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“La guerra se gana a tiros”, reclama un histórico etarra

Iñaki Bilbao, expulsado de ETA, pide en una carta la vuelta a la lucha armada

Iñaki Bilbao Goicoetxea, un histórico etarra expulsado en 2014 de la banda, ha dirigido una carta a un colectivo de militantes de la organización terrorista en la que acusa de “traición” a los actuales dirigentes y reclama la vuelta a la lucha armada. El documento titulado “La guerra se gana a tiros” fue interceptado en la prisión Puerto III (Cádiz) donde cumple condena de 45 años por asesinato y remitido al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional que ha deducido testimonio ante los juzgados centrales penales por enaltecimiento de la violencia. Durante su interrogatorio, Bilbao amenazó de muerte al juez que instruye el caso, al igual que ha hecho con otros magistrados, durante los juicios por sus crímenes, entre ellos, el exmagistrado Baltasar Garzón.

El etarra Iñaki Bilbao, en la Audiencia Nacional.
El etarra Iñaki Bilbao, en la Audiencia Nacional.EFE

“Kaixo Lagunak (Queridos amigos): se me ha pedido que os diga unas palabras y por una vez y sin que sirva de precedente lo haré, solo que comenzaré citando a algunos de los más grandes que nos ha ofrecido la historia”, arranca la misiva, a la que ha tenido acceso EL PAÍS. Iñaki Bilbao, alias Txikito, firma su alegato de seis folios escrito a mano como “El vagabundo de las estrellas”,— título de una novela de Jack London cuyo protagonista es un presidiario— pero en realidad es uno de los pistoleros más sanguinarios de la organización terrorista, el autor de la muerte del concejal socialista de Orio (Guipúzcoa) Juan Priede, viudo y con tres hijos, acribillado a balazos cuando tomaba café sin sus escoltas. Bilbao es un duro entre los duros con un largo rosario de crímenes.

La misiva fue interceptada en la cárcel y un juez le acusa de incitar a la violencia
Iñaki Bilbao, firma su carta como Txikito.
Iñaki Bilbao, firma su carta como Txikito.

En la carta el etarra hace suyos los discursos en favor de la lucha armada de Argala, José Miguel Beñarán, etarra que participó en 1973 en el asesinato del presidente del Gobierno franquista Luis Carrero Blanco: “La derrota será para los que teniendo las armas las escondieron cobardemente a la hora de la lucha y pretenden entregarlas al fascismo; para los que pudiendo haber sido referentes en la lucha y que faltos de fe en la dignidad y en el ideal gastaron su tiempo y su prestigio en tratos vergonzosos con el enemigo y se convirtieron en patéticos; también cita a Txabi Etxebarrieta, autor en 1968 del primer asesinato de la organización muerto en un enfrentamiento contra la Guardia Civil: “Hay dos tipos de nacionalismos, el de los poderosos y el de los oprimidos. Salta a la vista que el nuestro está con los segundos”; reproduce a Ernesto Che Guevara: “No hay ejército por poderoso que sea que pueda oponerse a un pueblo en armas”; o a Karl Marx: “Todo intento de desarme será rechazado, en caso de necesidad por la fuerza de las armas”; de Lenin; “la clase obrera que no se esfuerza en aprender a manejar las armas y poseerlas, no merece más que ser tratada como esclava”; cita a José Martí, político, escritor y fundador del Partido Revolucionario Cubano: “¿Cuándo expresa más firmemente un pueblo sus deseos que cuando se alza en armas?"; y reproduce frases similares de Julius Fucik, el periodista y escritor checoslovaco, miembro del Partido Comunista, detenido por la Gestapo y ejecutado.

Txikito cita desde Argala hasta Lenin para justificar la vuelta a la violencia

Iñaki Bilbao termina, también, con otra cita ajena, de nuevo atribuida al Che Guevara: “En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ese, nuestro grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestras armas, y otros hombres se apresten entonar los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y nuevos gritos de guerra y de victoria. Hasta la victoria siempre”.

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Antes de estampar su firma, el etarra apostilla en euskera las frases: ¡Revolución o muerte!, ¡Destruye (acaba con) el fascismo mediante la lucha de clases!, y ¡Viva la lucha armada!, entre otras proclamas clásicas de la propaganda de ETA.

Txikito lleva varios años enfrentado a la dirección de la organización terrorista, en especial desde que en octubre de 2011 la banda anunció el cese definitivo” de la violencia terrorista y emplazó al Gobierno de España y Francia a “abrir un proceso de diálogo directo” que no ha tenido lugar. Recientemente las fuerzas de seguridad descubrieron un zulo (escondite) con armas en Francia que los terroristas habían dispuesto para escenificar la entrega de su armamento y explosivos.

Bilbao no es el único disidente que no acepta el cese de la violencia. El grupo Iraultzaileen Bilguneak (Ibil) o Foros Revolucionarios han conseguido el apoyo de algunos presos y simpatizantes de ETA descontentos que comprueban que el Gobierno no negocia. Iñaki Bilbao fue expulsado por el denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK), que todavía controla la dirección de ETA y está considerado como uno de los impulsores de Ibil. EPPK acaba de pedir a los presos etarras que acepten permisos penitenciarios.

Fuentes de la lucha antiterrorista afirman que la disidencia dentro de ETA representa a una minoría con escaso peso en la organización. Y no contemplan un posible retorno a la violencia. No obstante, reconocen que declaraciones como la de este preso expulsado de la banda suponen "un riesgo" y dan aliento a aquellos que desean volver a matar.

 investigacion@elpais.es

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