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En el PP esperan la marcha de Aguirre “preocupados, indignados y avergonzados”

La dirección nacional no le ha exigido aún la dimisión como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid pero la aguarda por su responsabilidad en los nombramientos

Esperanza Aguirre sale de la Audiencia Nacional en San Fernado de Henares. En el vídeo, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado.Foto: atlas | Vídeo: Víctor Sainz
Javier Casqueiro

"Avergonzados, indignados y preocupados". Así se ha expresado, en privado, uno de los máximos dirigentes nacionales del PP ante el cúmulo de datos sobre la campante corrupción en el partido y la Comunidad de Madrid en la época de Esperanza Aguirre y de los entonces vicepresidentes Ignacio González y Francisco Granados. Los miembros de la cúpula popular han vuelto a sentirse increpados en la calle y constatan en sus círculos privados que no saben muy bien cómo explicar qué sucede y, sobre todo, qué ha sucedido en los máximos niveles del poder del PP y la administración regional madrileña durante tantos años. El comité de dirección del PP se reunió este lunes, sin la presencia de Mariano Rajoy de viaje institucional en Brasil, y después se aseguró que nadie desde ese órgano ha pedido aún la dimisión de Aguirre como portavoz municipal en la capital aunque la aguardan cuanto antes por su responsabilidad a la hora de nombrar a esos cargos imputados.

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La cúpula popular no maneja información directa sobre cuáles son los planes políticos de Esperanza Aguirre, ni a corto ni a medio plazo, pese a que la dirección del PP espera desde que surgió el caso Lezo su retirada definitiva de la política. No quieren presionarla directamente porque creen que podría resultar contraproducente. Pero anhelan que se vaya cuanto antes, como explicó este lunes Pablo Casado, el portavoz oficial del PP, por "el antecedente de cuando abandonó la presidencia del partido en Madrid". Casado se refirió así, indirectamente, a la teoría de la responsabilidad in vigilando que la propia Aguirre esgrimió hace un año en plena resaca del caso Púnica cuando dejó la presidencia del PP de Madrid por no haber sabido nombrar adecuadamente a Granados, que fue su vicepresidente y también secretario general del partido en la región.

Pablo Casado fue preguntado directamente por si el PP le había reclamado a Aguirre su dimisión y contestó que no y hasta aseguró que desde la dirección nacional del partido "nadie se ha puesto en contacto" con ella "ni se la ha reclamado nada a nivel orgánico". Aguirre no mantiene actualmente ningún cargo orgánico en el PP pero sí es desde mayo de 2015 la portavoz municipal en el Ayuntamiento de la capital de España.

El PP pretende diferenciar así que una cosa son los cargos del partido, sobre los que sí cabe exigir dimisiones, y otra las funciones institucionales, sobre las que Casado precisó que "habría que preguntarle a ella" qué piensa o debe hacer. "Ella tendrá que explicarse", dijo Casado en otro momento.

El portavoz oficial del PP señaló además que en las investigaciones que se siguen por el caso Lezo no hay aún indicios directos sobre posibles responsabilidades de Aguirre ni tampoco sobre su etapa al frente de la Comunidad de Madrid, que dejó en 2012. "No hay ningún indicio de irregularidad en su persona ni mucho menos en su etapa de gestión municipal", precisó Casado.

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Sin noticias de Aguirre

El PP vive así en la incertidumbre total de desconocer los planes de Aguirre y de no saber hasta dónde apretar el acelerador para reclamar su dimisión o cómo expresarse públicamente "sin dejar de ser justos, ni inquisidores ni ingenuos", como constató este lunes Casado tras casi una hora de rueda de prensa acosado por el mismo tipo de preguntas. El propio dirigente popular, que trabajó con Aguirre muchos años, admitió luego que era muy difícil "ser equilibrado".

Lo que sí quiso este lunes el PP a nivel nacional fue remarcar su respaldo total e inequívoco a la actual presidenta madrileña, la popular Cristina Cifuentes. Tras la irrupción del caso Lezo y las imputaciones y detenciones también se había especulado con la preocupación de la dirección nacional del PP ante las implicaciones de una posible batalla sobre todo mediática, ante las informaciones que afectan al presidente, Mauricio Casals, y al director de La Razón, Francisco Marhuenda. "Todo el apoyo de la dirección nacional a Cristina Cifuentes en lo que ha hecho", subrayó enfáticamente Casado varias veces y con distintas expresiones.

Lo que no se atrevió Casado fue a comentar algunas de las grabaciones que contienen conversaciones amenazantes de Casals y Marhuenda contra Cifuentes y personas de su equipo. Dijo que respeta las informaciones periodísticas, que nunca valora los comportamientos de los mensajeros en estos casos, que le faltaba información al respecto y que se remitía a las actuaciones judiciales.

La preocupación, indignación y vergüenza del PP es personal, de varios altos cargos, por sentirse traicionados por personajes que aún estaban en operaciones irregulares y oscuras cuando ellos tenían que actuar como portavoces en ruedas de prensa y tertulias, pero también orgánica y de partido. En el PP constatan que la corrupción ha vuelto a imponerse como tema casi único en sus comparecencias, como se ha comprobado de nuevo este lunes tras la cita semana del comité de dirección. No hubo preguntas casi sobre otros asuntos. Como en los peores tiempos de la Gürtel o del caso Rita Barberá.

Los dirigentes populares quieren intentar salvar de esta situación en lo posible a Rajoy, en plena vorágine de viajes internacionales. La idea es seguir trabajando, gestionando y dando la sensación de que todo sigue con normalidad. Pero no se engañan demasiado. Saben que tienen pocas posibilidades de que esa estrategia cuaje. Casado fue preguntado por la mala imagen internacional de Rajoy y del PP en este contexto y respondió: "La corrupción no afecta a unas siglas, el PP ha estado acusado como persona jurídica y no lo está. Esas personas han militado en este partido pero el PP es doblemente perjudicado, como contribuyente y porque han manchado unas siglas".

En el PP quieren pensar también que este resurgimiento de la corrupción interna no les afectará en su relación con Ciudadanos ni en la negociación en marcha para aprobar los presupuestos de 2017 e intentó desligar esos escenarios. "Habría que diferenciar la gobernabilidad y la estabilidad política de España del comportamiento de un grupo de personas", apuntó Casado. Y luego indicó que en caso contrario el PP sería perjudicado triplemente.

En el PP matizan en esta línea que "es compatible" su posición crítica contra la acusación popular o particular y partidista en casos de corrupción, tras la reciente citación a Rajoy en el juicio de Gürtel como testigo, con la determinación mostrada por el propio presidente de acudir a los tribunales para aclarar lo que haga falta y en las condiciones que se le pidan. Casado diferenció ahí el juicio crítico del PP de la actitud "tranquilizadora, de aplomo y de Estado" de un presidente que no tiene nada que ocultar. Y defendió como una buena idea que Rajoy viaje ahora mucho por el mundo porque ayuda a contrarrestar esa imagen negativa de España y porque sostiene que la corrupción es un mal, "un defecto humano", que está en todos los países.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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