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España podrá vetar la aplicación a Gibraltar del pacto entre la UE y Londres

Las directrices europeas del Brexit dan a España una posición de fuerza en este litigio

Lucía Abellán
Un trabajador coloca un cartel de cambio de moneda en Gibraltar.
Un trabajador coloca un cartel de cambio de moneda en Gibraltar.JON NAZCA (REUTERS)

El Brexit ha colocado a España en una inesperada situación de fuerza respecto a Reino Unido en el litigio de Gibraltar. Las directrices negociadoras de la UE para la salida británica dan al Gobierno español capacidad para vetar la aplicación a Gibraltar del nuevo marco que Bruselas pacte con Londres. Eso sitúa a la colonia británica en un limbo legal que puede forzar una negociación entre Madrid y Londres. Bruselas remite cualquier solución a un arreglo bilateral.

Las líneas maestras con las que la Unión Europea negociará la salida de Reino Unido y el esbozo de una relación futura incluyen un dardo envenenado para Londres en la disputa por Gibraltar. El texto, divulgado este viernes, otorga un importante espaldarazo a España al excluir a este territorio —colonia británica cuya soberanía reclama España— de cualquier relación entre Bruselas y Londres tras la salida británica del club comunitario. No habrá pacto común que se aplique a la colonia británica “sin el acuerdo entre el Reino de España y Reino Unido”, aclara el borrador. Para extenderlo al territorio en disputa hará falta, por tanto, que el Gobierno español acepte.

La referencia explícita a Gibraltar constituye una de las principales novedades de esas directrices, que marcarán la estrategia negociadora de los 27 respecto al Brexit. El Gobierno español quiere aprovechar este proceso —y el limbo en el que queda este territorio respecto de la UE— para forzar un diálogo bilateral con Reino Unido del que Londres siempre ha recelado. El principio de que la colonia británica quedará fuera de cualquier entendimiento da al Gobierno español la llave negociadora que buscaba. Si Londres quiere facilitar algún tipo de puente entre ese territorio y los 27 socios de la UE, tendrá que acometer una negociación bilateral con Madrid.

Esa postura representa un cambio radical respecto a la neutralidad que hasta ahora había mantenido el bloque comunitario sobre Gibraltar. Pero con Reino Unido en la vía de salida, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 no tienen ya reparos en tomar partido y defender abiertamente los intereses españoles. “En la UE de 27 Estados, ya solo está representado el argumento de una de las dos partes”, alegó un alto cargo comunitario, que admitió que se trata de un asunto muy político.

Reino Unido se opone

La negociación aún no ha arrancado, pero está por ver que la estrategia europea respecto a Gibraltar prospere. Una portavoz británica recordó las recientes palabras de la primera ministra, Theresa May, respecto a Gibraltar. El mismo día de la notificación del Brexit, May negó que el territorio quede en un limbo. "Tenemos claro que está incluido en nuestras negociaciones de salida", zanjó el pasado miércoles. Y negó la posibilidad de suscribir acuerdos que impliquen "que el pueblo de Gibraltar pase bajo la soberanía de otro Estado en contra de sus deseos".

Mención expresa

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Desde la victoria del Brexit en el referéndum del pasado junio, el Ejecutivo español ha invertido grandes esfuerzos diplomáticos en este capítulo. La primera intención de los negociadores europeos consistía en incluir una referencia a los problemas que la salida británica generaba en las fronteras, tanto en Irlanda del Norte (territorio fronterizo con la República de Irlanda, pero perteneciente a Reino Unido) como en Gibraltar (de naturaleza muy diferente). Pero la insistencia española se ha traducido en una mención expresa que favorece su estrategia respecto al territorio, cedido parcialmente a la corona británica por el Tratado de Utrecht en 1713.

Poco después del referéndum, el anterior ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, proclamó: “Pondré la bandera en Gibraltar y mucho antes de lo que Picardo [ministro principal de la colonia] cree”. El nuevo titular de Exteriores, Alfonso Dastis, ha rebajado el tono, pero también ve la oportunidad de que Gibraltar tenga que acercarse a España para buscar un acercamiento al paraguas europeo.

El encaje gibraltareño en Europa es complejo. El territorio no forma parte de pleno derecho de la UE. Sí se le aplican los tratados europeos, pero está exento de las políticas aduaneras, fiscales, comerciales y agrícolas, entre otras. Aun así, su salida abrupta puede resultar traumática. También para Andalucía, que registra a diario una media de 10.000 accesos por la verja fronteriza.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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