recuperación económica y en la necesidad de dar un nuevo impulso a la gestión para que se centre en la gente.
En este sentido, las carteras de los tres principales servicios públicos y de las tres mayores preocupaciones de los andaluces (Salud, Educación y Empleo) han recaído en manos de dos mujeres y un hombre con experiencia en la gestión. En el caso de los colegios e institutos, la nueva responsable, Sonia Gaya Sánchez, procede además del ámbito sindical docente, con lo que pretende acercarse más a uno de los elementos más delicados y que habían amenazado con movilizaciones como las que se produjeron en el ámbito de la sanidad.
Precisamente en el área de Salud se incorpora Marina Álvarez Benito, que era gerente del hospital Reina Sofía de Córdoba. Esta especialista en cáncer de mama distinguida con la Medalla de Andalucía en 2013 tendrá la labor de poner en orden todo el sistema hospitalario tras la frustrada reforma que generó una amplia contestación social, especialmente en Granada y Huelva. “Ahora es momento de sentarnos, estudiar, dialogar y reflexionar para poder planificar la gestión sanitaria de forma adecuada y trabajar con muchísima fuerza y entusiasmo”, afirmó Álvarez.
Díaz ha pedido al nuevo consejero de Empleo, Javier Carnero, exconsejero delegado de la empresa pública de Turismo Andaluz, que dé un nuevo impulso al diálogo social y arranque la próxima semana con la mesa por la calidad en el empleo, a la que han convocado a patronal y sindicatos para luchar contra la precariedad.
Rodrigo Sánchez Haro llevará Agricultura tras haber sido portavoz en la comisión de investigación sobre los cursos de formación y Miguel Ángel Vázquez pasa de ser portavoz del Gobierno a consejero de Cultura.
Cautela sindical y decepción en la oposición
La nueva secretaria general de CCOO de Andalucía, Nuria López, pidió ayer “dinamismo” frente al actual “paso de tortuga” del Gobierno andaluz. Carmen Castilla, de UGT, que presta una de sus dirigentes para consejera de Educación, se mostró ilusionada y reclamó que el Ejecutivo “empiece ya a aplicar las políticas para crear empleo de calidad”.
La oposición fue menos indulgente y, salvo Ciudadanos, que apoya al PSOE y pidió más diálogo y menos errores, todos (PP, Podemos e IU) descalificaron al nuevo Gobierno en sus primeras horas por “mirar en la misma dirección”, “partidista”, “de bajo perfil”.
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