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Los cinco acusados de la violación en grupo de Sanfermines, al banquillo

La Audiencia de Navarra desestima la petición de archivo de la causa por falta de prueba de cargo solicitada por sus defensas

Protesta contra las agresiones sexuales en Pamplona, el pasado lunes.
Protesta contra las agresiones sexuales en Pamplona, el pasado lunes.JESÚS DIGES (EFE)
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Los cinco jóvenes sevillanos detenidos los pasados Sanfermines por una violación en grupo a una joven madrileña de 18 años se sentarán en el banquillo de los acusados. La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha terminado la fase de instrucción del caso, ha decretado la apertura de juicio oral y ha emplazado al Ministerio Fiscal a que presente en cinco días su escrito de acusación.

El tribunal ha desestimado la petición de archivo de las actuaciones solicitada por las defensas de los cinco encarcelados por la supuesta violación de la joven en los Sanfermines de 2016. Las iniciales de los acusados son A.P.M., J.E.D., A.J.C.E., A.M.G.E. y A.B.F. Uno de ellos es un guardia civil recién graduado y con destino en Córdoba y otro es miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El pasado octubre, la Audiencia de Navarra ratificó la decisión del juez instructor de mantener en prisión provisional sin fianza a los cinco procesados.

Las defensas alegaban que no existía en este procedimiento prueba de cargo suficiente contra los imputados. Sin embargo, la Audiencia navarra recuerda que la existencia de indicios racionales de criminalidad ya fue considerada en el auto de procesamiento del 8 de agosto de 2016, confirmado por la Sección Primera el 16 de noviembre.

Según relata el juez instructor del caso en el auto de procesamiento, sobre las tres de la madrugada del 7 de julio uno de los acusados inició una conversación con la joven en la Plaza del Castillo, antes de que él y sus cuatro amigos la acompañaran hacia el coche en el que ella tenía la intención de dormir.

En el camino, aprovechando que una vecina acababa de abrir el portal número 5 de la calle Paulino Caballero, agarraron a la joven por las muñecas, la rodearon y la obligaron a entrar. Valiéndose de su superioridad física y de la imposibilidad de ella para solicitar auxilio u oponerse a sus pretensiones, la sujetaron y la obligaron a realizar varios actos sexuales, que fueron grabados por uno de los acusados con su teléfono móvil con el consentimiento de los demás.

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Después robaron el teléfono móvil que la víctima llevaba en su riñonera y abandonaron el portal dejando dos tarjetas de memoria del teléfono y la funda. En cuanto pudo vestirse, la joven salió al exterior y se puso a llorar hasta que dos desconocidos la atendieron y, cuando ella les dijo que había sido violada, llamaron a la policía.

La víctima relató lo sucedido a los agentes de la Policía Municipal, a los que dio los datos identificativos de los autores, lo que permitió su localización horas después en la plaza de toros, al final del encierro, y su posterior detención.

Uno de los cinco agresores envió mensajes a sus amigos para contarles lo sucedido. El grupo de WhatsApp se llamaba "Manada", según informó el diario digital Navarra.com, y en él estaban incluidos cuatro de los cinco arrestados, además de otras siete personas que no viajaron a Pamplona.

—Buenos días.

—Follándonos a una entre los 5.

—Jajaja.

—Todo lo que cuente es poco.

—Puta pasada de viaje.

—Hay vídeo.

Estos son algunos de los mensajes enviados durante la madrugada. Los investigadores encontraron en la pierna de uno de los detenidos un tatuaje de un lobo con la siguiente inscripción: "El poder del lobo reside en la manada". La víctima identificó así a uno de los agresores.

Cuatro de los procesados son, además, sospechosos de haber cometido otra violación meses antes. El juez de Pamplona que investigó la violación grupal vio el pasado mes de octubre indicios de que abusaron sexualmente, en mayo, de una joven de 21 años en Pozoblanco (Córdoba). Los investigados también grabaron los abusos con un móvil y compartieron uno de los dos vídeos en un chat. El magistrado sostiene que "existen serios indicios de que podrían haberse utilizado sustancias específicamente destinadas para provocar la inconsciencia de la víctima".

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