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La alergia al polen será menos intensa esta primavera que en 2016

Extremadura tendrá las mayores concentraciones de pólenes de gramíneas

Un hombre observa un ejemplar ya florecido de Cercis Siliquastrum, comúnmente conocido como árbol del amor o algarrobo loco.
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La primavera de 2017 trae bajo el brazo una buena noticia para los ocho millones de alérgicos contabilizados en España. Este año, la época de las flores será menos intensa que en 2016, por lo que se presume que habrá menos problemas de alergia o de menor gravedad. Extremadura será la excepción, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), donde se prevé que los niveles de concentración de gramíneas traigan una primavera "intensa".

"En general, las previsiones apuntan a una primavera muy leve en Canarias, leve en el litoral mediterráneo y zona septentrional, moderada en la zona centro y Andalucía, e intensa en Extremadura", detalla el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC.

Las plantas que más problemas alérgicos producen son, en orden descendiente: gramíneas, olivo, ciprés, salsola, plátano de sombra y parietaria. En función del número de gramíneas recogido, la primavera se clasifica como: muy leve (menos de 2.000 granos por metro cúbico), leve (entre 2.000 y 4.000), moderada (de 4.000 a 6.000) e intensa (más de 6.000).

Por zonas, las previsiones para esta primavera 2017 son las siguientes:

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Ni un especialista en Baleares

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) critica la situación de la especialidad en dos comunidades. En Baleares no hay ni un especialista, dijo ayer su presidente, Joaquín Sastre.

La Consejería de Salud de Baleares admite el dato, pero afirma que todos los pacientes están diagnosticados y tratados. Los primeros cuidados se facilitan en Atención Primaria, y luego los diversos especialistas (dermatólogos, neumólogos, oftalmólogos) participan. "Los casos más complicados los tratan desde el servicio de inmunología del Hospital Universitario Son Espases", afirma una portavoz. Como prueba de que hay atención para los pacientes, "en los últimos tres años sólo se ha desplazado un paciente al Hospital de La Fe de Valencia", añade.

En Cataluña, en cambio, alergólogos hay, pero no los suficientes para atender, en un tiempo adecuado, a toda la demanda. Aunque la Generalitat estipuló que el tiempo de referencia máximo para visitar al especialista es de 90 días, la lista de espera para llegar a la consulta es de 248 días. El Departamento de Salud de la Generalitat informó que, a diciembre de 2016, 13.116 personas estaba a la espera de visitar al alergólogo.

"Hay muchas diferencias territoriales, con puntos negros como Girona, el Baix Llobregat o el Vallès Oriental. Esto genera cierta inequidad", señala María Teresa Dordal, presidenta de la Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña. El 60% de los pacientes en espera superan el tiempo máximo de demora de 90 días fijado por la Generalitat.

Aparte de l pronóstico para este año, afinado gracias a la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha, como ha explicado el presidente de la SEAIC, Joaquín Sastre, lo que preocupa es que las alergias al polen van en aumento,. En 2005, aproximadamente el 25% de los pacientes tenía episodios de rinoconjuntivitis; en los noventa era menos del 20%.

Aunque no hay datos en España sobre la incidencia de las alergias en la población general, las previsiones, basadas en extrapolaciones de trabajos externos, son que en 2030 el 25% de la población sea alérgica al polen, y que en 2050 lo sea la mitad de la humanidad.

Sastre explica que ello se debe a varias causas. Con el calentamiento, las plantas florecen antes, por lo que hay polen más tiempo en el aire. Además, en las ciudades, las partículas que emiten los motores diésel, por ejemplo, agreden a la vegetación, que se defiende produciendo unas proteínas, presentes en el polen, que aumentan la reacción. A ello se suma que al haber más CO2 en la atmósfera, las plantas crecen más y producen más polen. El conjunto es que hay más polen, más tiempo y más agresivo.

Aunque cuando se habla de alergias los especialistas suelen referirse a los pólenes y a la primavera, los cambios sociales y medioambientales llevan ya a que haya alergias todo el año, ha apuntado Molar. Y las plantas no son las únicas que producen alérgenos. También aumenta la reacción a los animales domésticos –perros, gatos y hámsters, ha recalcado Sastre–, aunque la de los ácaros se mantiene.

Igual que ante el polen hay motivos externos, también en este caso lo son los que explican la mayor alergia a los animales. "En el tiempo de estudio no da tiempo a que haya cambios genéticos en las personas que expliquen el aumento, pero sí epigenéticos", Ha dicho Sastre. Se refiere a los factores que regulan la expresión de los genes, que son mucho más sensibles ante las variaciones medioambientales.

El caso de las mascotas es claro: ha aumentado su presencia, por lo que crecen las alergias. En cambio, la crisis ha traído una disminución en el número de personas con complicaciones por los caballos, que son animales caros de mantener y cuya monta se ha reducido por la crisis, ha explicado Sastre.

Ante un panorama cada vez más complejo si se mira la serie anual, aunque este año no vaya a ser tan grave, los especialistas recomiendan a los afectados que limiten las actividades al aire libre entre las 10.00 y las 16.00, que es cuando hace más calor y las flores se abren para lanzar el polen. También que se laven la cara al volver a casa, que eviten colgar la ropa al aire libre y que, incluso, se cambien de ella cuando lleguen.

También es útil seguir la evolución de los niveles de polen. Para ello, la sociedad médica recomienda la web polenes.com y la aplicación para móviles PolenControl. Y aconsejan el uso de mascarillas homologadas contra alergias. No valen las de papel normal, porque no impiden que los pólenes se cuelen por los poros.

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