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La Guardia Civil no ve acoso en gritar a una agente por salir a ponerse una compresa

El instituto armado archiva la queja en una resolución contra la que no cabe recurso

Miguel González
Parada militar de la Guardia Civil en honor a los héroes del 2 de Mayo en Madrid.
Parada militar de la Guardia Civil en honor a los héroes del 2 de Mayo en Madrid.Cristobal Manuel

La Guardia Civil ha archivado la queja de la agente expedientada por abandonar el servicio durante 10 minutos, sin comunicarlo, para ir al baño a ponerse una compresa, al haberle venido súbitamente la regla. La agente pidió que se activase el protocolo de acoso laboral contra el teniente que le recriminó a gritos su conducta delante de un compañero y le abrió expediente tras saber que iba a denunciarle por la forma en que la había tratado.

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La resolución en la que se archiva la denuncia ha sido dictada por el jefe de la comandancia en la que están destinados la guardia civil y el teniente y contra la misma no cabe recurso. El archivo de la queja se ha notificado también al denunciado, jefe jerárquico de la mujer.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritaria en el instituto armado, considera que este caso demuestra que el protocolo vigente contra el acoso laboral y sexual “no sirve para nada”. La AUGC pide que, como en el resto de la Administración, este incluya en la Guardia Civil plazos tasados, la intervención de órganos de prevención de riesgos laborales y psicólogos o que la competencia para resolverlos recaiga en personas ajenas a la cadena de mando. Al menos en su fase inicial, agrega el portavoz de la asociación, el presunto acosador no debe ser informado, para evitar represalias.

Respecto a la posible sanción a la guardia civil por ir al baño sin avisar, sostiene que “quien ejerce de agente de la autoridad debe tener cierta autonomía. Si está demasiado encorsetado, acaba afectando a la eficacia del servicio”. El abogado de la agente, Antonio Suárez-Valdés, sostiene que, debido a la urgencia, esta no tuvo tiempo de comunicar su ausencia momentánea.

De su lado, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, que ha salido en apoyo del teniente, asegura que “no hay problema por abandonar un servicio ante una emergencia, siempre y cuando se comunique debidamente y se deje constancia de los motivos que obligan a ello”. Tras calificar de “lógica reprimenda” la frase que el teniente dirigió a la agente cuando esta adujo que le había venido la menstruación — “a mí no me cuentes milongas, al baño vas antes o después del control, no durante”—, asegura que el oficial “se vio obligado a elevar parte disciplinario” para defender sus derechos.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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