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1992, punto de inflexión

La Expo 92, la A-92, el AVE y el PCT Cartuja marcaron el devenir de Andalucía

El Tren de Alta Velocidad AVE Madrid-Sevilla.
El Tren de Alta Velocidad AVE Madrid-Sevilla. EFE

Andalucía es el oeste de América, el norte de África, el sur de Europa y el este del Mediterráneo. Con las infinitas connotaciones que su ubicación conlleva, como por ejemplo, ser eje comercial de ultramar hacia occidente, destino actual de los que suben, periferia cuando el centro es otro, o puerta de oriente por el Estrecho. De la vasta historia de este territorio, hubo una fecha que redimensionó en el siglo XX su posición en el mapa. Fue 1992, año en que se celebró la visitada Exposición Universal, se expandió la autovía A-92, se abrió el tren de alta velocidad AVE y se forjó el Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja. Inversiones, jefes de Estado, innovación, obras, conexiones, interculturalidad, futuro… un hito para el devenir de la comunidad.

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En 650.000 metros cuadrados de un terreno baldío de Sevilla se construyeron tres puentes, 16 espacios escénicos, un lago artificial, un monorraíl, un telecabina, decenas de jardines y pabellones de 112 países, ocho de temáticas universales, 23 de organismos internacionales, 17 de comunidades autónomas y seis de empresas. Una nueva ciudad para rememorar el quinto centenario del desembarco de Cristóbal Colón en América y los inventos conseguidos hasta ese momento en una exposición universal titulada La era de los descubrimientos. En seis meses el recinto acogió 41,8 millones de visitas, el 19% extranjeros, y desfilaron bajo sus pérgolas climatizadoras hasta 17 jefes de Estado, entre ellos Fidel Castro, además de Gabriel García Márquez, Lady Di o Estefanía de Mónaco…

“El éxito de la Expo 92 estuvo en sus contenidos. En el homenaje que se hizo a la capacidad de descubrir del ser humano”, señala Julio Cuesta, director de Relaciones Externas durante exposición, que considera que marcó un punto de inflexión en los posteriores encuentros universales. Para Sevilla y Andalucía también lo supuso. “Además del avance en las infraestructuras, se puede analizar desde el punto de vista sociológico. Hubo un cambio de mentalidad, los foráneos dejaron un reflejo importante, la ciudad multiplicó su apertura”, considera Carmen Bueno, responsable de la gestión de lo pabellones temáticos.

Como apunta, las infraestructuras fueron el legado que más vertebró la comunidad. De este a oeste se extendió la Autovía del 92, siguiendo el curso del Guadalquivir, hasta alcanzar ahora los más de 500 kilómetros y el tránsito de más de 169 millones de vehículos de media al año. Un proyecto considerado como “imprescindible” por el profesor del Departamento de Geografía Humana de la Universidad de Granada Luis Miguel Sánchez. “Su impacto económico es indudable. Y el objetivo de articular política y socialmente la comunidad también se ha conseguido”, estima Sánchez sobre esta carretera, que ha potenciado la industria y el turismo en las localidades por las que cruza. De sur a norte, la herencia del 92 quedó marcada con el AVE, el tren de Alta Velocidad que conectó Sevilla con Madrid en dos horas y media tras una inversión de 2.700 millones de euros.

Y vinculado con el ingenio característico de lo que fue el origen de la Expo de Sevilla, ese terreno baldío convertido después una ciudad casi del futuro, quedó como activo para convertirse en el Parque Científico y Tecnológico (PCT) Cartuja a partir de 1993. Un espacio en el que de forma progresiva, y tras pasar épocas de importantes dificultades, se han instalado hasta 420 empresas, todas vinculadas con la innovación, que generan 16.000 empleos y una actividad económica de 1.900 millones al año. “El PCT Cartuja es un ejemplo único de reutilización de una exposición universal, con una rentabilidad innegable para Andalucía por la cualificación empresarial, investigadora y como área generadora de empleo”, afirma la directora general del recinto, Teresa Sáez.

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Esas medidas de siglo XX para la comunidad estuvieron complementadas también por el plan Andalucía 92, que destinó 192 millones de euros, 24 para cada capital de provincia por el principio de igualación territorial. “El 92 significó para Andalucía un enorme impulso modernizador. Gran parte de las empresas surgidas culminaron con éxito”, escribía el expresidente del Parlamento de Andalucía en una tribuna de EL PAÍS el pasado 28 de febrero. Esfuerzos todos que resituaron en el mapa a una comunidad que desde épocas pasadas es clave en la Historia.

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