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Fomento acelera sus contactos con la oposición para otro decreto de la estiba

El Gobierno pide ideas sobre mejoras y presiona con el daño en Europa a la imagen de España

Javier Casqueiro
Íñigo Méndez de Vigo comparece tras el Consejo de Ministros.
Íñigo Méndez de Vigo comparece tras el Consejo de Ministros. Uly Martín
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El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, comenzará de inmediato, posiblemente este mismo viernes, los contactos con los representantes de los principales partidos en la oposición para sumarles a la negociación in extremis del nuevo decreto para la regulación de la estiba que pretende aprobar de inmediato para solventar el fracaso constatado en su primer intento en el debate el jueves en el Congreso de los Diputados. Esa negociación política se quiere poner en marcha ya, especialmente con Ciudadanos, Coalición Canaria y el PSOE, para llegar con ideas nuevas a la mesa de negociación con las partes convocada para el próximo martes. El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, subrayó este viernes, tras el Consejo de Ministros, que el margen de maniobra para retocar aspectos del decreto tumbado el jueves es muy escaso pero también indicó que aún existe. El ejecutivo de Mariano Rajoy ha empezado a presionar a los demás grupos con apelaciones a su responsabilidad y al daño que este incumplimiento de una sentencia y normativa europea puede ocasionar ahora a España.

Íñigo de la Serna realizó ante sus compañeros de Gabinete una exposición de la situación tras el varapalo político sufrido el jueves por el Gobierno, cuando el Real Decreto sobre la nueva regulación de la estiba quedó truncado en el Congreso con una dolorosa y significativa derrota política. El ministro de Fomento anunció así la apertura de una ronda de negociaciones urgente para reclamar a los otros partidos propuestas para completar aspectos que le puedan faltar ahora al decreto unilateral del Gobierno que no logró esta semana su convalidación, algo inusual desde 1979.

El Gobierno quiere recibir ahora aportaciones de los demás partidos, algo que el propio De la Serna y otros miembros del ejecutivo y del PP han echado en falta tanto en el debate parlamentario como en los encuentros más privados. La idea de recoger propuestas de los otros partidos la lanzó también otro compañero del titular de Fomento, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, cuando explicó ayer, para defender las posibilidades que sea aprobado otro Real Decreto sobre ampliación de medidas relativas a los desahucios, que sí veía muchas opciones de que sí sea convalidado ampliamente porque en ese caso sí se había buscado previamente un amplio consenso y se habían aceptado sugerencias y planteamientos de esos partidos que habían mejorado el texto original del Gobierno. De la Serna tomó nota y puso en marcha ese ejemplo.

El ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, insistió por su parte en las llamadas a la responsabilidad de todos los partidos y a la necesidad de que contribuyan con sus aportaciones y metió presión con el mensaje de que la situación actual puede estar dañando la imagen de España en Europa con sus socios. Luis Guindos avanzó primero que "no existe una Unión Europea a la carta" y que si se está en ese club "se está para todo". Y agregó en esa línea que no es "una buena señal que un parlamento rechace un decreto ley que lo único que hace es cumplir una sentencia europea".

Es el argumentario oficial del Gobierno: Europa nos mira, somos Europa y estos incumplimientos perjudican el crédito de España. El portavoz del Gobierno por su parte situó primero este debate en el contexto del panorama político y económico actual de la Unión Europea, con algunos países en un momento de indefinición y cuestionamiento de esos principios, para remarcar que "España puede y debe jugar un papel de vanguardia". Méndez de Vigo aprovechó así para recalcar que el Gobierno no tenía otra opción que aprobar el real decreto sobre la estiba en sus términos presentados porque estaba en los límites marcados por la sentencia y la comisaria europea: "No es fácil explicárselo ahora a las autoridades europeas y ese rechazo de las Cortes afecta a la imagen de España". Luego detalló que esa derrota "no favorece a los intereses generales de España ni beneficia a la economía ni cumple el mandato de todos los electores para buscar acuerdos".

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El Gobierno, en cualquier caso, evitó este viernes asumir ninguna autocrítica sobre cómo se ha gestionado este real decreto en la mesa de negociación con las partes y en el Parlamento con los demás partidos. Es más, el ministro Méndez de Vigo dirigió la crítica a la falta de responsabilidad de otros partidos, en especial Ciudadanos y PSOE aunque sin nombrarlos, y apuntó que el margen de mejora y revisión que afrontan en la nueva negociación del nuevo Real Decreto es escaso: "No hay mucho margen para hablar de su contenido". Luego, en privado, apuntó que algunos retoques sí se podrían asumir pero pocos y agregó que el ministro de Fomento espera en sus próximos contactos que los demás dirigentes políticos le aclaren que cambiarían del actual decreto para variar el sentido de su voto ahora negativo en el Congreso. El plazo para emprender esa negociación también es corto: "Estamos muy justos de tiempo".

Lo que sí quiso sentenciar el portavoz del ejecutivo fue que el fracaso político con la estiba no debe relacionarse con otras negociaciones en marcha, en especial la de los presupuestos generales del Estado para 2017, ni tampoco con especulaciones sobre un hipotético adelanto electoral ante sus cada vez peores relaciones con su "socio preferente" o "socio de referencia" de Ciudadanos. Lo dijo al final de su comparecencia de este viernes varias veces el portavoz: "El Gobierno no se replantea la presentación de los presupuestos", "el Gobierno va a seguir gobernando y no va a haber adelanto electoral" y "el Gobierno no se plantea ninguna hipótesis de adelanto electoral". Al menos por ahora.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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