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El líder socialista busca recuperar el voto que se fue a Podemos

Pedro Sánchez cree que aún perdura el malestar social

Anabel Díez
Pedro Sánchez se fotografía durante su visita a la Feria del Libro de Madrid.
Pedro Sánchez se fotografía durante su visita a la Feria del Libro de Madrid. Luca Piergiovanni (EFE)

Los votantes que abandonaron al PSOE y se fueron a Podemos son el objetivo prioritario del secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, quien, según su entorno, quiere reafirmar a los militantes que le han dado su apoyo para llevar adelante un proyecto claramente de izquierdas. Esta es la ardua tarea que tiene por delante Sánchez —elegido por los militantes hace dos semanas— tras el congreso de su partido, que se celebrará en 12 días.

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Los votos perdidos se han ido a la izquierda, según las encuestas, y, por tanto, es en ese terreno donde cree la cúpula del PSOE tiene que tratar de ganar crédito con sus propuestas. Esta será la orientación que guiará sus pasos, a pesar de que ha habido cambios en los últimos tres meses, desde que presentó su primer proyecto, llamado entonces “por una nueva socialdemocracia”. En el equipo de Sánchez, cuyos miembros pasarán a formar parte de la ejecutiva federal y cargos relevantes en el grupo parlamentario, se resalta la principal de las “matizaciones”. No habrá “codo con codo” con Podemos, sino diferenciación en propuestas y actitudes, aunque necesariamente habrá iniciativas en las que podrán coincidir, al igual que con Ciudadanos y los nacionalistas, como ya ocurre desde que empezó la legislatura.

Sánchez y su equipo se dirigen a los votantes que empezaron a apoyar a Podemos en las elecciones europeas de 2014 e incrementaron ese aval en las dos elecciones generales sucesivas ya con Sánchez como cartel electoral.

La lucha con Podemos por casi cinco millones de votos acaba de empezar. El PSOE considera que el malestar de buena parte de la sociedad se mantiene y se traduce en un “voto protesta” que nutre a Podemos, indican en el entorno de Sánchez. No será nada fácil que los socialistas se hagan con el voto de los que apoyan a Izquierda Unida, aunque no descartan que pueda haber un sector “que quiere dar una oportunidad al PSOE”, señalan esas fuentes.

Unas 15.000 enmiendas a la ponencia marco

Casi 15.000 enmiendas han sido presentadas a la ponencia-marco que será debatida en el congreso del PSOE. Las reiteraciones han permitido agruparlas en 6.743.

El grueso de las mismas viene de la mano de militantes que apoyaron a Pedro Sánchez lo que ha provocado que los coordinadores del texto-marco, Eduardo Madina y José Carlos Díez, renuncien a su defensa al estimar que los vencedores han hecho una “enmienda a la totalidad”.

El preámbulo ha recibido 632 enmiendas; 1.961 la ponencia política; 1.836 la económica y 2.314 la orgánica o de modelo de partido.

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Pero el gran caladero lo forman algo más de tres millones de votantes de Podemos, entre los que hay grandes capas de clases medias, según el análisis de José Félix Tezanos, catedrático de Sociología y coordinador con el economista Manuel Escudero del proyecto de Sánchez.

En una de las enmiendas a la ponencia marco se describe la necesidad de presentar “un proyecto atractivo para profesionales, comunidad científica, líderes sociales y sindicales, dispuestos a colaborar para avanzar hacia una sociedad más justa y decente”. A ello se añade el compromiso de “cumplir programas y compromisos” para recuperar a los votantes que se fueron “a otras formaciones o a la abstención”.

No se observa preocupación en el entorno de Sánchez por los cambios de posición respecto a cómo situarse ante Podemos. “Hemos aclarado la posición y así se refleja en las enmiendas que recibimos de los militantes que querían alejarse de ese partido”, señalan quienes leyeron e introdujeron los cambios para pasar de “la unidad de acción de las fuerzas de izquierda” a la unidad “social” y “sindical”. Esto es lo que quieren los militantes, aseguran. Y así se refleja en las tensas relaciones que los socialistas mantienen en ciudades, provincias y regiones con los dirigentes y cuadros del partido de Iglesias. Su distanciamiento se apreciará en “cuestiones de Estado”, como ya defendió la pasada semana Sánchez respecto al secesionismo catalán al situarse junto al Gobierno.

Sin tregua

Durante esos días el portavoz parlamentario socialista, José Luis Ábalos, ha constatado que no ha tenido “ni un día de tregua” en relación con las posiciones de PP, Podemos y Ciudadanos. El portavoz constató que Podemos peleó por llevar las comisiones de investigación de financiación del PP y la de las actuaciones del Ministerio del Interior a un terreno que les inquietó mucho.

Podemos reprochó al PSOE actuar en connivencia con el PP, pero asumieron la crítica al no dejarse llevar por el intento de hacer un juicio a todas las etapas de Interior de la democracia, señala Ábalos. En su opinión, la lucha y denuncia de la corrupción no significa “llevarse por delante la historia democrática de este país”.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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